Especialista señala efectos positivos de la “slow food”

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Hermosillo, (Notimex).- La tendencia llamada “slow food”, comida lenta, tiene efectos positivos para el organismo, porque hay un mayor aprovechamiento de los nutrientes que contienen los vegetales frescos como son vitaminas, minerales y antioxidantes, señaló la experta Mayra de la Torre Martínez.

La profesora investigadora del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) señaló que la slow food se identifica como un movimiento mundial, que surgió en Italia durante en 1986.

La especialista en Fisiología Celular y Bioprocesos mencionó que dicho movimiento surgió como una respuesta de los ciudadanos para contrarrestar el excesivo crecimiento de las cadenas de comida rápida y regresar a preparar los alimentos en casa.

Su filosofía busca reemplazar los alimentos que para su producción utilizan químicos como son pesticidas, hormonas y antibióticos, por ingredientes y alimentos producidos de manera favorable con el medio ambiente, los productores y consumidores, anotó.

“La tendencia slow food nos motiva a ser más reflexivos con nuestros hábitos como consumidores y a prescindir de los conservadores de la comida procesada o de los platillos congelados que se ofrecen listos para calentarse en el microondas”, manifestó.

De la Torre Martínez consideró que es difícil conseguir productos orgánicos a precios accesibles, por lo que una buena opción es procurar los vegetales frescos y limpios que se venden en mercados locales.

Asimismo, abundó, la siembra de huertos familiares es una alternativa que ayuda a reducir la ingesta de agroquímicos.

Con respecto a la carne, comentó, la más recomendable es la de ganado de libre pastoreo, que fue criado en ambientes menos industrializados.

“Los beneficios a nuestra salud se verán reflejados en menores probabilidades de manifestar alergias alimenticias o efectos secundarios a largo plazo, esto por el exceso de hormonas y antibióticos que se utilizan para estimular el crecimiento de las reses”, abundó.

La científica del CIAD mencionó que si existe interés de adoptar el slow food como un estilo de vida, se sugiere programar la rutina para procurar la preparación de comida casera y recurrir a los productos artesanales que ofrezcan una garantía de inocuidad.

La tendencia slow food, añadió, invita a ser más reflexivos con los hábitos como consumidores y a prescindir de los conservadores de la comida procesada o de los platillos congelados que se ofrecen listos para calentarse en el microondas.