Washington, (EFE).- Cuatro estados de Estados Unidos -Luisiana, Arizona, Oklahoma y Florida- preparan ejecuciones de presos condenados a muerte entre el martes y el jueves de esta semana.
Este martes, Luisiana tiene previsto realizar la primera ejecución en ese estado con gas nitrógeno, un método solo utilizado hasta ahora en Alabama.
Luisiana, que no ejecuta a un reo desde 2010, tiene previsto acabar con la vida de Jessie Hoffman, un afroamericano de 46 años que fue condenado a muerte por el secuestro, violación y asesinato de una mujer en la víspera de Acción de Gracias de 1996.
El miércoles, Arizona ejecutará con una inyección letal a Aaron Gunches, de 53 años, condenado a muerte por asesinar en 2002 al exesposo de su entonces novia. Durante su huida, Gunches intentó matar a un policía, que sobrevivió gracias a su chaleco antibalas.
En una comunicación reciente con un tribunal, Gunches afirmó que su ejecución había tardado demasiado en llegar.
El jueves están previstas las dos ejecuciones restantes en Florida y Oklahoma, ambas con inyección letal.
Wendell Grissom, de 57 años, será ejecutado en Oklahoma por matar a una mujer durante un robo en su vivienda en 2005.
Florida, por su parte, ejecutará a Edward James, de 63 años, que fue condenado a muerte por asesinar a una mujer y violar y matar a su nieta de 8 años en 1993.
James vivía en la casa de la víctima alquilando una habitación.
Desde que el Tribunal Supremo reintrodujo la pena de muerte hace casi 50 años, Estados Unidos ha ejecutado a 1.613 personas, seis de ellas en lo que va de 2025.
Oklahoma ha ejecutado a 127, Florida a 107, Arizona a 40 y Luisiana a 28.