Los Ángeles (EFE).- A las fallas de la respuesta policial durante el tiroteo en una escuela de Uvalde (Texas) en la que murieron 19 niños y 2 maestras se sumaron otras médicas, como la falta de ambulancias y de coordinación médica, reveló este martes una investigación realizada por medios estadounidenses.
El análisis de los registros, los videos y las comunicaciones entre las autoridades en el tiroteo del 24 de mayo pasado evidenció una “respuesta médica defectuosa”, que según expertos, socavó las posibilidades de supervivencia de algunas de las víctimas que salieron con vida.
La investigación, a cargo de The Washington Post, The Texas Tribune y ProPublica, subrayó fallas de comunicación y en la cadena de mando.
La respuesta médica dispersa frustró la respuesta de los médicos y retrasó los esfuerzos para llevar ambulancias, transporte aéreo y otros servicios de emergencia a las víctimas, según resalta el informe periodístico.
Tres de las víctimas mortales, Eva Mireles, de 44 años, Xavier López, de 10 años, y Jacklyn “Jackie” Cazares, de 9 años, salieron de la escuela con pulso pero fallecieron más tarde, según la investigación
En el caso de Mireles y López, los registros muestran que los recursos para atención crítica no estaban disponibles cuando los médicos esperaban que lo estuvieran, lo que retrasó el tratamiento hospitalario. Cazares murió mientras era transportada al hospital.
Solo dos ambulancias estaban afuera de la escuela cuando el agresor, Salvador Ramos, de 18 años, fue dado de baja por la Policía, lo que no fue suficiente para 10 o más víctimas de disparos que aún estaban vivas. El médico que atendió a Mireles cuando fue sacada al exterior de la escuela aún con vida dijo que no vio ninguna ambulancia en ese momento.
Seis estudiantes, incluido uno que resultó gravemente herido, fueron trasladados a un hospital en un autobús escolar sin médicos capacitados a bordo, según los registros del servicio de emergencia Texas EMS.
Las ambulancias adicionales comenzaron a llegar diez minutos después de la muerte de Ramos. Sin embargo, decenas de vehículos policiales estacionados bloquearon el paso de las ambulancias que intentaban acceder a las víctimas.
Aunque se disponía de helicópteros, no se utilizó ninguno para trasladar a las víctimas directamente desde la escuela.
Al menos cuatro pacientes que sobrevivieron fueron conducidos primero a un hospital cercano o al aeropuerto en ambulancia para después ser enviados en helicóptero a un centro de traumatología mejor equipado en San Antonio (Texas)
Tampoco se permitió que helicópteros médicos con suministros de sangre aterrizaran en la escuela. Un oficial del departamento de bomberos no identificado les dijo que esperaran en un aeropuerto a 3 millas de distancia (4,8 kilómetros).
Los Rangers de Texas, un brazo del Departamento de Seguridad Pública de Texas (DPS), ha iniciado una investigación sobre si alguna víctima podría haber sobrevivido si hubiera recibido atención médica inmediata.
Un informe del Comité de Investigación de la Cámara de Representantes de Texas encontró que más de 370 agentes de corporaciones locales, estatales y federales respondieron al tiroteo pero tardaron más de una hora en confrontar y abatir a Ramos.