(NOTIPRESS).- Los niños no son ajenos a los trastornos del sueño. Según información de Fitbit los pequeños al igual que los adolescentes tienen necesidades y problemas de sueño únicos, ya que necesitan dormir más horas en comparación con los adultos; sin embargo, pueden tener dificultades para obtener la cantidad de horas necesarias de descanso.
Los problemas del sueño pueden ir más allá de la salud y el bienestar. Dormir poco también puede ser causante de problemas de salud mental y cognoscitivos. Recientemente, los investigadores han buscado enlaces a otros problemas, como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (ADHD por sus siglas en inglés). Allison Siebern, PhD, experta en sueño sostiene, “se han reconocido más problemas de comportamiento como déficit de atención e hiperactividad, a causa de la falta de sueño”.
¿Cuál es el número ideal de horas para tener un buen descanso?. Siebern utiliza los siguientes valores de referencia, según las necesidades de cada persona.
Recién nacidos y de hasta dos meses deben dormir de 16 a 20 horas; bebés de dos a 12 meses, entre nueve y 12 horas y considerar dos a 4.5 horas en siestas. Niños pequeños de 12 meses a tres años tienen que dormir de 12 a 13 horas; niños entre tres y 5 años, de 11 a 12 horas; niños adolescentes de seis a 12 años dormirán de 10 a 11 horas, adolescentes entre los 12 y 18 años de 9- 9.5 horas.
Incluso puede simplificarse para niños un poco mayores. Desde la escuela primaria hasta la adolescencia, que abarca hasta los 21 años en el mundo del sueño, hay menos variabilidad en las necesidades de sueño de lo que se podría pensar, comenta Amy Wolfson, PhD, autora del Libro del Sueño para mujeres y profesora de psicología en la Universidad de Loyola. “Basado en constantes investigaciones, la recomendación más común es entre 8.5 y 9.5 horas, independientemente de la edad”; asimismo, “la media de sueño es de 9.2 horas”, sostiene la autora.
Algunas recomendaciones de la fundación “The National Sleep Foundation” es realizar algún tipo de ejercicio físico. Esto ayuda a los niños a conciliar el sueño más fácilmente. También, crear un ambiente de dormitorio tranquilo y una cena ligera pueden ayudar al niño a conciliar el sueño más rápidamente. Wolfson dice que es importante dejar de consumir cafeína entre tres y cinco horas antes de la hora de dormir, lo que significa suprimir refrescos a la hora de la cena.
Tener regularidad con la hora de acostarse y despertar, también puede ayudar a establecer una rutina de sueño saludable. Si el niño se acuesta demasiado tarde puede demorar más en dormirse y se despertará con mayor frecuencia durante la noche.
La luz azul emitida por las tablets, computadoras o la televisión puede mantener a los niños despiertos, por lo que es recomendable apagar estos dispositivos una hora antes de irse a dormir. Siebern comenta: “También puedes comenzar a enseñarle a tus hijos cuando sea apropiado para su edad, a escuchar sus cuerpos cuando se sientan cansados o ansiosos, enseñarles a usar la respiración profunda y la relajación muscular progresiva”. Aprender a controlar sus cuerpos es clave.
Seguir una rutina al momento de acostarse y hacerlo a una hora razonable son dos componentes importantes para ayudar a que los niños duerman bien durante la noche. El principal objetivo es resaltar lo importante del sueño en casa, dice Wolfson. Eso significa descansar lo suficiente y respetar la cantidad de horas sugeridas al dormir. Recordar: los adultos son el modelo a seguir para los niños.