Ya se ha informado que el presidente electo Donald Trump invitó a varios dignatarios extranjeros a su toma de posesión el 20 de enero, pero hay un importante líder político que aún no se sabe si recibirá una invitación: el venezolano Edmundo González Urrutia. Debería ser invitado ya mismo.
González Urrutia es el candidato opositor que, según las actas de votación publicadas por la oposición venezolana y verificadas por expertos, ganó las elecciones del 28 de julio por una abrumadora mayoría.
La administración, el presidente Joe Biden lo reconoció recientemente como el “presidente electo” de Venezuela.
El dictador venezolano Nicolás Maduro, que se proclamó fraudulentamente ganador de las elecciones a pesar de no haber dado a conocer las actas de la votación, planea prestar juramento para un tercer mandato consecutivo el 10 de enero.
González Urrutia, que está exiliado en España, ha prometido regresar a Venezuela para asumir el cargo en esa misma fecha.
Según me dicen varios dirigentes opositores venezolanos, sería imperativo que Trump invitara a González Urrutia a su toma de posesión, o a que hiciera una visita antes, para enviar una poderosa señal de apoyo a las fuerzas prodemocráticas de Venezuela.
Cuando recientemente le pregunté a la líder opositora María Corina Machado si Trump debería invitar a González Urrutia a su ceremonia inaugural, me dijo: “La respuesta es sí. Y ojalá antes Edmundo también pueda reunirse con el presidente Biden”.
Machado me dijo que esas reuniones serían importantes, porque mandan un fuerte mensaje a los venezolanos. “Es saber que no estamos solos, de que contamos con los gobiernos democráticos y con los pueblos del mundo”, me señaló.
Estas reuniones de máximo nivel también enviarían un poderoso mensaje a los militares venezolanos y a los compinches empresariales de Maduro, algunos de los cuales creen que Estados Unidos llegará a un acuerdo con el dictador venezolano para reducir la migración y aumentar las exportaciones de petróleo, me dijo Machado.
Según un artículo del 28 de noviembre en el diario The Wall Street Journal, ejecutivos petroleros estadounidenses cercanos a Trump están tratando de convencerlo de que llegue a un acuerdo con Maduro para que Venezuela frene el flujo de migrantes a cambio de más importaciones de petróleo de Estados Unidos.
El secretario de Estado designado de Trump, Marco Rubio, es partidario de una mayor presión sobre el régimen de Maduro, pero los rumores de un supuesto acuerdo Trump-Maduro le han dado al dictador venezolano oxígeno político dentro de la mafia gobernante en Venezuela.
El mero anuncio de una invitación oficial a González Urrutia para la inauguración de Trump ayudaría a convencer a algunos aliados de Maduro de que existe un fuerte apoyo bipartidista a la oposición venezolana en Estados Unidos, me dijo Machado.
Al momento de escribir este artículo, Trump ha invitado a su ceremonia inaugural al líder chino Xi Jinping, quien ha dicho que no irá, al presidente ucraniano Volodímir Zelenski, a la presidenta italiana Giorgia Meloni, al presidente argentino Javier Milei y al presidente salvadoreño Nayib Bukele.
Pero González Urrutia aún no ha recibido una invitación del equipo de Trump, me dicen allegados al líder opositor venezolano. Hay esfuerzos en curso para convocar una reunión de presidentes con González Urrutia antes de la toma de posesión de Trump en Estados Unidos, Panamá u otro país de la región, pero aún no se ha concretado un lugar y fecha para una reunión, según me informan.
Además de enviar un fuerte mensaje de apoyo a la oposición venezolana, invitar a González Urrutia a Estados Unidos para la toma de posesión de Trump sería coherente con la política anterior de Estados Unidos hacia Venezuela.
En 2019, el entonces presidente Trump reconoció al presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, como presidente interino de Venezuela después de que Maduro se robó las elecciones de 2018. La invitación a González Urrutia estaría tanto o más justificada, porque fue elegido presidente de su país.
Mi conclusión: la oposición venezolana necesita urgentemente una fuerte señal de apoyo de Estados Unidos y de la comunidad internacional para convencer a las fuerzas armadas de Venezuela de que las cosas sólo empeorarán si Maduro permanece en el poder. Trump debería enviar una invitación oficial a González Urrutia, y debería hacerlo hoy mismo.