Chicago (EE.UU.),(EFE).- El Abierto de Estados Unidos de golf vuelve al ‘The Country Club’ de Brookline (Massachusetts), uno de los clubes más antiguos del mundo. Firmas de relojes y coches de lujo, marcas de whisky y empresas tecnológicas son sus patrocinadores principales. Varias de ellas cuentan con sus propios palcos para los clientes de élite. Sus millonarios acuerdos comerciales financian un torneo que repartirá más de 12 millones de dólares (11,4 millones de euros) en premios.
En medio de la tormenta por el lanzamiento del LIV Golf, la nueva ultra millonaria liga impulsada por Arabia Saudí, la PGA presume de tradición. La primera edición del Abierto de Estados Unidos se remonta a 1895, un año después de que ‘The Country Club’ fundara la Asociación de Golf estadounidense junto a otros cuatro clubes. Jon Rahm, el vigente campeón, no tiene dudas: “Quiero competir contra los mejores y con un formato que se usa desde hace cientos de años”.
Conocido por la dificultad de su recorrido, y por los ‘par’ exigentes, ‘The Country Club’ registró una enorme petición de entradas. Los palcos exclusivos ya llevan días completamente agotados y los billetes para público general oscilan entre los 400 y los 10.000 dólares (380 a 9.500 euros).
Un impulso económico para el área de la cercana Boston, donde las Finales de la NBA entre los Celtics y los Warriors y el Abierto de Estados Unidos han disparado los precios de los hoteles, con estructuras de dos estrellas que se venden por más de 200 dólares por noche.
EL PORTAFOLIO DE PATROCINADORES
Rolex, patrocinador del Abierto de Estados Unidos desde 1980, Lexus, American Express, Deloitte, Cisco o el whisky Dewar’s son algunas grandes marcas que financian el torneo.
Algunas de ellas cuentan con particular visibilidad en el recorrido de 18 hoyos, no solo en el club sino también por las televisiones dueñas de los derechos, Golf Channel y NBC, en Estados Unidos.
Además, Lexus y American Express cuentan con palcos exclusivos donde los clientes que tengan entradas premium pueden disfrutar de experiencias paralelas, como simuladores de conducción de coches.
Dewar’s venderá sus cócteles durante el fin de semana y no perdió la oportunidad de aumentar sus negocios al lanzar, junto al torneo, una línea de botellas especiales, de edición limitada.
Este año, se vende un whisky madurado 19 años en barricas de roble americano, cuyos ingresos financiarán parcialmente a la Asociación de Golf estadounidense.
CUESTIÓN DE TRADICIÓN
Ante la amenaza que supone el lanzamiento del LIV Golf, una liga que está atrayendo a grandes estrellas como Sergio García o Dustin Johnson por sus premios particularmente ricos, la PGA defiende su tradición de más 120 años y recibió en los últimos días unas sentidas muestras de apoyo por ‘grandes’ como Jon Rahm.
“Quiero jugar contra los mejores del mundo con un formato que se usa desde hace cientos de años”, afirmó.
“Sí, los premios del LIV son excelentes. ¿Mi estilo de vida cambiaría si tuviera 400 millones? No, no cambiaría lo más mínimo. Podría retirarme ahora y tener una vida muy feliz sin volver a jugar al golf. Nunca jugué por razones de dinero, juego por amor a este deporte y quiero competir contra los mejores”, agregó.
En particular, el ‘The Country Club’, abierto en 1882, albergó cuatro ediciones del Abierto de Estados Unidos (1913, 1963, 1988 y 2022), además de la Ryder Cup de 1999.
Conocido por su exclusividad, entre sus socios figuran la leyenda de la NFL Tom Brady y su mujer, la brasileña Gisele Bündchen.
PREMIOS DE 335 DÓLARES EN 1895, MÁS DE 12 MILLONES EN 2022
El primer ganador del Abierto de EEUU, disputado en octubre de 1895 con un recorrido de nueve hoyos, fue el británico Horace Rawlins, quien se llevó un cheque de 150 dólares más una medalla valorada en 50 dólares.
El total de premios para esa primera edición, en el que participaron once golfistas, diez profesionales y un aficionado, era de 335 dólares.
En la edición de 2021, Jon Rahm se llevó 2,25 millones de dólares en premios por su victoria, de un total de 12,5 millones repartidos entre los participantes.
Este año el ganador podría llevarse 2,5 millones de dólares en premios, según estiman los medios estadounidenses.
Andrea Montolivo