26 C
McAllen
Wednesday, September 18, 2024
InicioOpiniónAlfredo CuéllarLos teléfonos inteligentes en las escuelas: Una perspectiva global

Los teléfonos inteligentes en las escuelas: Una perspectiva global

El gran reto no es -prohibir- los teléfonos inteligentes en las escuelas, sino enseñar a los estudiantes a  utilizarlos de manera inteligente y productiva.

Andrés Hinojosa C.

INTRODUCCIÓN

El uso de los teléfono y tabletas inteligentes (smartphones) en las escuelas se ha convertido en un tema controversial, con creciente evidencia de que su presencia puede ser tanto beneficiosa como perjudicial. Aunque los smartphones ofrecen acceso a valiosas herramientas y recursos educativos, también representan distracciones significativas y contribuyen a la creciente preocupación sobre la salud mental, la atención y las interacciones sociales entre los estudiantes. Como destacó un artículo reciente del New York Times, muchas escuelas en Estados Unidos están comenzando a tomar medidas al implementar prohibiciones o restricciones sobre el uso de smartphones, reflejando una tendencia más amplia a nivel internacional. Este artículo presenta un repaso de esa nueva tendencia educativa en el mundo y presenta pros y contras.

MEDIDAS EN LOS ESTADOS UNIDOS: HACIA LA RESTRICCIÓN

USA está alejado de ser el modelo mundial en educación; muchas naciones lo aventajan en el gasto que dedican, distritos, estados y la nación entera a la educación, el rendimiento escolar es superior en muchas otras naciones, las innovaciones y nuevas tendencias generalmente se originan en otras naciones.  Sin embargo, con su influencia mundial educando a una comunidad muy diversa siempre es una referencia obligada.

En Estados Unidos, varios estados han promulgado leyes o políticas que restringen el uso de smartphones en las escuelas. Florida, por ejemplo, ha liderado la iniciativa con una prohibición integral de los teléfonos durante las horas escolares en los salones de K-12. Otros estados, como California, Indiana y Luisiana, han seguido este ejemplo, mientras que estados como Nueva York y Arizona están considerando medidas similares. Las escuelas en Florida que implementaron estas prohibiciones ya han observado cambios positivos, como un aumento en las interacciones sociales durante los recreos y una mayor participación en actividades como Twister y pickleball. Esto último sugiere que ante la falta de los teléfonos por estar prohibidos en las escuelas los estudiantes optan por esos deportes y otros que lean acarrean beneficios de salud física y mental.

¿QUÉ HACEN OTROS PAÍSES?

Sin embargo, Estados Unidos no es el único país que enfrenta este problema. A nivel mundial, ha habido una creciente preocupación por las distracciones digitales en las aulas, lo que ha llevado a varios países a prohibir o restringir los smartphones en entornos educativos.

Países como Francia y Australia han estado a la vanguardia del movimiento para prohibir los smartphones en las escuelas. En 2018, Francia introdujo una ley que prohíbe el uso de teléfonos móviles en las escuelas primarias y secundarias, aplicable a estudiantes de hasta 15 años. Las autoridades francesas argumentaron que la prohibición era necesaria para reducir distracciones, mejorar la concentración de los estudiantes y combatir el acoso escolar y la soledad social exacerbada por el uso de smartphones.

De manera similar, en Australia, varios estados han adoptado prohibiciones de smartphones en las escuelas. Nueva Gales del Sur, por ejemplo, implementó una prohibición de teléfonos móviles en las escuelas primarias públicas en 2020, impulsada por preocupaciones sobre los efectos negativos de los smartphones en el rendimiento académico y el bienestar de los estudiantes.

El Reino Unido también ha tomado medidas para abordar este problema. El Departamento de Educación de Inglaterra emitió en 2021 una guía que alentaba a las escuelas a prohibir los teléfonos móviles durante el horario escolar. Aunque no es un mandato a nivel nacional, muchas escuelas han optado por imponer restricciones al uso de teléfonos, especialmente durante las horas de clase.

En contraste, países como Finlandia, conocidos por su sistema educativo progresista, han adoptado un enfoque más equilibrado. En lugar de prohibiciones totales, las escuelas finlandesas se enfocan en integrar la tecnología, incluidos los smartphones, en sus estrategias de enseñanza, al mismo tiempo que fomentan hábitos saludables y la autorregulación en cuanto al tiempo de pantalla. Este enfoque refleja una visión más moderada, que considera que los smartphones, si se utilizan de manera responsable, pueden ser valiosas herramientas educativas.

NORUEGA, SUECIA, SINGAPUR, COREA DEL SUR, ALEMANIA Y JAPÓN: UN ENFOQUE MIXTO

En Noruega, las escuelas han comenzado a restringir el uso de smartphones en ciertos niveles educativos, aunque no existe una prohibición a nivel nacional. La mayoría de las decisiones se dejan en manos de las administraciones escolares locales. Las escuelas que han restringido los teléfonos reportan mejoras en la atención de los estudiantes y una mayor interacción social, similar a lo que se ha observado en otros países.

En Suecia, Singapur, Corea del Sur, Japón y Alemania el debate sobre el uso de smartphones en las escuelas sigue en curso. Algunos municipios y escuelas han decidido restringir el uso de teléfonos móviles durante el horario escolar, mientras que otros han optado por permitir el uso controlado de la tecnología en el aula. Sin embargo, la tendencia parece inclinarse hacia una mayor restricción, con el argumento de que los teléfonos distraen a los estudiantes y dificultan su capacidad de concentrarse en las tareas escolares.  Revisando la historia tendremos que aceptar que entre más países sigan el camino de la prohibición, más naciones en el mundo harán lo mismo.

DILEMAS EDUCATIVOS

El New York Times, tratando este tema presenta excelentes preguntas para educadores, legisladores, administradores y especialistas:

¿Cómo hacer cumplir las escuelas las reglas? ¿Y cuál es el castigo adecuado por romper éstas?¿Deberían las escuelas prohibir el uso del teléfono sólo durante el horario de clase o durante todo el día escolar?

Dicho de otra manera, ¿vale la pena un almuerzo más social (sin teléfonos) comparado con la desventaja de que los padres no puedan comunicarse fácilmente con sus hijos?

¿Cómo pueden los docentes incorporar la tecnología en las clases, como generalmente permiten las nuevas leyes, sin socavar los beneficios de las políticas?

A estas preguntas agrego otras igualmente interesantes:

¿Qué tanto se convierten más las escuelas en cárceles, agregando prohibiciones difíciles de cumplir?

¿Se prestarían estas prohibiciones a que se fuera más laxos con estudiantes de algún grupo étnico y más severos con grupos de otras etnias?

¿Qué es una emergencia válida para que se le preste un teléfono a un estudiante?

¿Cuando los alumnos lleguen a niveles universitarios, será igual o estarán en desventaja por no haberse ejercitado suficiente en los niveles previos?

¿Cuando ingresen los estudiantes al mundo laboral será ventaja o desventaja usar teléfonos inteligentes y computadoras?

¿Existen suficientes investigaciones para asegurar cómo afecta el rendimiento escolar el uso o prohibición de los teléfonos inteligentes en las escuelas?

¿Tenemos estudios concluyentes que muestren los efectos de la salud mental y social por usar o no usar los teléfonos inteligentes?

¿Es justo aplicar la misma regla a todos los niveles de escolaridad?

¿En el caso de otra pandemia, estarán en desventaja los sistemas escolares que han prohibido su uso, puesto que se tendría que recurrir a la educación a distancia?

POSICIÓN DE LA UNESCO

La UNESCO ha expresado preocupaciones sobre el uso de teléfonos inteligentes en las escuelas, señalando que, aunque estos dispositivos pueden ofrecer beneficios educativos, su uso sin control puede generar distracciones y afectar negativamente el aprendizaje. En su informe de 2023, la UNESCO instó a los países a regular o prohibir el uso de smartphones en las aulas debido a su impacto en el enfoque académico y el bienestar general de los estudiantes. Además, se destacó que el acceso constante a estos dispositivos puede incrementar problemas como el ciberacoso y la adicción a las redes sociales.

Sin embargo, la UNESCO también reconoce que los smartphones pueden tener un valor educativo si se integran adecuadamente en los planes de estudio y se utilizan bajo pautas claras, promoviendo un equilibrio entre tecnología y aprendizaje.

La organización recomienda un enfoque equilibrado que considere las necesidades de la era digital, pero sin que el uso de dispositivos tecnológicos comprometa el ambiente de aprendizaje. Desgraciadamente, estas organizaciones internacionales, antes tan prestigiadas, han ido perdiendo influencia en el mundo, sus presupuestos se han reducido y las tendencias populistas y nacionalistas de muchas naciones le restan importancia y cada vez menos se toman como referencia.

EL DEBATE: MODA O TENDENCIA A LARGO PLAZO

El movimiento para prohibir smartphones en las escuelas puede parecer una tendencia reactiva, pero refleja una preocupación más profunda sobre los efectos negativos de la conectividad constante en el bienestar mental y emocional de los estudiantes. Si bien algunos críticos argumentan que prohibir los teléfonos por completo puede ser una sobrerreacción o simplemente una moda pasajera, muchos legisladores y educadores ven esta medida como una respuesta necesaria a los desafíos planteados por la era digital.  Otros ven un lucha perdida aún antes de iniciar cualquier debate o iniciativa ante la influencia de esta era cibernética y de la creciente influencia de la inteligencia artificial.

El debate sobre el uso de smartphones en las escuelas también pone de relieve filosofías educativas contrastantes. Algunos sostienen que enseñar a los estudiantes a usar la tecnología de manera responsable debería ser parte del currículo, mientras que otros creen que eliminar la distracción por completo permite un aprendizaje más efectivo. Los resultados mixtos de varios estudios sobre el tema sugieren que no hay una solución única para todos, y es posible que los países y las escuelas deban adaptar sus políticas en función de los contextos y necesidades locales.

CONCLUSIÓN

A medida que las escuelas y los gobiernos de todo el mundo lidian con el impacto de los smartphones en la educación, la tendencia hacia la restricción parece ganar terreno. Desde Francia hasta Estados Unidos, la medida para limitar el uso de smartphones en las escuelas señala un cambio en la forma en que las sociedades ven la relación entre la tecnología y el aprendizaje. Mientras que algunos países han adoptado prohibiciones como solución a las distracciones, otros buscan equilibrar los beneficios de la tecnología con la necesidad de un aprendizaje enfocado y comprometido. Lo que es claro es que la conversación sobre los smartphones en las escuelas está lejos de terminar, y las políticas adoptadas hoy pueden moldear el futuro de la educación en la era digital. En este debate los estudios sobre los resultados del aprendizaje, la salud mental, y las habilidades sociales en naciones que ya establecieron un no-uso; otras de uso-híbrido y otras más de uso intenso, nos darán luces científicas, ahora casi estamos en tinieblas con un número muy limitado de estudios a que hacer referencia.

Naciones como México, Latinoamérica, y otros países donde no han hecho todavía ningún cambio y funcionan “como siempre”, se les pueda adelantar un razonable curso de acción: ¡Aborden el tema! No hacer nada y seguir como hasta ahora, sin una posición, no es solución, es retroceso.

ARTICULOS RELACIONADOS

DEJA UNA RESPUESTA

Please enter your comment!
Please enter your name here

ARTICULOS RECIENTES