NotiPress.- En noviembre de 2024, representantes de 175 países se reunirán en Busan, Corea del Sur, para la última sesión del año del Comité Intergubernamental de Negociación. El objetivo es acordar un tratado internacional jurídicamente vinculante que aborde la contaminación plástica, desde la prevención hasta la gestión de residuos. Las cuatro rondas de negociaciones previas generaron propuestas que deberán consolidarse en un marco coherente y efectivo.
La Responsabilidad Extendida del Productor (REP) es uno de los temas centrales en las discusiones. Este modelo establece que las empresas sean responsables del ciclo de vida de sus productos, incluyendo su reciclaje y disposición final. Países como Alemania, Francia, Japón y Canadá implementaron sistemas REP que financian la gestión de residuos a través de tasas ajustadas para promover envases reciclables. Además, algunos países integraron a recicladores informales en redes formales, garantizando compensación por sus labores.
Jean Hornain, director general de CITEO, destacó la importancia de un enfoque integral para la REP en el tratado, considerando todo el ciclo de vida de los productos. Según Hornain, es necesario incluir un anexo específico que detalle principios y modalidades, además de herramientas para el seguimiento y la implementación efectiva. Esto debe alinearse con las circunstancias nacionales y promover una transición justa.
Mamogala Musekene, negociadora principal de Sudáfrica, coincidió en que el tratado debe incluir un marco global REP para armonizar estándares mínimos y apoyar a los países en desarrollo. Esto permitiría crear sistemas de gestión más efectivos y equitativos, además de fomentar la inversión en infraestructura de residuos. Musekene también destacó la importancia de fomentar la modulación ecológica de las tarifas para garantizar la sostenibilidad de estos sistemas.
Iniciativas como los créditos plásticos en Filipinas impulsaron la reducción de residuos plásticos. Según Nanette Medved-Po, fundadora de PCX, este mecanismo permite a las empresas cumplir objetivos progresivos que buscan reducir su huella plástica en un 80% para 2028. Filipinas representa un modelo para abordar la crisis con innovación y rapidez, especialmente en mercados emergentes.
Nicolas Lockhart, del Instituto de Comercio Mundial, enfatizó la necesidad de financiamiento privado para cerrar la brecha económica que enfrentan los países en desarrollo. Propone la implementación de una tasa a los productores de polímeros, que junto con la REP, redistribuiría los costos a lo largo de la cadena de valor del plástico.
Los negociadores tienen el reto de transformar estas propuestas en un tratado efectivo cuando se reunan en Busan, capaz de ser ratificado por todos los países. Este acuerdo podría tener un potencial de convertirse en un suceso global en la lucha contra la contaminación plástica y la promoción de un futuro más sostenible.