He aquí una de las cosas más escandalosas que están sucediendo en el mundo de la diplomacia: Cuba, que después de sus detenciones masivas de manifestantes pacíficos en 2021 tiene una de las poblaciones más altas de presos políticos del mundo, se postula para la reelección como miembro del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Lo que es igualmente descabellado es que podría obtener suficientes votos para asegurar su escaño cuando la Asamblea General de la ONU se reúna a mediados de octubre en Nueva York para elegir nuevos miembros para el Consejo de 47 escaños con sede en Ginebra.
Cuatro países latinoamericanos -Brasil, Cuba, Perú y República Dominicana- se postulan para los tres puestos latinoamericanos del Consejo cuyos mandatos expiran a finales de este año.
“Lamentablemente, teniendo en cuenta el hecho de que Cuba siempre ha sido elegida, hay que asumir que tienen buenas posibilidades de volver a ganar”, me dijo Hillel Neuer, jefe del grupo de seguimiento UN Watch. “Pero si el mundo libre lucha por si eso ocurre, Cuba puede ser derrotada”.
No será fácil impedir que Cuba gane la votación. Las dictaduras hacen todo lo posible para ganar escaños en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU para protegerse contra las críticas por sus abusos contra los derechos humanos, y Cuba está haciendo precisamente eso.
Cinco de los diecisiete países que se postulan para escaños en el Consejo este año son dictaduras, entre ellos China, Rusia y Cuba. El setenta por ciento de los miembros actuales del Consejo son dictaduras o tienen malos antecedentes en materia de derechos humanos, dice UN Watch.
Este año, Cuba está haciendo una campaña especialmente dura para mantener su asiento en el Consejo. La semana pasada, el régimen cubano inauguró una exposición fotográfica en el vestíbulo de la sede de la ONU en Nueva York para tratar de presentarse como un miembro legítimo del Consejo, informó la revista independiente en línea cubana 14yMedio.com.
La exhibición incluía fotografías de las misiones médicas de Cuba en el extranjero, que los grupos de derechos humanos han descrito como un tráfico de esclavos moderno.
Según los acuerdos de gobierno a gobierno de Cuba con México y otros países, a menudo negociados por la Organización Panamericana de la Salud, el régimen cubano obtiene el salario completo de los médicos, mientras que luego sólo les paga alrededor del 20 por ciento de sus salarios.
Un texto que presenta la exposición fotográfica del régimen cubano, firmado por el embajador de Cuba ante el Portal de la ONU, Gerardo Peñalver, afirma que Cuba se destaca por su “protección de los derechos humanos” y la cooperación internacional.
En realidad, Cuba es una de las dictaduras más represivas del mundo. No ha permitido elecciones libres ni libertad de prensa desde 1959, y arrestó a más de 1.000 manifestantes, en su mayoría pacíficos, durante las masivas manifestaciones callejeras antigubernamentales de 2021.
Al menos 381 de los manifestantes pacíficos fueron condenados a hasta 25 años de prisión. Algunos recibieron largas sentencias de prisión por portar carteles que decían “Patria y Vida”, el título de una canción que buscaba contrarrestar el lema del difunto dictador cubano Fidel Castro “patria o muerte”.
José Daniel Ferrer, líder del grupo opositor Unión Patriótica de Cuba, fue arrestado cuando se dirigía a una manifestación y posteriormente acusado de “desorden público” por “decidir unirse” a una protesta callejera.
¿Por qué muchas democracias del mundo votan por una dictadura decrépita como la de Cuba para un puesto en el Consejo?
Muy simple: Cuba invierte mucho en diplomacia pública e intercambia votos en varias comisiones de la ONU.
El régimen cubano moviliza a sus aliados en América Latina, África y Medio Oriente para ayudar a otros países a ganar escaños en las comisiones económicas o comerciales de la ONU a cambio de los votos de esos países para que Cuba sea miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Se espera que la administración Joe Biden, que decidió regresar al Consejo después de la retirada de la administración Trump, pida a otros países que voten contra Cuba.
“Estados Unidos se opone a la candidatura de Cuba para el Consejo”, me envió un correo electrónico un funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos. “Cuba sigue teniendo uno de los peores historiales de derechos humanos del hemisferio”.
Los partidarios de Biden señalan que, desde que Estados Unidos regresó al Consejo a finales de 2021, ha marcado una diferencia positiva.
A fines del año pasado, en parte gracias al lobby estadounidense, Venezuela perdió su candidatura a ser elegida miembro del Consejo. Chile fue elegido con 144 votos y Costa Rica con 134, mientras que Venezuela obtuvo sólo 88 de los 97 votos que necesitaba para conseguir un escaño.
Este año veremos si la pérdida de Venezuela fue una victoria única para la democracia o una señal de que el Consejo está comenzando a cumplir su misión original. Si Cuba es reelecta, el Consejo de la ONU seguirá siendo una broma.