San Salvador, (EFE).- Cuando Stefanía Aradillas (Ciudad de México, 28 años) comenzó a jugar béisbol a los cuatro años con “puros niños” supo que los gritos de los padres que decían “cuidado con la niña” eran, más que un insulto, un halago.
Su talento convirtió aquella frase en una advertencia para sus amigos varones que se dieron cuenta de que tenían que tener “cuidado” cada vez que Aradillas pasaba al plato con su bate porque la pelota iría lejos del cuadro.
Así fueron los primeros veranos que recuerda la jugadora del equipo de sóftbol femenino de México -y la única con experiencia olímpica entre todas las softbolistas de estos Juegos Centroamericanos y del Caribe-, que se abrió paso en un mundo de hombres.
El conocido por sus seguidores como el “rey de los deportes” fue una herencia de su padre y abuelo, ambos aficionados del béisbol.
Pero, aún “muy chiquita”, Aradillas chocó con un enorme muro. Ese mismo que lleva inscrita la frase del “cuidado con la niña”.
“Recuerdo que hubo un (torneo) nacional en el que justamente daban acreditaciones, como ésta (señala su carnet de San Salvador 2023), y dieron la de todos pero la mía no. Entonces mi coach dijo: ‘¿Por qué no está?’. (Y contestaron): ‘No llegó…’. Y resulta que alguien se la había guardado dentro de la playera (camiseta) para que no jugara”, cuenta en entrevista con la Agencia EFE.
Steffy, como la conocen sus amigos y familia, decidió que lo mejor que podía hacer era ignorar esas situaciones. Pero la vida le siguió lanzando curvas y tuvo que dar un giro en su carrera para poder seguir su sueño de batear para su país en torneos internacionales.
CAMBIAR AL SÓFTBOL
El cambio de guió ocurrió antes de que cumpliera 10.
“Me dijeron ‘no puedes practicar béisbol, no puedes ir a un Mundial a representar a tu país porque eres mujer”, lamenta la medallista de plata en los juegos centrocaribeños de Barranquilla 2018.
Fue así que decidió pasar al sóftbol, un deporte similar a la pelota caliente pero en el que las mujeres tienen más protagonismo.
El salto le permitió hacer una carrera en las ligas colegiales de EEUU y, en 2015, cumplir uno de sus anhelos: ir a un Mundial con México, algo que repitió dos años después.
Su ascenso en los equipos nacionales fue meteórico. Aradillas fue clave en el clasificatorio a los JJOO de Tokio 2020, torneo en el que México terminó invicto y clasificó por primera vez a la justa olímpica.
El debut fue por todo lo alto y el equipo -el único latinoamericano entre los seis que jugaron en ese verano de 2021- terminó en un histórico cuarto lugar.
Y aunque Aradillas mantiene la calma en la entrevista, hablar de Tokio, y lo que significó para el sóftbol femenino mexicano, le arranca una sonrisa. En especial cuando muestra el tatuaje de los aros olímpicos en su brazo izquierdo.
La norteamericana es consciente del impacto que ha tenido esa hazaña. Lo nota cuando pasa al plato a batear en San Salvador 2023 y las jóvenes de distintas nacionalidades la reconocen.
“Me emociona mucho que nuevas generaciones ya nos vieron ahí y ya tienen esa idea y esa imagen”, confiesa emocionada.
LAS REDES SOCIALES
A la fama de la mexicana en el diamante también se le unió la que logró en las redes sociales.
En unos JJOO tan atípicos como los de la capital japonesa, aislada del mundo y con controles de covid-19 día sí y día también, Aradillas subió vídeos en Tiktok para mostrarle a su familia -y, de rebote, al mundo- cómo se cocía esa justa tan anormal tras bambalinas.
Sus publicaciones captaron la atención de muchos en México.
La softbolista sigue activa en redes y es común encontrar material suyo, que puede ir desde sus sesiones de entrenamiento hasta explicaciones técnicas sobre el béisbol de las grandes ligas o los colegiales de sóftbol de EEUU.
“Me gusta mucho compartir historias de deportistas, de mujeres que están haciendo las cosas bien”, agrega.
Justamente en uno de sus tiktoks, la mexicana hizo un guiño a los comentarios machistas que recibía la pequeña Steffy cuando jugaba con los niños.
Con una compilación de fotografías de su carrera, Aradillas dice frente a la cámara: “Juegas como niña siempre debió haber sido un cumplido”.
Juan Carlos Espinosa