Ciudad de Panamá, (EFE).-Sobre la vasta mesa circular del restaurante hay varios platos de siu mai y dim sum, unas delicias originarias de la provincia china de Cantón, y entre los comensales hay dos culturas: chinos, quienes recuerdan con la gastronomía la tierra que hace décadas dejaron atrás, y panameños, que adaptaron esos manjares al desayuno dominical.
Los primeros ciudadanos chinos llegaron a Panamá en 1854 para la construcción del ferrocarril, que conecta el océano Pacífico con el mar Caribe, pero el masivo arribo data de la década de 1980.
“Desde ahí, comienzan abrir más negocios”, dijo a Efe Verónica Quintero, presentadora de China TV, desde el restaurante Sunly, en el actual barrio chino de Ciudad de Panamá.
“Antes el denominado barrio chino estaba en avenida B (Casco Antiguo), allí está un restaurante que se llama Wanyao, que comenzó a comercializar el desayuno chino y la gastronomía”, relató Quintero, mientras los camareros corren apurados con los carritos llenos de comida.
El desayuno cantonés se compone de carne, pollo y mariscos, una rica variedad proteínica, maíz y arroz, como cereales base, y té, esencial en la mesa.
“No hay carne de res porque era usada como herramientas de trabajo, pues China es un país muy agrícola”, explicó Quintero.
A pesar de la amplia oferta gastronómica, el desayuno al estilo cantonés es el más demandando por los panameños.
La presentadora de televisión ve diferencias en las preferencias, pues en la región de Latinoamérica lo que más se consume es el siu mai, una bola hecha con lámina de pasta, rellena de puerco o gambas y hervida al vapor.
Los chinos, por su parte, “consumen bastante las patitas gallinas, algunas mujeres dicen que es por el tema del colágeno, y no es algo muy común que lo coman los panameños, quienes consumen el tamal chino, hecho a base de arroz”, agregó.
UNA FUSIÓN SOCIAL PERO NO GASTRONÓMICA
El barrio chino de Ciudad de Panamá ha ido moviéndose de ubicación: al principio estaba en el Casco Antiguo de Panamá, sede comercial y epicentro de la capital, y en la actualidad está en El Dorado, en el noroeste de la urbe.
Además, a lo largo de Ciudad de Panamá se pueden apreciar zonas comerciales explotadas por los asiáticos y sus descendientes, que dan la bienvenida al visitante con un gigante portón chino, decorado con los tradicionales rojo, negro y dorado.
“En la parte social, como lo hemos podido ver, muchas familias disfrutan la gastronomía”, mientras que en la parte comercial vemos cómo, al intentar vender algún producto a los chinos, se hacen “eventos y es casi todo comida china”, apuntó Quintero.
Sin embargo, a pesar de la compenetración social -y la casi incalculable descendencia china en Panamá- la gastronomía china y panameña no han logrado fusionarse, como ha ocurrido en otros países de Latinoamérica como Perú, reconocido por ser una de las mejores cocinas del mundo.
A pesar de ser Panamá un país históricamente comercial, gracias al Canal y la ubicación geográfica, ambas cocinas siguen estando separadas y el ciudadano panameño “consume producto local”, según Quintero.