Washington, (EFE).- El presidente Joe Biden hizo un llamamiento para prohibir las armas de asalto y de alta capacidad que se han utilizado en numerosos tiroteos en el país y en masacres como la de la escuela primaria de Sandy Hook, de la que se cumple ahora una década.
“Ya es suficiente, nuestra obligación es clara”, dijo Biden en un comunicado y recordó medidas ya tomadas durante su mandato para restringir el acceso a algunas armas, pero admitió que hay que hacer más.
Este miércoles se cumplen diez años de la masacre de Sandy Hook, un pueblo de la ciudad de Newton (Connecticut), en cuya escuela primaria un joven asesinó a veintiséis personas, veinte de ellas niños de seis y siete años.
“Estoy decidido a prohibir las armas de asalto y de alta capacidad como las que se utilizaron en Sandy Hook y en incontables tiroteos en el país”, insistió Biden, quien para lograr este objetivo necesita el apoyo del Congreso de Estados Unidos.
De ahí que siempre haya sido complicado aprobar legislaciones para el control de armas. La última, la más ambiciosa en treinta años, se aprobó este año, y no incluye la prohibición de las armas de asalto.
Biden consideró que debería haber “culpabilidad social” por haber dejado pasar tanto tiempo con este problema.
“Tenemos la obligación moral de aprobar y reforzar leyes que eviten que esto pueda volver a pasar. Se lo debemos a los valientes supervivientes y a las familias que perdieron parte de su alma hace una década y que han convertido su dolor en un propósito, añadió.
Biden también aprobó hoy una proclamación en recuerdo de las víctimas de Sandy Hook, en la que insistió en su compromiso. “La memoria de las víctima” de esta masacre “y de todas las víctimas de” la violencia con armas demanda no merecen menos”.