Madrid, (EFE).- El primer partido de Héctor Herrera en la Liga de Campeones en Do Dragao, el 22 de octubre de 2013, duró tan solo seis minutos, expulsado por una velocísima doble amarilla en la derrota por 0-1 contra el Zenit; un inicio abrupto para un futbolista que creció, despuntó y brilló en Europa con el Oporto, con el que se reencuentra este martes en un partido decisivo, de vuelta al origen, entre los contrastes de todo lo que fue en ese equipo y la falta de protagonismo en el presente en el esquema del Atlético de Madrid.
Aquel día, en el minuto 5 vio una tarjeta amarilla por una falta sobre el brasileño Hulk. En el 6, por una mano, se fue antes que nadie a la ducha, apartado de su primera experiencia como titular en la Liga de Campeones -ya había jugado once minutos contra el Austria Viena como visitante y había suplente precisamente contra el Atlético-sin consuelo ante tal desatino, cuando aún rebuscaba un sitio en el once que luego fue suyo en el Oporto.
En sus seis años en el club, Herrera jugó 164 partidos de la Liga portuguesa. Y marcó 26 goles. En Europa disputó 41 encuentros en total con el conjunto blanquiazul en la Liga de Campeones, además de siete en la Liga Europa. Entre todas las competiciones agrandó sus cifras a los 245 choques oficiales con la entidad portuguesa, con 35 goles.
“Es igual de ejemplar cuando salta al terreno de juego con la camiseta del Oporto o de México que cuando se queda en el banquillo o no es convocado”, decía Pinto da Costa, el presidente del Oporto, del centrocampista en 2015, cuando fue nombrado mejor jugador de la Liga lusa, cuando se transformó en capitán del conjunto portugués y cuando era un referencia indudable en su centro del campo, al que llegó dos años antes, en 2013.
Su oro olímpico en Londres 2012 con la selección sub’23 mexicana lo impulsó hacia Europa, al Oporto, siempre tan atento a la irrupción de jóvenes promesas americanas, entonces en un proyecto en el que lo incluyó a él, pero también a su compatriota Diego Reyes y al colombiano Juan Quintero, que lució en el Mundial sub’20.
En diciembre de 2012 se pactó su traspaso desde el Pachuca, pero no fue anunciado oficialmente hasta junio de 2013. El Oporto pagó 8 millones de euros por él, le puso una cláusula de rescisión de 40 y lo firmó por cuatro años, que luego fueron ampliados en 2015 hasta 2019, hasta que fichó libre por el Atlético, con el que aún rebusca tanto protagonismo.
No apunta al once este martes del conjunto rojiblanco. Es actualmente un titular nada más esporádico en el equipo de Diego Simeone en esta temporada. Nada más ha jugado nueve encuentros en este curso, sólo dos desde la alineación inicial, cuando surgió en el equipo titular en Getafe, con victoria por 1-2, y frente al Levante, con un resultado de 2-2.
Tiene por delante en la elección del técnico para ese puesto a Koke Resurrección y Geoffrey Kondogbia, quien le ganó la competencia por la titularidad en el duelo del pasado sábado ante el Mallorca, pero también, aunque menos similares en la posición de medio centro, a Rodrigo de Paul, Thomas Lemar y Marcos Llorente, aunque este último ejerza hoy por hoy más como lateral derecho por la baja por lesión de Kieran Trippier y por la falta de confianza de Simeone en Vrsaljko.
Herrera es el tercer jugador de campo con menos minutos en LaLiga Santander en este curso, con 233, sólo por delante de Sime Vrsaljko (209) e Ivan Saponjic, que no ha jugado nada. Antes no fue así. Aunque le costó entrar en la dinámica del once, el medio centro disputó 51 choques en sus dos primeros años en el Atlético, clave en el inicio tan bueno de Liga de la pasada campaña y hoy puntual en las alineaciones, nada que ver con su paso por el Oporto.