¿Cómo garantizamos la seguridad energética en Estados Unidos?

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Jerry Silva, exasesor senior del Departamento de Energía de Estados Unidos y exasesor senior de Southern California Edison.

La búsqueda de una mezcla de energía diversa y asequible

Por Jerry Silva, exasesor senior del Departamento de Energía de Estados Unidos y exasesor senior de Southern California Edison

Durante más de 30 años de carrera en Southern California Edison, tuve la oportunidad única de participar directamente en algunos de los principales retos y cambios en las industrias. Sin embargo, con frecuencia observé que estos cambios presentan una carga indebida sobre nuestras comunidades desfavorecidas y minoritarias. Desde la crisis energética, la municipalización, la desinversión en plantas eléctricas, los CCA, el equilibrio tradicional entre petróleo y gas natural, la energía más limpia y la integración de energías renovables en la red eléctrica, todo esto presentó importantes cambios en la industria de servicios públicos. Como resultado de estas oportunidades, con frecuencia me solicitaron participar en la gestión o implementación de varios programas de participación de partes interesadas. Como tal, desempeñé un papel clave en otorgar licencias para muchos proyectos de capital y asegurar las aprobaciones estatales y federales desde la Comisión de Servicios Públicos de California, la Oficina de Administración de Tierras y diversas agencias.

Una de las preguntas que escucho a menudo es qué pienso de las fuentes de energía renovables frente a las fuentes de energía tradicionales de petróleo/gas natural, el equilibrio entre ellas, la forma de integrarlas y cómo gestionar todas las complejidades. En resumen, debemos encontrar un balance en el enfoque para estos problemas, tanto para la confiabilidad de la red eléctrica como para nuestras comunidades minoritarias de bajos ingresos.

Primero, nuestras políticas se deben centrar en sistemas de inteligencia tecnológica, programas verdes sustentables/equilibrados que se enfoquen en reducir la huella de carbono y se implementen en fases coordinadas. Con demasiada frecuencia se adoptan políticas que involuntariamente impactan a muchas de nuestras comunidades minoritarias de bajos ingresos. Se suele pregonar que estas comunidades se benefician de la reducción de contaminación, pero también reciben el embate del aumento de los precios escalados de estos programas, que invariablemente se pasan a quienes pagan las tarifas.

La industria del petróleo y gas se ha enfocado a favor de la energía limpia, que ofrece una reducción en las huellas de carbono y la promesa de disminuir el calentamiento global. No obstante, las energías renovables tienen sus propios impactos ambientales, tales como cubrir los mermados paisajes desérticos con paneles solares, los retos que presentan las turbinas eólicas para las poblaciones de aves o el manejo de recursos hídricos detrás de las presas hidroeléctricas. Opciones tales como la energía solar, eólica, eléctricas e hidroeléctrica son algunas formas para reducir las huellas de carbono y el calentamiento global, pero no se implementan sin aumentar los costos. Todos deseamos tener una energía más limpia, sustentable, equilibrada y asequible para nuestra creciente economía energética, aunado a un medio ambiente más limpio para nosotros, nuestras familias y nuestras comunidades. La clave es encontrar un balance de energía confiable y asequible en la mezcla correcta de fuentes de energía.

Los paneles solares en los techos representan una solución renovable que reduce la demanda residencial o comercial en la red eléctrica. De hecho, los paneles solares en los techos están entre mis favoritos. Sin embargo, su implementación puede ser costosa y las comunidades desfavorecidas, minoritarias y de bajos ingresos que necesitan alternativas confiables muchas veces no pueden cubrir estos costos adicionales, a pesar de su valor para reducir los costos de la energía.

Otra opción, la hidroelectricidad es una solución barata, limpia y grandiosa. Sin embargo, se basa totalmente en el manto de nieve y las escorrentías anuales, por lo cual es menos predecible y, por lo tanto, menos confiable.

El viento es otro recurso renovable, pero pronosticar los patrones de viento es muy difícil para los planeadores de energía. La curva de producción de este recurso lo hace muy difícil de integrar.

La energía eléctrica a través de baterías es una gran opción, pero presenta sus propios retos. Enfocar nuestros esfuerzos para construir una transmisión más inteligente y una red eléctrica de distribución, crear una red eléctrica más resiliente para proporcionar la energía, además de manejar todos estos impactos de la energía nueva, requiere un enfoque estratégico holístico. Los servicios públicos tendrán la compleja tarea de gestionar los recursos de energía que alimentan la red eléctrica cuando la demanda aumenta y requiere propagar la carga mediante diversos programas para mantener la estabilidad de la red eléctrica y minimizar los apagones.

El hecho es que el petróleo y el gas natural son fuentes de energía de bajo costo, rentables, predecibles y confiables.

A pesar de que tiene muchos beneficios, a menudo es más costoso producir y consumir energía limpia. En las regiones remotas se requieren nuevas líneas y subestaciones de transmisión costosas. Los proyectos renovables tienen su propio impacto ambiental y son más costosos que los recursos tradicionales. Las facturas de servicios públicos y gas de los consumidores seguirán aumentando con estas nuevas fuentes de energía más limpia. La realidad es que no todos pueden pagarlas.

Las comunidades minoritarias de bajos recursos seguirán siendo afectadas desproporcionadamente por estas políticas innovadoras y más costosas. Las familias más grandes y las casas más antiguas y menos eficientes son algunas causas que elevarán el costo de la energía para las familias minoritarias de bajos recursos si nos obligan a tener únicamente opciones renovables y totalmente eléctricas. No podemos abandonar una fuente de energía por otra fuente con un costo más alto o impredecible, sin entender los impactos en nuestras comunidades.

Estoy de acuerdo en que el petróleo y el gas contribuyen al cambio climático, pero no podemos abandonar completamente una fuente de energía por otra fuente con un costo más alto o impredecible, sin entender los impactos en nuestras comunidades. La solución es una mezcla de todas las fuentes de energía. Las personas que puedan cambiar a paneles solares en el techo, hidroelectricidad, energía eólica y eléctrica podrían tener la opción de hacerlo. La gente que no pueda realizar este cambio debe tener la posibilidad de seguir teniendo los servicios tradicionales de petróleo y gas. Necesitamos una política de energía equilibrada en los niveles estatales y federales para establecer etapas en todas las fuentes de energía que impacten a todos de manera menos desproporcionada.

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