Nueva York, (EFE).- El presidente Donald Trump ha pasado en pocas horas de cargar contra Wall Street a animar a los inversores a comprar en la bolsa de valores, en medio de una creciente tensión mundial por los aranceles y con el temor a la recesión que se amplifica.
En la noche del martes, en una comparecencia ante el Comité Republicano en Washington, Trump se jactó una vez más de ser el presidente del pueblo y no de las élites financieras: “Estoy orgulloso de ser el presidente que representa a la calle (‘Main Street’) y no de Wall Street; que protege a las clases medias, y no a la clase política; y que defiende a Estados Unidos, y no a los estafadores comerciales del mundo entero”.
El antagonismo Main Street/Wall Street no es una invención de Trump, ya que suele usarse para representar la contraposición entre los pequeños negocios y la economía de las clases populares frente a las élites financieras y las grandes empresas.
Aunque no mencionó nombres concretos, parecía referirse a los ‘gurús’ de las finanzas que en los pasados días se han manifestado críticos contra sus políticas arancelarias y han alertado sobre una más que probable recesión.
Entre esos reputados financieros que han manifestado escepticismo sobre los aranceles cabe citar al CEO de JPMorgan Chase, el mayor banco de país, Jamie Dimon; el magnate Bill Ackman, un gestor de fondos especulativos muy seguido en Wall Street, e incluso Elon Musk, el fundador de Tesla y ahora mano derecha de Trump.
Que la opinión de Musk es solo suya se puso de manifiesto ayer martes cuando se enfrentó con una agresividad inusitada contra uno de los asesores comerciales principales de Trump y defensor de sus políticas arancelarias, Peter Navarro, a quien llamó “imbécil”, “tonto de remate” y “Peter Retrrrrasado”.
El diario Wall Street Journal comenta hoy que, más allá del chascarrillo y el insulto, esa pelea entre los dos asesores de Trump revela que existen “dos facciones en competencia”, una más favorable al libre comercio y al globalismo (Musk) y otra proteccionista y de tintes nacionalistas, en la línea del ideólogo ‘ultra’ del trumpismo Steve Bannon (Navarro).
“Qué parte vaya a prevalecer con mayor frecuencia determinará probablemente si las políticas económicas de Trump tienen éxito”, dice el diario en un artículo editorial que no oculta sus simpatías por la ‘facción Musk’.
¡UN GRAN MOMENTO PARA COMPRAR!
Pero los comentarios de anoche de Donald Trump -aderezados con vulgaridades como que el mundo entero le ‘besa el trasero’ (sic) para rebajar los aranceles- han dado paso hoy a otro tono por parte del presidente, que indica más bien que trata de templar ánimos en Wall Street y rebajar su agresividad.
“¡TRANQUILOS! Todo va a resolverse bien”, escribió el presidente en su red Truth Social en la mañana del miércoles, un mensaje interpretado unánimemente como un llamamiento a la calma a los inversores. “¡ES UN GRAN MOMENTO PARA COMPRAR!”, remachó pocos minutos después.
El momento elegido para postear esos mensajes, justo cuando abría la bolsa estadounidense, tuvo efecto inmediato y los tres principales índices se pusieron en verde, solo para virar al rojo en un par de horas y reflotar después a media sesión, prueba de lo inestable del impulso comprador.
El S&P 500 es el peor parado hasta el momento: ha perdido en torno al 15 % de su valor desde que Trump asumió la presidencia a finales de enero.
En los dos días posteriores al anuncio de los aranceles globales del pasado miércoles, la bolsa de Nueva York perdió más de seis billones de dólares, y en lo que va de semana ha seguido recortando.