Los Ángeles (EE.UU.), (EFE).- El Sindicato de Actores de Hollywood (SAG-AFTRA), actualmente en huelga, mantuvo una reunión virtual con algunos miembros en la que se discutió la importancia de lograr “cambios transformadores” en el convenio colectivo con la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP) en pro del porvenir de la profesión.
“Sin un cambio transformador en el actual contrato de SAG-AFTRA con la AMPTP, la profesión de actor dejará de ser una opción para las futuras generaciones de intérpretes”, dijo el negociador jefe del Sindicato de Actores de Hollywood, Duncan Crabtree-Ireland, según fuentes de la revista especializada Variety.
Crabtree-Ireland también consideró que de lo contrario, las condiciones de trabajo para los actores también podrían orillar a los profesionales que ya trabajan en el sector a buscar otras carreras para poder sobrevivir.
El medio estadounidense señaló que cerca de 800 miembros del gremio estuvieron presentes en la charla para discutir temas centrales de la huelga que mantienen desde el pasado 13 de julio, después de que la unión y la AMPTP no llegaran a un acuerdo para la renovación de su contrato.
El ejecutivo del SAG-AFTRA lideró el encuentro y trató puntos como el reparto de ingresos, la asistencia sanitaria y la jubilación, plataformas de casting en línea, así como la inteligencia artificial. Además respondió preguntas de los presentes.
Lupita Nyong’o (“12 Years Slave”), Melissa McCarthy (“The Heat”), Vanessa Hudgens (“High School Musical”), Lucy Liu (“Kill Bill: Vol. 1”), Michael Stuhlbarg (“The Shape of Water”) y Josh Pence (“Draft Day”), fueron algunos de los participantes.
Paralelamente se llevaron a cabo piquetes a las afueras de las oficinas de los grandes estudios de Nueva York y Los Ángeles, y entre los actores que desfilaron por las manifestaciones estuvieron Hilary Duff, Kevin Bacon, Bob Odenkirk y Francia Raísa.
La huelga, que se lleva a cabo simultáneamente a la de los guionistas (WGA) por razones similares por primera vez en 63 años, avecina una crisis millonaria para la industria del entretenimiento de EE.UU. y una ola de cancelaciones de producciones, premios, convenciones y giras promocionales.
Los interpretes exigen un aumento del salario mínimo, mermado por la inflación y el “streaming”, la regulación de los derechos de imagen con respecto a la inteligencia artificial y la cobertura del coste de las audiciones autograbadas, entre otras peticiones.