La marea roja hunde la economía de los pescadores del sureste mexicano

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FotografÌa que muestra a peces muertos de gran variedad, el 9 de agosto de 2022, en las playas de Telchac Puerto, estado de Yucat·n (MÈxico). EFE/ Lorenzo Hern·ndez

Mérida (México), (EFE).- La marea roja ha hundido la economía de pescadores de Yucatán, en el sureste mexicano, en particular en Telchac Puerto, San Crisanto y Chabihau, donde el fenómeno llegó justo en el levantamiento de la veda del pulpo.
“Nos esperanzamos con la llegada de la temporada de pulpo, porque es una especie que se vende muy bien, pero vimos el manchón rojo que empezó a acercarse a las playas y todo se acabó, ya no tenemos trabajo”, contó a Efe Roger Cetina Chan, quien lleva 49 años pescando en puertos de Yucatán.
Mario Wilberth Ramírez, otro experto pescador de Telchac Puerto, coincidió en anticipar el negro panorama que se avecina para la zona por la marea roja, que consiste en una proliferación de microalgas con un efecto nocivo en los otros organismos.
“Si no hay trabajo, no hay dinero para poner pan en la mesa”, lamentó.
La marea roja amenaza a un sector que a nivel nacional alcanzó en 2021 un valor de 47.239 millones de pesos (unos 2.361 millones de dólares) y un volumen de 1,9 millones de toneladas, el puesto 17 a nivel global, según la Secretaría de Agricultura.
Por ello, los pescadores de Yucatán agradecieron el apoyo que recibieron en los últimos días del Ejército y la Guardia Nacional ante la marea roja, que abarca de la playa a mar abierto unos 11 kilómetros, según les explicó un biólogo.
Además, mostraron una alfombra de mantarrayas, anguilas, cazones, peces ángel, jaibas y otras especies exóticas afectadas por el fenómeno.
“Los soldados y las autoridades abrieron zanjas y recogieron miles de especies de mar para evitar la putrefacción y con eso enfermedades infecciosas, porque esto de hoy no es nada, ya se limpió la playa, pero siguen recalando animales muertos”, dijo Roger.
El agua del mar de Telchac presenta un color negro, al igual que San Crisanto y Chabihau, ubicados en el noroeste de Yucatán, a 65 kilómetros de la capital Mérida.
Las autoridades de Progreso, el principal puerto de la entidad, anunciaron esta semana la llegada de la marea roja ante el recale de decenas de especies marinas, principalmente de langostas.
El oceanógrafo Alejandro Souza Gómez, del Laboratorio de Procesos Costeros del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), explicó que las microalgas (fitoplancton) que causan la marea roja que azota los puertos de Yucatán son dos: la diatomea y el dinoflagelado.
El experto aclaró que el nombre correcto de la marea roja es florecimientos algales nocivos.
“Si son tóxicas, las enferman por veneno y si no, se le pegan a las branquias y acaban ahogando a los animales”, explicó el excatedrático de la Universidad de Liverpool.
El experto consideró que la marea roja podría durar otras dos semanas en el estado, “en lo que se dispersa la mancha o se termina el ciclo de vida de las algas”.
Recordó que la marea roja afectó al estado en 2001, 2008 y 2011, pero previó “las algas se van a morir en los próximos días, quizá en una semana más”.
El oceanógrafo recomendó no consumir productos del mar de la región en estos momentos de marea roja, “porque los peces, pulpos, jaibas y langostas podrían estar envenenados o quizá enfermos”.

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