Vida y Salud

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Dra. Aliza Lifshitz
Dra. Aliza Lifshitz

Dra. Aliza Lifshitz

• Las bebidas energéticas y la hiperactividad en los niños

Un estudio sugiere que los estudiantes de entre 10 y 12 años de edad que toman bebidas energéticas endulzadas aumentan su riesgo de tener hiperactividad en un 66% comparado con otros chicos. Los investigadores llegaron a estas conclusiones después de analizar el tipo de bebidas que consumían. En el estudio evaluaron a 1,649 estudiantes en el quinto, séptimo y octavo grados acerca de las bebidas que consumían y analizaron sus niveles de hiperactividad y de falta de atención. Los investigadores concluyeron que aunque bebieran refrescos o sodas, jugos de fruta, etc., sólo las bebidas energéticas se asociaban con mayor riesgo de falta de atención e hiperactividad.

Lo que sucede es que las bebidas energéticas además de un contenido elevado de azúcar, también contienen cafeína con frecuencia. Algunas bebidas energéticas contienen hasta 40 gramos de azúcar cada una. Dependiendo de la edad del niño, lo máximo que se recomienda al día es entre 21 y 30 gramos diarios. El estudio se publicó en la revista Academic Pediatrics.

• La temperatura del cuerpo después de un paro cardíaco y la supervivencia

La Asociación Americana del Corazón dio a conocer un dato importante en relación con las medidas que deben tomarse después de reanimar a una persona que ha sufrido un paro cardíaco. Según se comprobó en un estudio realizado en Madrid, el reducir la temperatura corporal de ese paciente, mediante una solución salina fría administrada en la vena, podría incrementar sus posibilidades de sobrevivir e incluso evitar un mayor daño al cerebro. Durante un paro cardíaco, el corazón deja de funcionar repentinamente. Si se restablece el ritmo cardíaco, pero la persona se encuentra en coma, el tratamiento debería incluir reducir su temperatura corporal para disminuir la cantidad de oxígeno que necesita y evitar daños cerebrales graves.  Los investigadores indican que lo que más ayuda es controlar el nivel de hipotermia hasta los 89.6º F (32º C).  Los pacientes a quienes se les redujo la temperatura a ese nivel sobrevivieron sin presentar ninguna discapacidad cerebral grave y pudieron volver a sus actividades habituales con mayor rapidez.   Para videos, reportes gratuitos y más información, visite www.VidaySalud.com. Suscríbase y recíbalos automáticamente.