El premio Nobel Mario Vargas Llosa, 86, el escritor latinoamericano viviente más conocido en el mundo, está bastante pesimista sobre América latina en estos días.
Cuando hablé extensamente con él la semana pasada, sólo vio unos pocos rayos de esperanza en el continente. “Este es un período muy malo para América Latina”, me dijo en una entrevista por Zoom desde su casa en Madrid.
Refiriéndose a la reciente elección de presidentes de izquierda en Colombia, Perú, Chile y la posible victoria del expresidente Luis Ignacio Lula da Silva en las elecciones de octubre en Brasil, dijo que teme “que no va a resultar bien en ningún caso”.
Para empeorar las cosas, la pandemia de COVID-19 ha afectado mucho más a América Latina que a otras regiones del mundo, en número de muertes y en daños económicos, señaló.
Vargas Llosa, quien acaba de publicar un libro titulado “La mirada tranquila”, un ensayo sobre el novelista español Benito Pérez Galdós, se contagió de COVID-19 en abril. Tuvo que ser hospitalizado, y casi se muere, aunque ahora ya se encuentra bien, me contó.
“Lo peor fue la espera de la ambulancia que me enviaba el hospital, cuando había perdido ya prácticamente la respiración, que tardó casi dos horas en venir, de tal manera que llegué a estar en un estado realmente comatoso”, me dijo. “Fue realmente una experiencia horrible”
Vargas Llosa me dijo que el futuro de los nuevos gobiernos de izquierda de América Latina “va a depender fundamentalmente de Cuba”. Explicó que muchos de los recientemente electos presidentes de la región tienen bases de extrema izquierda aliadas de la dictadura cubana, que podrían impedir que giren hacia el centro.
Le preocupa especialmente su Perú natal, donde me dijo que el presidente Pedro Castillo, un ex maestro de escuela primaria rural, es “un analfabeto” que está arrastrando al país a la bancarrota. “Es el peor presidente en la historia del Perú”, agregó. “Mi esperanza es que haya una mayoría en el Congreso que proponga su destitución, la apruebe, y que se convoque a elecciones, y que los peruanos elijan mejor esta siguiente vez,” dijo.
Sobre Colombia, donde el ex guerrillero de izquierda y ex alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, asumirá el cargo el 7 de agosto, Vargas Llosa dijo que teme que la base de extrema izquierda de Petro lo empuje a adoptar medidas radicales.
Sobre la actual crisis financiera de Argentina, Vargas Llosa dijo que “mientras los argentinos no se liberen del peronismo que les ha acarreado todos los males del mundo, Argentina no va a salir de esa trampa en la que se encuentra”. Agregó: “Mi esperanza en Argentina es que gane (el ex presidente Mauricio) Macri las siguientes elecciones”.
Sobre las próximas elecciones de Brasil, dijo que si fuera brasileño, se abstendría de votar. El actual presidente derechista Joao Bolsonaro “es un payaso”, y su principal rival, el ex presidente izquierdista Lula, ha estado en el centro de grandes escándalos de corrupción, explicó.
Algunos de los pocos focos de esperanza que ve Vargas Llosa en la región son Uruguay y Ecuador, cuyos presidentes están ayudando a sus países a crecer y a reducir la pobreza, dijo.
Cuando le pregunté sobre Estados Unidos, Vargas Llosa dijo que el ex presidente Donald Trump “condujo a Estados Unidos a un punto en el que la democracia misma estaba en peligro”. Pero expresó su optimismo de que “no creo que los norteamericanos vuelvan a elegir a una persona como Trump”.
Estoy de acuerdo con muchas de las opiniones de Vargas Llosa, aunque soy algo menos pesimista que él sobre el futuro inmediato de América Latina.
Creo que, a diferencia de la década de 2000, cuando gran parte de la región estaba gobernada por presidentes populistas que se beneficiaron de un record mundial de los precios de las materias primas, los actuales presidentes no tienen el dinero para embarcarse en modelos populistas radicales como el de Venezuela.
Sin embargo, admiro — además de su literatura — la valentía de Vargas Llosa de decir lo que piensa, sin temor a molestar a nadie, y su entusiasmo en su trabajo (está escribiendo una nueva novela, sobre la música peruana). Le deseo muchos años más de buena literatura, y de declaraciones políticas osadas.