Granada, (EFE).- El reciente ascenso del Granada CF a LaLiga Santander supone un importante espaldarazo a un proyecto que cuenta con una masa social cada vez más amplia y joven, genera un impacto de 40 millones de euros en la ciudad y trabaja ya para aumentar su aforo de 19.000 a 25.000 asientos.
Un numeroso grupo de patrocinadores que lo hacen sostenible y unas posibilidades de crecimiento convierten al club en un atractivo para grupos inversores de diferentes partes del mundo.
El club rojiblanco, que tras subir vive la época más exitosa de su historia al militar en la máxima categoría diez de las quince campañas más recientes, algo nunca antes logrado, presume también de haber recuperado en los últimos años un granadinismo en la ciudad perdido durante décadas, por la presencia del equipo fuera del fútbol profesional en las décadas finales del pasado siglo y la primera del actual.
Sin embargo, su paso de Segunda a Primera entre 2009 y 2011 hizo florecer de nuevo el amor a lo rojiblanco en la ciudad, una pasión regada por las sensacionales campañas del Granada dirigido por Diego Martínez hace un lustro y que ahora está recogiendo todos sus frutos de una forma desorbitada.
Hay más abonados que nunca, alrededor de quince mil; se ven más camisetas del Granada que nunca, con récord de ventas en todos los productos del club esta campaña; y las nuevas generaciones nacen siendo del equipo de su ciudad, algo que durante décadas no pasó en la ciudad y su provincia.
El ascenso del equipo a la máxima categoría va a provocar que todo este sentimiento se magnifique con un primer problema ya detectado: el Estadio Nuevo Los Cármenes se ha quedado pequeño, como se ha demostrado en la campaña recién finalizada, con varios llenos seguidos en el tramo final del curso y cientos de aficionados sin entradas.
Marifrán Carazo (PP), recién elegida por mayoría absoluta primera alcaldesa de Granada, sabe que una de sus primeras medidas en el gobierno local será comenzar la ampliación del aforo del Nuevo Los Cármenes de los 19.000 asientos actuales a un mínimo de 25.000, cerrando las esquinas y cubriendo todo el campo, como ella misma prometió en campaña.
Este mismo verano, con precios para los abonados similares a los del presente curso, es previsible que ya falten asientos para aficionados que quieran reservar su carné, mientras que el número de entradas a la venta para cada partido en la venidera campaña en la élite será muy pequeño.
Todos estos escenarios convierten al Granada CF en una sociedad con un notable margen de crecimiento en lo deportivo, que pasa por una estabilización en Primera División, y que resulta atractivo a posibles grupos inversores.
Más aún teniendo en cuenta que el club está saneado y que cuenta detrás con un amplio grupo de patrocinadores. Hasta sesenta firmas comerciales, la mayoría de ellas locales, forman parte de los esponsors que tienen distintos acuerdos con la entidad en la actualidad.
La llegada el pasado verano de Alfredo García Amado a la dirección general del club ha servido para estrechar unos lazos y recuperar otros perdidos, con la mayor parte del entramado social y empresarial granadino.
La propia ciudad y su provincia va a ser la primera en aprovecharse económicamente del buen momento que vive el club, según reconocía a EFE esta misma semana Gregorio García, presidente de la Federación de Hostelería y Comercio de Granada.
García estima en unos 45 millones de euros el impacto económico anual que tiene para la ciudad el retorno a Primera División, coincidiendo además por primera vez en la historia con la presencia en la Liga ACB del Covirán Granada, ya que nunca antes habían estado los dos clubes a la vez en la élite.
El Granada, comandado por Sophia Yang como presidenta del consejo de administración, es un club de propiedad oriental después de que en 2016 la corporación Wuhan Double pagará alrededor de cuarenta millones de euros al empresario italiano Gino Pozzo.
Nadie duda de que ahora el valor de la entidad es mayor, más aún tras el ascenso. Pese a que la propiedad siempre ha negado cualquier oferta de adquisición o la más mínima intención de venta, desde hace meses los rumores son constantes.
El interés viene desde varios frentes, empezando por un importante grupo con capital mexicano y estadounidense hasta distintos inversores de oriente medio, zona territorial a la que los actuales propietarios miman y hace constantes guiños.
Sirva como ejemplo que el Granada cuenta en su organigrama con un director de operaciones en Oriente Medio y el Norte de África, Khaled Shagwara, y que fuera del ámbito europeo esta zona es, junto a China, la que más se cuida a la hora de tratar de expandirse el club internacionalmente.
De hecho, hace sólo unas semanas visitaron el Nuevo Los Cármenes el secretario general de la Unión de Cámaras Árabes, Khaled Hanafy, y el embajador de la Liga Árabe, Malek Twal; mientras que en los últimos años también lo hicieron destacados dirigentes cataríes.
Javier Aguilera
