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Monday, January 27, 2025
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Los mayores de 65: La generación olvidada por el Sistema de Salud

EN SÍNTESIS

A propósito de tanta noticia de Trump que llena los espacios de noticias, se nos olvida que la vida sigue y que desde antes de Trump hay perversidades en el sistema de salud de los Estados Unidos; olvidarse de la generación de +de 65 es una de las más evidentes.

Entre 2010 y 2020, el número de estadounidenses mayores de 65 años creció más rápido que en más de un siglo. En México, se puede decir que se tuvo un crecimiento parecido, aunque con cifras diferentes. Hoy, Estados Unidos tiene más de 55 millones de personas en esta categoría, lo que marca un cambio demográfico sin precedentes. En México, en esa misma fecha de 6 pasaron a más de 10 millones. Sin embargo, detrás de estas cifras, hay una realidad alarmante: los servicios médicos no están preparados para atender las necesidades únicas de esta creciente población en ambas naciones.  Raras veces escribo en primera persona, este tema es tan sensible que mi consciencia me obliga a hacerlo personal.

A pesar de los avances en la medicina, el sistema de salud parece ignorar nuestra existencia, el que escribe tiene 79 años, tratándonos sin entender las complejidades de nuestra etapa de vida. Los mayores de 65 no sólo enfrentamos enfermedades crónicas, sino también cambios físicos, psíquicos y sociales que requieren un enfoque especializado.

LAS CARACTERÍSTICA DE LOS MAYORES DE 65

CARACTERÍSTICAS FÍSICAS

    •    Cambios en el sistema inmunológico: Los adultos mayores tienen una menor capacidad para combatir infecciones, lo que los hace más vulnerables a enfermedades.

    •    Disminución de la masa muscular y densidad ósea: Esto aumenta el riesgo de caídas y fracturas, además de afectar la movilidad.

    •    Alteraciones en el metabolismo: Los medicamentos se procesan de manera diferente, lo que puede aumentar el riesgo de efectos secundarios o sobredosis.

    •    Cambios en los órganos internos: Los riñones reducen su tamaño y eficiencia, y el cuerpo almacena agua de forma distinta, afectando el equilibrio de líquidos.

CARACTERÍSTICAS PSÍQUICAS

    •    Cambios cognitivos: Aunque el envejecimiento normal no implica demencia, muchos experimentan un proceso mental más lento o dificultad para recordar detalles recientes.

    •    Mayor introspección: La etapa de la vejez es un momento de reflexión, donde muchas personas revisan sus logros, arrepentimientos y legados.

    •    Riesgo de depresión y ansiedad: Las pérdidas personales, los problemas de salud y la falta de atención médica adecuada contribuyen a un mayor riesgo de enfermedades mentales. Esto se ve agravado con cada pariente, o amigo que se muere, pues nos recuerda a todos los de la edad que estamos siguiéndolos en la muerte.

CARACTERÍSTICAS SOCIALES

    •    Aislamiento social: Muchos adultos mayores enfrentan la soledad debido a la pérdida de seres queridos, problemas de movilidad o la falta de redes de apoyo.

    •    Contribución comunitaria: A pesar de estos desafíos, los mayores de 65 son pilares de la comunidad, participando en actividades de voluntariado y transmitiendo sabiduría y experiencia a las generaciones más jóvenes. Pero, la verdad sea dicha, son muy pocas estas oportunidades y todo conspira para que no suceda.

    •    Dependencia económica: La mayoría depende de ingresos fijos como pensiones o el Seguro Social, lo que limita su acceso a servicios médicos y recreativos. Muchos, sobre todo en México, carecen de todo, aunque justo sea decirlo, la pensión para adultos mayores ha sido un alivio para los mayores de 65.

LA DESCONEXIÓN DEL SISTEMA MÉDICO

Los mayores de 65 años no somos pacientes promedio. Nuestro cuidado requiere más tiempo, mayor empatía y un enfoque que valore lo que realmente importa para cada uno de nosotros. Por ejemplo, el modelo de los “4M” en geriatría (medicación, estado mental, movilidad y “lo que más importa”) busca que las decisiones médicas se alineen con nuestras prioridades personales. Sin embargo, este enfoque humanizado es ignorado en un sistema médico corporativizado que prioriza la ganancia económica sobre el bienestar del paciente. Particularmente es patético en los Estados Unidos donde los protocolos enfatizan el lucro, las ganancias y no permiten que los doctores sigan sus vocaciones de empatía para alguien de la tercera edad, y mucho menos entrenan a los doctores a tratarnos.

El tiempo que un geriatra dedica a escuchar y entender las historias de sus pacientes no es un lujo, es una necesidad. Cada consulta puede implicar revisar largas listas de medicamentos, manejar múltiples condiciones crónicas e incluso lidiar con decisiones al final de la vida. Pero para muchos médicos jóvenes, la idea de dedicar más tiempo y ganar menos dinero en geriatría no es atractiva. De hecho, en 2022, menos de la mitad de las plazas para la especialidad fueron ocupadas, el porcentaje más bajo entre las 71 especialidades médicas en el país.

Los sistemas médicos, tanto de Estados Unidos, como de México y otras naciones colaboran con su error a fortalecer la idea de que los viejos somos un estorbo, no es extraño entonces ver que, en las casas mismas, los viejos son una molestia, en lugar de un tesoro.  Los valores de los jóvenes se transforman minimizando a los viejos.

UNA GENERACIÓN MARGINADA

El sistema de salud no sólo nos margina, sino que también nos deshumaniza. Nos ven como una carga, como pacientes que “nunca mejoran”. Es triste, pero con frecuencia me quedo con la impresión de que médicos, protocolos, tratos y resultados están encaminados secretamente a hacer tiempo para que los “viejitos” se mueran. Este enfoque, no sólo es despectivo, sino que ignora la riqueza de experiencia y sabiduría que los adultos mayores aportamos a la sociedad. Los médicos, al no recibir una formación adecuada en geriatría, pierden la oportunidad de ejercer una medicina centrada en el paciente, más satisfactoria y menos propensa al desgaste profesional.

Los mayores de 65 años merecemos algo mejor. Somos una generación que ha trabajado y contribuido al desarrollo de nuestros países durante décadas. Ahora enfrentamos un sistema de salud que no sólo nos ignora, sino que también nos trata como si nuestras necesidades fueran secundarias.

LLAMADO A LA ACCIÓN

Es hora de un cambio. Necesitamos un sistema de salud que priorice nuestras necesidades y valore nuestra existencia. La incorporación de principios geriátricos en todos los niveles de atención médica no sólo mejoraría la calidad del cuidado para los adultos mayores, sino que también beneficiaría a pacientes de todas las edades, reajustando los valores para poner a los viejos en el lugar que nos merecemos.

La pregunta clave que deben hacerse los responsables del sistema de salud es: ¿cómo quieren ser tratados cuando les toque llegar a esta etapa de la vida? La respuesta debería ser suficiente para comenzar a reformar un sistema roto que, en su actual estado, no sólo nos está fallando a nosotros, sino a todos. Porque, al final, el declive en la geriatría no es sólo un problema de los adultos mayores, es un problema de toda la sociedad.

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