El paquete de estímulo económico de $1.9 billones del presidente Joe Biden para los estadounidenses será una bendición para América Latina: ayudará indirectamente a la región a crecer mucho más de lo esperado este año.
Pero antes de que descorchemos la botella de champán, tengamos en cuenta esto: si los países de la región no hacen algo para atraer inversiones, el crecimiento de este año será un repunte de corta duración, y las economías de la región volverán a caerse en el 2022.
Esa es mi conclusión tras hablar con varios economistas de las principales instituciones financieras internacionales y bancos privados que estudian las economías de la región.
La mayoría de ellos calcula que, con el estímulo de Estados Unidos, América Latina crecerá alrededor de un 4.5% este año, después de una caída de casi un 8 p% el año pasado.
La economía de Estados Unidos crecerá un fenomenal 6.5% este año, o un 3 puntos porcentuales más de lo esperado anteriormente, por el paquete de estímulo de Biden y una campaña de vacunación más rápida de lo que se anticipaba, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos con sede en París. Sería la tasa de crecimiento más alta de Estados Unidos en décadas.
“Para América Latina, esto va a ser muy positivo”, me dijo el director del Fondo Monetario Internacional para el Hemisferio Occidental, Alejandro Werner, refiriéndose al paquete de estímulo de Estados Unidos. “La región crecerá más de lo que se esperaba este año”.
El crecimiento económico de Estados Unidos se traducirá en más importaciones de autos ensamblados en México, vinos de Argentina, frutas de Chile, flores de Colombia y minerales de toda Sudamérica. También resultará en que más turistas estadounidenses visitarán México y Centroamérica, y en que más migrantes mexicanos y centroamericanos envíen remesas familiares a sus países de origen.
El consenso entre la mayoría de los economistas es que Chile crecerá alrededor de un 6% este año, México un 5.4%, Argentina y Colombia crecerán alrededor de un 5%, y Brasil un 3.4% este año.
Por supuesto, algunos temen que el paquete de estímulo de Biden desate la inflación y tasas de interés más altas en Estados Unidos, lo que haría caer los nuevos pronósticos para la región. Pero la mayoría de los expertos no prevén una espiral inflacionaria en Estados Unidos.
Otro factor de riesgo para la recuperación latinoamericana es una potencial nueva ola de COVID-19 que podría ser causada por nuevas variantes del virus. “Si hay nuevos contagios, nuevas cepas, se cae el escenario optimista”, me dijo Eric Parrado, economista jefe del Banco Interamericano de Desarrollo.
Alberto Bernal, el jefe de estrategia global de XPSecurities, me dijo que la verdadera amenaza para América latina serán los gobiernos populistas que ahuyentan las inversiones.
“El crecimiento de la economía estadounidense de este año es la mejor noticia posible para América Latina, pero los problemas vendrán en 2022”, me dijo Bernal. “A menos que los países aprovechen el viento de cola para hacer reformas favorables a las empresas, las tasas de crecimiento van a volver a caer en 2022”.
Estoy de acuerdo. Pero será difícil pedir a los gobiernos que recorten el gasto social en medio de la pandemia y en medio de un ciclo electoral. Este año, habrá elecciones presidenciales en Chile, Perú y Ecuador, y elecciones legislativas en Argentina. Y en el 2022 habrá elecciones presidenciales en Brasil y Colombia.
Los gobiernos latinoamericanos deberían pensar en grande, y pensar a largo plazo. Deberían ofrecer incentivos a los inversores en lugar de ahuyentarlos y hacer acuerdos nacionales para mejorar la calidad educativa y ayudar a millones de niños que perdieron todo el año escolar el año pasado por la pandemia.
Si no toman este tipo de medidas, el repunte económico de este año será un espejismo, y el crecimiento de la región volverá a caer en 2022.