EN SÍNTESIS
Las amenazas y declaraciones de Donald Trump hacia países como Panamá, Groenlandia, Canadá, México y sus comentarios sobre cambiar el nombre del Golfo de México reflejan una estrategia que mezcla tácticas de negociación agresiva, nacionalismo, y la consolidación de su base política. Esta estrategia, aunque pueda parecer caótica o impulsiva, tiene objetivos claros y responde a varios frentes, en la óptica de la Micropolítica.
1. LA MICROPOLÍTICA
Aunque la Micropolítica es una disciplina que estudia el ejercicio del poder entre dos o más personas u organizaciones y se aparta de las ciencias políticas y los conceptos tradicionales de política, elecciones, partidos políticos, diplomacia, congresos, etc. Trump es un micropolítico, más que un político convencionalmente hablando. Sus limitaciones y falta de experiencia en el
mundo de la política tradicional, y su historia como magnate negociador, agresivo, intimidador, etc. nos permite entenderlo mejor usando a la micropolítica, reconociendo sus fuentes de poder, su retórica y sus estrategias que invariablemente van encaminadas a aumentar su poder, a mantenerlo, o bien a evitar que se disminuya. Por lo tanto, es más fácil anticiparlo, o imaginar qué hará y qué no hará pensando que está en medio de un conflicto, escenarios que él favorece, o en una pelea callejera anticipando que es él quien tira el primer golpe, siguiendo aquella máxima de que “el que pega primero, pega dos veces”.
2. PROYECCIÓN DE PODER Y LIDERAZGO FUERTE
Trump busca proyectar una imagen de “líder duro” que no teme desafiar a otros países. Esta retórica refuerza su imagen entre votantes que valoran el nacionalismo y la idea de que Estados Unidos debe ejercer mayor control sobre el hemisferio occidental. Al amenazar con imponer aranceles a México o hablar de Groenlandia como territorio de interés, transmite el mensaje de que EE.UU. puede y debe dictar las reglas. Eso le interesa más que realmente adquirir Groenlandia o que se cambie el nombre al Golfo de México.
• Ejemplo: Las amenazas de aranceles a México se han utilizado para presionar al gobierno mexicano en temas migratorios, lo que Trump presenta como una victoria política ante su base.
3. DISTRACCIÓN Y CREACIÓN DE CONFLICTOS SIMBÓLICOS
En la Micropolítica se presta particular atención a las dimensiones organizacionales. Son cinco: la dimensión Política, que es la que instintivamente usa Trump buscando siempre acumular más poder. La dimensión Estructural, el mundo de las leyes y reglas, que Trump desprecia por eso siempre anda metido en líos legales. La dimensión Relacional, que usa a veces bien y con frecuencia mal, pues su narcisismo no le permite hacer buenas lecturas de personas y escenarios.
La dimensión Racional es la mayor debilidad de Trump porque le cuesta trabajo hacer proyecciones más allá de un par de jugadas en el ajedrez de la geopolítica mundial. Finalmente, la dimensión Simbólica que es el mundo de valores, trascendencias, y rituales que dan sentido a la identidad de los seres humanos. Un conflicto simbólico es una confirmación del mundo de confrontaciones en que vive Trump. Es algo inexistente, intrascendente pero que recuerda a sus partidarios quién es Trump y para qué sirve.
Cambiar el nombre del Golfo de México a “Gulf of America” es un ejemplo de cómo Trump genera polémicas simbólicas que distraen de problemas internos. Estas ideas alimentan debates que polarizan, pero no necesariamente se concretan. Sirven para movilizar a su base sin costos reales a nivel internacional. Muy parecido al famoso muro que nunca acabó de hacer.
• Interpretación: Estas propuestas refuerzan el orgullo nacionalista y apelan a votantes que ven con buenos ojos la idea de reafirmar la supremacía estadounidense, incluso en aspectos simbólicos.
4. NEGOCIACIÓN AGRESIVA (El Arte del Deal)
Trump aplica su enfoque de negociación basado en crear incertidumbre y presión constante. Las amenazas de aranceles o intervenciones buscan forzar concesiones de otros países. Aunque en algunos casos estas tácticas resultan perjudiciales por enemistarse con aliados, a menudo resultan en acuerdos que Trump presenta como logros.
• Canadá y México: Durante las negociaciones del T-MEC, Trump amenazó con retirar a EE.UU. del TLCAN. Esta presión llevó a un nuevo acuerdo más favorable para ciertos sectores estadounidenses. El mismo Trump no vaciló en alardear que él hizo caer a Trudeau, sin siquiera haber iniciado su mandato.
• Groenlandia: El intento de comprar Groenlandia de Dinamarca fue visto como una forma de expandir influencia geopolítica y garantizar el acceso a recursos estratégicos en el Ártico.
5. NEO-POPULISMO Y NACIONALISMO
Amenazas como las dirigidas a Canadá y las críticas a Trudeau apelan a un sentimiento nacionalista que ve a los líderes extranjeros como débiles o incompetentes. Presentar a Trudeau como un “mal líder” refuerza la idea de que sólo Trump puede proteger los intereses de EE.UU. en la región, que es una estrategia típica de los gobernantes neo-populistas.
• Caída de Trudeau: Si bien la influencia de Trump sobre la política canadiense es limitada, al socavar a Trudeau, busca debilitar las relaciones progresistas y forjar alianzas con líderes más alineados con su ideología, algo que de hecho ya parece haberle funcionado.
6. LA DOCTRINA MONROE MODERNIZADA
Trump ha insinuado una versión modernizada de la Doctrina Monroe, donde EE.UU. considera que el hemisferio occidental está bajo su esfera de influencia. Al amenazar a Panamá o intervenir en temas del Golfo de México, busca reafirmar esa hegemonía.
7. ¿QUÉ BUSCA TRUMP CON ESA ESTRATEGIA?
• Consolidar el voto nacionalista y conservador.
• Reforzar la imagen de EE.UU. como potencia dominante.
• Presionar a países para obtener concesiones económicas y geopolíticas.
• Desviar la atención de problemas internos y generar debates externos.
8. ¿CÓMO DEBEMOS INTERPRETARLO?
• Como parte de su estilo de liderazgo disruptivo. Trump no sigue los modelos diplomáticos tradicionales, sino que usa la confrontación como herramienta constante. Hasta en eso, es un mal micropolítico porque recurre a las mismas estrategias, con las mismas fuentes, repitiendo las retóricas, lo que lo hace más vulnerable ante enemigos.
• No todo es literal. Muchas de sus declaraciones buscan provocar reacciones, pero no siempre se traducen en políticas concretas. O sea, es sólo un perro ladrando sin intenciones de morder.
• Es una estrategia electoral. Estas amenazas aumentan en tiempos de campaña para mostrar “mano dura” en política exterior. Sus limitaciones no le permiten siquiera darse cuenta de que ya no es un candidato, es un presidente electo, pero él sigue sintiéndose en campaña.
En resumen, estas amenazas forman parte de un juego de poder que responde tanto a la política interna como a la visión de Trump de redefinir el papel de EE.UU. en el mundo. Para América Latina y Canadá, representa un reto diplomático, pero también una oportunidad de consolidar lazos en respuesta a las presiones estadounidenses. Otra forma de resumir este análisis es pensar de que Perro que Ladra, a veces muerde, según le convenga. A estas alturas, y siguiendo las reglas de la Micropolítica, es mejor dejarlo ladrar sin preocuparnos demasiado.