El 18 de marzo de 2025, Israel lanzó una serie de ataques aéreos sorpresa sobre la Franja de Gaza, rompiendo un alto el fuego que había estado en vigor desde el 19 de enero. Estos ataques resultaron en la muerte de más de 400 personas, incluyendo a 263 mujeres y niños, y dejaron a más de 500 heridos.
Según las autoridades israelíes, la ofensiva, denominada “Operación Poder y Espada”, tenía como objetivo a líderes y comandantes de Hamás. Sin embargo, los informes indican que los ataques afectaron indiscriminadamente a diversas áreas de Gaza, causando numerosas bajas civiles.
La ruptura del alto el fuego ha generado preocupación internacional, con la ONU convocando una sesión de emergencia para abordar la crisis. Mientras tanto, Hamás ha condenado los ataques como una violación del acuerdo de cese al fuego, acusando a Israel de poner en peligro a los rehenes que aún mantiene en su poder.
La comunidad internacional sigue de cerca la situación, instando a ambas partes a retomar las negociaciones y evitar una escalada mayor del conflicto.