Miami, (EFE News).- El cantante mexicano Alejandro Fernández anunció con emoción que regresa a los escenarios de Estados Unidos y lo hará junto a su hijo Alex tras tener que suspender su gira en 2020 por una pandemia en la que ha “afrontado” la muerte.
“Estoy muy emocionado de retomar los conciertos con él”, dijo Fernández a Efe. Los artistas harán mancuerna en la etapa estadounidense de su gira “Hecho en México”, que debió suspender por la pandemia tras apenas cinco fechas a principios de 2020.
“Regresar después de tanto tiempo apoyándolo es muy especial para mí”, subrayó El Potrillo, quien contó que también se ha involucrado en lo que será el próximo disco de su hijo.
Con 29 años de vida artística profesional, aunque antes había participado en proyectos con su padre, el legendario cantante mexicano Vicente Fernández, el artista ha viajado por el mundo con su pop muy mexicano y su mariachi. Sin embargo, admitió que es posible que sus fans noten algunos cambios.
Se presentará en Payne Arena de Hidalgo el sábado 9 de octubre.
“He afrontado la muerte durante la pandemia. Ha sido muy difícil. Se me ha ido mucha gente querida”, reveló sin dar nombres. Su papá ya tiene 81 años y ha estado plagado de enfermedades en los últimos años.
No solo ha sido la covid-19 lo que le obligó a reflexionar sobre lo efímero de la vida. Este jueves recibirá el premio “Ícono” en los Latin American Music Awards.
Después de decenas de galardones, cuesta pensar que siguen siendo especiales, pero El Potrillo asegura que los “atesora” y este en especial porque le “hizo mirar hacia atrás” y será el primero de este estilo que recibe.
“No me había dado cuenta de que estoy por cumplir 30 años en esto”, admitió. Tres décadas de música representan cientos de canciones, trajes de charro, sombreros, trajes formales, corbatas, tequilazos y ayayays. Pero asegura que se siente “como el primer día. Esa cosquillita no se me ha ido y ya estoy contando los días”.
La gira estadounidense arrancará en Reno (Nevada) el 10 de septiembre. Seguirá por Sacramento y con emoción afirma que estará en Las Vegas para dar “El Grito de la Independencia” mexicana, “como lo he hecho desde hace años, con la excepción de 2020 por la pandemia.
Terminará en Phoenix el 24 de octubre después de pasar por ciudades como Chicago, Boston, Atlanta, Houston, Nueva York, Miami y San Antonio, entre otras.
Parte de la taquilla de las 19 fechas anunciadas será destinada a la organización pro inmigrante Families Belong Together (Las Familias Merecen Estar Juntas) y parte de lo que se recaude en el concierto de Las Vegas irá a apoyar los esfuerzos de los “soñadores”.
“Es una misión que es muy importante para mí y para toda mi familia”, explicó. Desde hace varias décadas los Fernández han apoyado diversas causas en Estados Unidos en materia migratoria.
“Ahora estamos ayudando específicamente a los más desprotegidos, a niños que fueron separados de sus padres, a jóvenes que luchan por el lugar que consideran su país”, manifestó.
LA MADUREZ DE LOS 50 Además de preparar la gira “Hecho en México” y asesorar profesionalmente a Alex, Fernández se dedicó a sí mismo durante la pandemia, periodo durante el cual estuvo en su casa de Puerto Vallarta (México) y a acercase “más a Dios”.
“Me siento muy bien, en paz. Siento que maduré mucho también. El ver la posibilidad de morir de repente (por el coronavirus) te hace reevaluar muchas cosas”, indicó.
Esa madurez que supone cumplir 50 años el próximo día 24 de abril hasta le ha cambiado la perspectiva y se ha reconciliado con las canas: “Me las he pintado desde muy joven, pero ya me cansé”.
EL POTRILLO MENTOR
Hasta marzo del año pasado, Alejandro Fernández seguía el patrón tradicional de la industria musical: Primero el disco y después la gira.
Esta vez, a su exitoso disco “Hecho en México” le ha sumado varios sencillos como “Que se sepa nuestro amor”, con Mon Laferte, “Decepciones”, con Calibre 50, y “Duele”, con Cristian Nodal y se espera que en los Latin AMAs estrene una canción con el rey de los corridos tumbados Natanael Cano.
Fernández contó que siente que en esta etapa tiene la “obligación” de apoyar a las nuevas generaciones “que están haciendo cosas increíbles” y que quieren, como él, la “expansión” de la música mexicana.
Su consejo es que “sigan empujando los límites hasta que encuentren una identidad musical con la que sientan cómodos”.