Oviedo, (EFE).- El presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón; la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, y el presidente del Sporting, Alejandro Irarragorri, han firmado este jueves un protocolo de colaboración para impulsar la candidatura del estadio municipal El Molinón-Enrique Castro ‘Quini’ como una de las sedes del Mundial 2030 que se disputará en España.
El protocolo, que cuenta con una vigencia inicial de cuatro años, no implica gasto para las partes sin perjuicio de que posteriormente se concreten convenios, acuerdos u otros actos jurídicos en los que se puedan reflejar compromisos de financiación y, para garantizar el impulso y el control de las actuaciones previstas, se formará una comisión de seguimiento tripartita.
El documento considera que se trata de una oportunidad “única e inmejorable” para alentar la reforma integral de El Molinón, de titularidad municipal, y sus condiciones de explotación e incide en que la posible designación del Principado como sede de la Copa del Mundo, como ya lo fue en 1982, favorecería además la modernización y el desarrollo económico de la comunidad autónoma.
Esa declaración de intenciones que constituye el protocolo supone un primer paso para definir una hoja de ruta, “de carácter programático y lo más detallada posible”, que ayude a conseguir el objetivo de que el estadio resulte elegido y que, una vez cumplido ese fin, logre reunir los requisitos necesarios para que se disputen allí los partidos correspondientes.
Dado que en la actualidad el estadio no cumple todas las especificaciones técnicas exigidas para convertirse en sede del mundial, las tres instituciones se brindan a cooperar para abordar aquellas actuaciones que permitan que el estadio reúna esas condiciones.
La propuesta para que El Molinón sea una de las sedes partió del presidente del Sporting y propietario del Grupo Orlegui, que controla el club gijonés, que en un primer momento presentó un proyecto de reforma del campo con un coste superior a los 300 millones que posteriormente fue reducido a la mitad y que evita finalmente desplazar el terreno de juego, lo que fue rechazado unánimemente porque supondría perder la condición de estadio más antiguo del fútbol español.
Además, preveía añadir una grada modular con capacidad para unos 15.000 espectadores de manera que cumpla el requisito de contar con 45.000 butacas y que se pueda quitar una vez finalizado el Mundial para dejar el campo en los actuales 30.000 asientos.
El acto de hoy tendrá continuidad el próximo sábado, coincidiendo con el derbi entre el Sporting y el Real Oviedo, cuando el Grupo Orlegui presente un proyecto más detallado de la reforma del estadio.
La principal duda sigue siendo de donde saldrá la financiación para afrontar la reforma dado que desde el Ayuntamiento ya se advirtió de que no se iba a asumir una cantidad tan importante y que no cuenta con presupuesto para poder hacerlo.