“Hubo muchos parajes, igual de naturalmente bellos, hasta que llegaron los humanos.
Después surgió la belleza artificial.”
REMKO CUÉLLAR
INTRODUCCIÓN
Seguramente muchos de ustedes han estado en lugares vacacionales populares, bellos y admirables. Pues este artículo presenta uno que la mayoría de mis lectores no conoce porque es muy remoto en medio del Océano Pacífico y los dejará sin aliento si algún día lo visitan. La Polinesia Francesa, un archipiélago en el Pacífico Sur, se revela como un paraíso terrenal con una combinación de paisajes selváticos, aguas cristalinas y una geología fascinante. Recientemente, tuve la oportunidad de embarcarme en el crucero STAR BREEZE y explorar las maravillas de estas islas, incluyendo Tahití, Moorea, Mururora, Rakitea y Bora Bora.
FLORA EXUBERANTE Y PAISAJES SELVÁTICOS
Desde el primer momento en que se pone pie en estas islas, la exuberante vegetación y los paisajes selváticos capturan la atención. La flora local es un caleidoscopio de colores y formas, con frondosos árboles y plantas tropicales que crean un entorno de ensueño. La naturaleza aquí parece haberse detenido en el tiempo, preservando una belleza primigenia que se siente casi sagrada.
TONALIDADES DE AGUA MARAVILLOSAS UN ESPECTÁCULO NATURAL
Las lagunas que rodean las islas, producto de las barreras de arena y coral que se forman, presentan una sinfonía de tonalidades de agua, desde la verde aguamarina hasta el azul profundo. Estas aguas cristalinas no sólo son un festín para la vista, sino también un refugio para diversas especies marinas, que encuentran en este entorno prístino un hogar seguro y que te acompañan en tus excursiones acuíferas. Es un lugar donde el snorkel y el buceo se convierten en experiencias casi místicas sin tiempo en tu consciencia, permitiendo una conexión íntima con la vida marina.
BUNGALOWS SOBRE EL AGUA: LUJO DE LA NATURALEZA
Moorea, en particular, es famosa por sus bungalows sobre el agua y se presentan como el lugar donde se inventaron, aunque muchos los asocien más con Bora Bora. Estos alojamientos ofrecen una experiencia única de lujo y contacto directo con la naturaleza. Imagina despertarte con el sonido suave de las olas y tener una vista panorámica de la laguna desde tu habitación, bajar unos escalones y estar en una piscina natural. Es un lujo que no sacrifica la autenticidad del entorno natural, sino que se integra armoniosamente con él. Dormir con ese susurro de viento y agua mientras que, en cada visita al baño de los viejitos como yo, pasas por un piso de cristal que es como de un metro cuadrado que incluye el bungalow, y te reencuentras con los peces que atraídos por la luz pareciera que nunca te abandonan y te cuentan las veces que visitas el baño.
GEOLOGÍA JOVEN Y PRISTINA
Geológicamente, estas islas son relativamente jóvenes, con apenas un millón de años de existencia. Para los que no conozcan lo que significa un millón de años en una capa tectónica que emerge imaginen que Europa tiene aproximadamente cientos de millones de años. Agreguen que su conectividad con otras placas como la de Asia y África hacen que especies emigren con relativa facilidad. Esta juventud geológica de las islas que reseño se traduce en paisajes volcánicos dramáticos y montañas escarpadas. Debido a su remota ubicación, las islas no han desarrollado una fauna terrestre significativa, lo que ha ayudado a mantener sus ecosistemas prácticamente intactos y libres de la contaminación humana. Se trata de un paisaje como si fuera de otro mundo.
UN CRUCERO INOLVIDABLE: STAR BREEZE
El crucero STAR BREEZE fue fundamental para explorar estas islas y gozar a mis nietos y miembros de la familia, que por cierto eran nuestros anfitriones. Con un diseño elegante y comodidades de primera clase, el barco se convierte en un hogar flotante que facilita el acceso a las maravillas de la Polinesia Francesa. Cada día a bordo ofrece la oportunidad de descubrir nuevas islas y paisajes, combinando la comodidad con la aventura.
PRECIOS Y COSTOS
Tengo que admitir que ese es quizá el problema principal. Una cena normal es arriba de los $30 dólares y cada coctel $20 o más. La atención al turismo tiene que verse con un grano de tolerancia y flexibilidad. Aunque el crucero ayuda y los precios de éste fueron tan razonables o más que los del Caribe o las Islas Griegas. Al terminar creo que gustoso regresaría y lo recomiendo ampliamente, incluyendo el delicioso vino blanco que se produce en estas islas.
CONCLUSIÓN
Muchas cosas más se pueden decir de este viaje inolvidable, quizá el más memorable de la vida de este escritor de la tercera edad. Pero como conclusión baste decir que visitar las Islas Polinesias Francesas es una experiencia que trasciende lo meramente turístico para convertirse en una inmersión en la belleza pura de la naturaleza. Desde los paisajes selváticos y las aguas cristalinas hasta los bungalows sobre el agua, los pececillos policromáticos constantemente acompañándote en las cristalinas aguas y los jardines de coral que tienen a la madre naturaleza como diseñadora. La geología joven de las islas hace que cada elemento contribuya a crear un destino verdaderamente inolvidable. Para aquellos que buscan un refugio de tranquilidad y maravilla natural, estas islas ofrecen un paraíso que espera ser descubierto.