Es difícil creer que el probable candidato republicano Donald Trump, quien afirmó falsamente en 2016 que la mayoría de los inmigrantes mexicanos son criminales y violadores, y bajo cuyo gobierno se separó a bebés de sus familias migrantes en la frontera, está ganando terreno entre los votantes hispanos. Sin embargo, eso es lo que indican las últimas encuestas.
Hay motivos para ser escépticos sobre estas encuestas (más sobre esto más adelante) y pueden pasar muchas cosas desde ahora hasta las elecciones de noviembre de 2024. Entre otras cosas, Trump puede ser acusado de uno o más de los varios juicios que enfrenta, incluido el cargo de conspiración para cometer un fraude electoral en 2020 y atornillarse en el poder.
Una encuesta del New York Times/Siena College de 3.662 votantes registrados publicada el 5 de noviembre muestra que Biden aventaja a Trump por sólo un 50 por ciento contra un 42 por ciento entre los votantes hispanos.
Ese sería el margen de victoria más pequeño para un candidato demócrata entre los latinos en la historia reciente. En comparación, en las elecciones de 2020, Biden le ganó a Trump entre los hispanos por un 60 por ciento a un 35 por ciento de los votos.
Entre la población general, la encuesta del Times-Siena muestra que Trump está venciendo a Biden en cinco de los seis estados en disputa. Eso le daría una pluralidad de votos en el colegio electoral.
La nueva encuesta es consistente con los resultados de las encuestas publicadas en septiembre por CBS News y la Universidad Quinnipiac.
Sin embargo, hay que tomar todas estas encuestas con pinzas en lo que hace a los votantes hispanos y negros, porque el tamaño de las muestras para estos grupos étnicos fue demasiado pequeño. Son encuestas de la población general y, por lo tanto, a diferencia de las encuestas realizadas exclusivamente entre votantes latinos o negros, incluyen números relativamente pequeños de estos grupos.
Eduardo Gamarra, director del Foro de Opinión Pública Latina de la Universidad Internacional de Florida, que realiza encuestas entre votantes hispanos, me dijo que la encuesta del Times-Siena probablemente incluyó sólo a unos 650 latinos, o alrededor de 108 en cada uno de los estados incluidos en la encuesta. Esa es una muestra demasiado pequeña para sacar conclusiones, me señaló.
Hay otras razones por las que no creo que veamos una ola de apoyo a Trump entre los votantes latinos y los negros.
En primer lugar, a los republicanos les va mejor en las encuestas de opinión pública que en las urnas. En las elecciones de 2020, las elecciones intermedias de 2022 y las elecciones estatales de la semana pasada en Ohio, Kentucky y Virginia, los demócratas ganaron la mayoría de las elecciones, contra las predicciones de muchas encuestas.
En segundo lugar, aunque Trump intentará pintar a Biden, de 80 años, como demasiado viejo e ineficaz, la campaña de Biden tendrá un arsenal de vídeos para mostrar a Trump como un hombre de 77 años que tiene dificultades para bajar una rampa caminando, le cuesta pronunciar una frase completa y aconsejó a los estadounidenses que se inyectaran con desinfectante para protegerse del COVID-19.
En tercer lugar, ya sea en materia de respeto a la democracia y las instituciones, la acción afirmativa, el aborto, el cambio climático, el control de armas automáticas, o la inmigración, Biden está mucho más cerca de la mayoría del electorado estadounidense que Trump.
Y, el día de las elecciones, muchos latinos y afroamericanos van a pensarlo dos veces antes de votar por Trump, quien elogió a los supremacistas blancos cuando dijo que había “gente muy buena en ambos lados” al hablar del violento enfrentamiento de 2017 entre supremacistas blancos y manifestantes contra el racismo en Charlottesville.
En política exterior, Biden podrá presumir de su decisivo apoyo a Israel y Ucrania, en contraste con la blandengue actitud previa de Trump con el dictador ruso Vladimir Putin y la amenaza del expresidente de retirarse de la OTAN.
La mejor esperanza de Trump para ganar será una recesión económica, lo cual es posible, pero no del todo probable. La inflación ha bajado y el desempleo está en su tasa más baja en casi cincuenta años, aunque muchos estadounidenses están descontentos de que los precios no hayan vuelto a sus niveles prepandemia.
Mi conclusión es que, salvo un bajón económico, no veo una corrida del voto latino — ni del resto del electorado — hacia Trump.