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Wednesday, December 4, 2024
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La seguridad en México

La seguridad en cualquier nación es el índice más elocuente de un buen gobierno, de un estado de derecho,

de la fortaleza de las instituciones, del respeto a la dignidad humana y de la esperanza de convivir en armonía.

Tristemente, esto se ha perdido en México.Manuel Cavazos Lerma

Político Tamaulipeco

INTRODUCCIÓN

Existen muchas evidencias de que la seguridad en México ha alcanzado niveles de preocupación a nivel mundial.  Por ejemplo, el Instituto para la Economía y la Paz, una de las organizaciones más serias dedicada a medir la inseguridad en las naciones establece que en 2022, México se clasificó como el lugar más mortífero del mundo para los activistas ambientales, y el segundo más peligroso para hacer periodismo, sólo después de Ucrania.  Aunque de acuerdo con los índices de la misma institución los homicidios “bajaron” aumentó la polarización, como lo hizo la violencia de género y el tráfico de fentanilo.

De acuerdo con el INEGI, la percepción de la violencia en México disminuyó ligeramente del 2022 a lo que va del 2023.

Pero si hablamos con la verdad interpretativa, sin sesgos y sin ánimo de representar a alguno de los polos que existen actualmente en México, los homicidios, secuestros, levantones, los muertos por estar en lugares equivocados, las fosas clandestinas con cadáveres, los asaltos a autobuses urbanos y en carreteras, cobro de piso, y otras muchas actividades del crimen organizado, semi organizado y desorganizado, la situación en México está realmente mal y parece empeorarse cada día.

Digo verdad -interpretativa- porque anhelo que este artículo no sea descontado por los que apoyan al gobierno de AMLO y lo emulan tratando de restar importancia de este renglón asociando el estado de cosas como una herencia del PRIAN.  Mucho menos quiero que dejen de leerme los que reprueban a AMLO y se rasgan la ropa diciendo que la inseguridad en México es la prueba irrefutable de su mal gobierno.  Aspiro que ambos polos me lean y saquen sus conclusiones.  Este artículo presenta una visión descarnada de la inseguridad en México.

ESTADÍSTICAS

Aunque dicen que las estadísticas son otra forma de mentir, es particularmente cierto en el caso de México. Principalmente son poco confiables las que se generan en oficinas del gobierno.  Los robos en vía pública, a hogares, negocios, tiendas, o vehículos, asaltos, secuestros, homicidios y otras agresiones que sufre la población son todavía menos precisos y confiables.  Muchas cosas conspiran en contra de la autenticidad de las cifras reportadas.  La más importante es que la población no las reporta para evitar meterse en problemas y por creer que nada o poco se hará.  No es por tanto exagerado decir que todos los índices del INEGI, del Instituto para la Economía y la Paz, organizaciones de recursos humanos y otras instituciones reportan cifras que son sólo una fracción de la realidad puesto que estas cifras provienen del gobierno o de oficinas que tienen noticia ni reporte de todo.

DOS COSAS DIFERENTES: INSEGURIDAD Y PERCEPCIÓN DE LA INSEGURIDAD

En este asunto de la -inseguridad- hay que distinguir la realidad de la percepción de la realidad.  Lo explicado en el párrafo anterior es posible que sea una visión muy cercana a la realidad.  Eso es una cosa.  Una diferente es encuestar a un grupo de personas a quien les preguntamos: En una escala del 0 al 10 qué tan inseguro crees que sea México o ciertas entidades o ciudades.  La percepción de un individuo se ve influenciada por muchas razones, por ejemplo, el sesgo en favor o en contra del gobierno o el dinero de apoyo social que recibe.  También la opinión sobre la inseguridad tiene sesgos porque al que le preguntan si nunca ha tenido una experiencia directamente (a mí nunca me ha pasado nada), o que la haya tenido y cómo le fue en esta experiencia, si recibió ayuda de alguna autoridad, si los agentes del ministerio público actuaron con profesionalismo, si el público que rodeaba a la persona hizo algo para defenderla, la decisión de los jueces, la región o zona donde viven y muchas razones más influyen en el índice de cómo se percibe la inseguridad.  La percepción de la seguridad es una cifra que no refleja la realidad.

LA INSEGURIDAD EN MÉXICO

La inseguridad en México es un problema multifactorial y complejo que tiene diversas causas. A continuación, presento algunas de las causas principales:

1. Narcotráfico y crimen organizado: México se encuentra en una posición geográfica estratégica para el tráfico de drogas hacia los Estados Unidos, el mayor mercado de drogas del mundo. Esto ha llevado al surgimiento de poderosos cárteles de la droga y grupos criminales que se dedican a actividades ilícitas como el tráfico de drogas, secuestros, extorsiones y homicidios. También influye que, en el proceso de pasar la droga y otras substancias o artículos ilícitos, les pagan en especie, es decir, a la “mula” o persona que pasará la droga le dicen te doy medio kilo de coca para que tú la vendas y ese es tu pago (en lugar de pagar en cash).  Eso ha influido a que gran parte de la población desarrolle adicciones y las adicciones entran en un círculo que genera y aumenta la inseguridad.

2. Corrupción: La corrupción generalizada en México ha debilitado las instituciones encargadas de mantener la seguridad y el estado de derecho. La colusión entre funcionarios públicos y grupos delictivos ha permitido que estos últimos operen con impunidad y se perpetúen en el tiempo.  No es infrecuente, que ante un juez, a un acusado que pide justicia, se le pregunte: “¿cuánto traes para justicia?”

3. Desigualdad socioeconómica: La brecha entre ricos y pobres en México es significativa y aumenta día con día, lo que genera tensiones sociales y económicas. La falta de oportunidades y la pobreza extrema en algunas áreas del país pueden llevar a la delincuencia como una forma de supervivencia.  Es un hecho que a pesar de las ayudas que el gobierno brinda a la población de adultos mayores, la pobreza ha aumentado en México.  Un pobre es muy vulnerable para ser reclutado, delinquir o para que abusen de él todavía más.

4. Falta de oportunidades y empleo: La falta de empleo y oportunidades económicas es un factor importante que impulsa la participación en actividades delictivas. La falta de acceso a educación de calidad y la escasez de empleos bien remunerados contribuyen al problema.  Reconociendo a la actual administración, los empleos han aumentado en México en el actual período de gobierno, desgraciadamente, no han beneficiado tanto a los pobres, los que más lo necesitan porque la mayor parte de la población pobre de México tiene menos de 6 años de educación.

5. Descomposición del tejido social: La falta de cohesión social y la pérdida de valores en algunas comunidades contribuyen a la inseguridad. La desintegración familiar, la falta de acceso a servicios básicos y la marginalización social pueden generar entornos propicios para la delincuencia.  La población cada vez menos responde solidariamente a ayudar a alguien en desgracia.  Si encontramos a alguien que está siendo secuestrado, o al que están golpeando, o que está herido, sabiendo que eso nos acarrea problemas, preferimos dejar a las víctimas a la mala suerte de esos eventos.

6. Débil sistema de justicia penal: El sistema de justicia mexicano ha enfrentado desafíos significativos, como la falta de recursos, la impunidad y la corrupción. La baja tasa de resolución de delitos y la falta de confianza en el sistema de justicia disuaden a las personas de denunciar los delitos y debilitan el estado de derecho.  En México de cada 100 delitos que se cometen, sólo 6.4 se denuncian; de cada 100 delitos que se denuncian, sólo 14 se resuelven. Esto quiere decir que la probabilidad de que un delito cometido sea resuelto en nuestro país es tan sólo de 0.9%.  Es de los más bajos mundialmente. Este escenario es una invitación a delinquir por las pocas posibilidades de que algo le pase al delincuente.

7. Tráfico de armas: La facilidad de acceso a armas de fuego en México, especialmente provenientes de los Estados Unidos, ha contribuido al aumento de la violencia y la letalidad de los delitos.  De acuerdo con el New York Times cada año, 213.000 armas llegan ilegalmente a México desde Estados Unidos, según un informe.  En otra demanda del Secretario de Seguridad de la Ciudad de México, aseguran que medio millón de pistolas llegan ilegalmente a México procedentes de los Estados Unidos.  Las famosas demandas del gobierno actual y del gobierno de la Ciudad de México contra los fabricantes de armas no llega a ningún sitio hasta la fecha.

Es importante destacar que la inseguridad en México es un problema complejo y multifacético que requiere abordar estas causas desde diferentes perspectivas, como el fortalecimiento institucional, la lucha contra la corrupción, la promoción de oportunidades económicas y el mejoramiento del sistema de justicia.  Todas estas demandas fueron la bandera del actual gobierno para ser electo.  En nada se ha progresado.

RELATOS ANECDÓTICOS RELACIONADOS CON LA EDUCACIÓN Y LA INSEGURIDAD

En muchas escuelas de México, particularmente en los lugares donde el gobierno se ha disminuido, pienso en mi propia ciudad natal como un ejemplo, la heroica ciudad de Matamoros, Tamaulipas, a media cuadra de la entrada a las escuelas en ambas direcciones, se apuestan niños hijos de bandidos acompañados de otros compañeros bravucones y piden a todos sus compañeros $10 pesos para dejarlos entrar en la escuela.  Los padres de familia prefieren darles a sus hijos ese dinero y evitar que tengan problemas o se priven de recibir la educación los cinco días de escuela que se tienen semanalmente.  Por supuesto que directores, profesores, supervisores e inspectores de la escuela conocen eso y fingen ignorarlo para no tener problemas.

En otras ciudades profundamente infiltradas por diferentes tipos de delincuencia como las de Tamaulipas, Zacatecas, Colima, comunidades de Guerrero, de la Tierra Caliente en Michoacán y otras, cuando dos rijosos tienen alguna diferencia y se amenazan por algún conflicto en la vía pública, los vecinos no llaman a la policía, ni a la guarda nacional, ni a partidos o delegados políticos, llaman “El Punto”, el lugar de los cuarteles generales de esa colonia donde los bandidos operan y tienen su centro de operaciones.  Raudos llegan hombres armados y arreglan el asunto entre los rijosos de alguna manera.  Las autoridades locales saben perfectamente esto, como lo sabe la Guardia Nacional.

LA GUARDIA NACIONAL

Basémonos en hechos, excepción de la aprehensión del “Ratón” (El Chapito), algunos otros capos donde se especula que ha sido más influencia de autoridades de Estados Unidos, o es para favorecer a cárteles rivales, la Guardia Nacional, que no es otra cosa que el ejército con otro nombre, no ha sido muy eficaz en resolver mucho, poco o nada.  Por supuesto que autoridades competentes presentarían una lista larga de logros, pero reitero, la verdad interpretativa que intenta ser tan honesta y auténtica del sentir de la población es que a la Guardia Nacional no le tienen confianza y es más el miedo que respeto lo que siente la población por ella.  Posiblemente este párrafo termine siendo un elogio para la Guardia Nacional, pero en muchos lugares los corren a pedradas.

Como dijo un testigo protegido hace unos años a autoridades de Estados Unidos, al preguntarle, ¿cuál y cómo es el rol del ejército en el combate contra la delincuencia en México?  Sin dudarlo mucho contestó: “Para no dar demasiadas explicaciones, el ejército es “otro cártel.”  Todo sugiere que para la Guardia Nacional el mejor mote descriptivo que se ajusta a la realidad de lo que se piensa y siente por ellos la gente en México es: otro cártel, con uniformes.

COLOFÓN

Tener otros informes, abrazos no balazos, o culpar a la oposición no cambia la realidad.  Negar esa obvia realidad terminará dando malas cuentas históricas.  Recientemente, el aspirante a la candidatura presidencial de Morena, Marcelo Ebrard, presentó el Plan Ángel, basado en la implementación de nuevas tecnologías para reducir la violencia e inseguridad en el país, como inteligencia artificial, drones que den seguimiento a criminales y reconocimiento morfológico de delincuentes por su forma de caminar.  Los que vivimos al norte del Río Bravo pensamos, que si Marcelo no pudo (o no quiso) arreglar las pocas cosas que solicitábamos los mexicanos de la diáspora en los consulados para que se otorgara un mejor servicio, menos creemos que pueda arreglar la inseguridad de México.

A Manuel Cavazos Lerma, quizá uno de los mejores, si no el mejor gobernador que haya tenido Tamaulipas en el último siglo, lo asistía la razón cuando insistía reiteradamente en su gobierno: “La seguridad en cualquier nación es el índice más elocuente de un buen gobierno, de un estado de derecho, de la fortaleza de las instituciones, del respeto a la dignidad humana y de la esperanza de convivir en armonía.”

Tristemente, esto se ha perdido en México.

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