Washington, (EFE News).- La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos mantuvo este miércoles sin cambios los tipos de interés en medio de la aguda crisis desatada por la pandemia de COVID-19, a la vez que subrayó que “la senda de la economía dependerá del rumbo del virus”
“La senda de la economía dependerá de manera significativa del rumbo del virus (…) y las medidas que tomemos para mantenerlo controlado”, señaló el comunicado del Comité Federal de Mercado Abierto de la Fed, al término de su reunión de dos días.
Aunque reconoció que “la actividad económica ha repuntado algo en los meses recientes”, alertó de que sigue “muy por debajo” de los niveles de comienzos de año.
La decisión del banco central estadounidense, que mantiene los tipos de tipos en el rango de entre 0 y 0,25 % desde marzo, al inicio de la crisis, se tomó de manera unánime.
Por ello, insistió en su compromiso “de emplear todas sus herramientas disponibles para apoyar la economía en este momento de desafío” y recordó los programas de inyecciones masivas de liquidez a través de la compra de deuda actualmente en marcha.
RECIENTE REPUNTE EN CASOS AFECTA EL CONSUMO
La reunión se produjo en medio de un preocupante repunte de casos de COVID-19, especialmente en estados del sur y oeste como Florida, Texas o California, que ha obligado a reimponer restricciones en la movilidad y el funcionamiento de negocios.
En rueda de prensa poco después de divulgarse el comunicado, Jerome Powell, presidente de la Fed, reconoció que el alza de casos registrado “en las últimas semanas” parece haber “frenado el consumo y la contratación” de empleados, especialmente en los pequeños negocios, aunque matizó que “aún es pronto” para ver su alcance.
“La actual crisis de salud pública pesará de manera contundente en la actividad económica, empleo e inflación en el corto plazo, y supone considerables riesgos a las perspectivas económicas en el corto plazo”, indicó.
Powell recordó que la actual “es la crisis económica más severa de nuestras vidas”.
“Pasamos de los niveles más bajos de desempleo en cincuenta años a los niveles más altos en 90 años”, afirmó el presidente del banco central estadounidense.
Las últimas previsiones de la Fed sitúan la contracción económica en EEUU en el 6,5 % este año y la tasa de desempleo al cierre de 2020 en el 9,3 %, pero numerosos analistas consideran que podrían revisarse a la baja.
APOYO FISCAL Y MONETARIO CONTINUADO
“El apoyo fiscal ha ayudado y probablemente se necesitará más”, reconoció Powell al ser preguntado por las negociaciones en marcha en el Congreso para un segundo paquete de estímulo fiscal.
En marzo, EE.UU. aprobó un paquete de estímulo económico de 2,2 billones de dólares, el mayor de la historia moderna del país, con el objetivo de contrarrestar los efectos de la pandemia del coronavirus, pero la gravedad de la situación ha demostrado que fue insuficiente.
Ese paquete de estímulo fue el triple del puesto en práctica en 2008 tras el estallido de la crisis financiera, que ascendió a 700.000 millones de dólares.
Los republicanos, con mayoría en el Senado, presentaron este lunes una propuesta de estímulo valorada en 1 billón de dólares, muy por debajo del plan demócrata, quienes controlan la Cámara de Representantes, estimado en 3 billones de dólares y ya rechazado por los conservadores.
Los conservadores, con el respaldo del presidente Donald Trump, proponen reducir el beneficio semanal de desempleo de 600 a 200 dólares hasta septiembre y elevarlo progresivamente hasta un máximo de 500 dólares semanales a partir de entonces, algo a lo que se oponen los demócratas.
Desde la Casa Blanca, la bancada conservadora y el sector privado se ha criticado que el actual refuerzo al subsidios para algunos estadounidenses desempleados suponga que reciban más dinero por estar en casa que por volver a trabajar.
Asimismo, los republicanos incluirían también una nueva ronda de cheques de 1.200 dólares para todos los habitantes regulados del país y varios paquetes de ayudas para escuelas, empresas y seguros de salud.
La disparidad de las posturas apunta a prolongadas conversaciones, pese a que este fin de semana concluye el refuerzo adicional de 600 dólares para los desempleados y que ha sido el salvavidas de muchas familias desde el inicio de la crisis en EE.UU., a finales de marzo.