Ciudad de México, (EFE).- Jóvenes mexicanos que protestan por la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa rompieron este miércoles una de las puertas principales del Palacio Nacional mientras el presidente, Andrés Manuel López Obrador, realizaba adentro su conferencia matutina.
Los manifestantes, quienes acusan a López Obrador de no resolver el caso para proteger a militares involucrados, tomaron una camioneta que pertenece a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para tumbar la puerta 1 sobre la calle Moneda del centro histórico de Ciudad de México.
Mientras respondía preguntas de la prensa, el mandatario se enteró del hecho, al que llamó una “provocación”, aunque descartó represalias.
“No va a escalar, es que lo que quisieran es que nosotros respondiéramos de manera violenta, nosotros no somos represores. Se va a arreglar la puerta y no hay ningún problema, pero lo que quieren es provocar”, manifestó el gobernante mexicano.
Los estudiantes de Ayotzinapa protestan porque López Obrador no ha cumplido su promesa de resolver la desaparición de sus 43 compañeros en septiembre de 2014 en el sureño estado de Guerrero, aunque la Comisión de la Verdad creada por él concluyó en 2022 que fue un “crimen de Estado” en el que también participó el Ejército.
En las últimas semanas han secuestrado camiones, han vandalizado instalaciones del Gobierno y han realizado un plantón en el Zócalo para exigir una audiencia con López Obrador.
“Ya es un movimiento en contra de nosotros, llevan como una semana que fueron a (la Secretaría de) Gobernación y rompieron vidrios, ayer en la Lotería Nacional, es un plan de provocación, o sea, clarísimo y entonces nosotros no vamos a caer en ninguna provocación”, comentó el presidente.
Pese a las manifestaciones, el gobernante mexicano indicó que no los recibiría, al argumentar que dentro de “unos 15 o 20 días más” recibirá a las familias de los 43 estudiantes para “hablar con ellos y mostrar pruebas de cómo se manipuló la investigación”.
El mandatario dijo a los padres que está “avanzando mucho en la investigación” pero “lo que sucede es de que ellos están siendo manipulados” por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la Organización de los Estados Americanos (OEA) y “grupos conservadores de derecha apoyados por gobiernos extranjeros”.
“Lo que me importa es encontrar a los jóvenes y ya la actitud, no de los padres, sino de los asesores y de las organizaciones que supuestamente defienden derechos humanos, es una actitud, en el mejor de los casos política, muy de confrontación en contra nuestra”, expuso.