Washington, (EFEUSA).- El Departamento de Defensa espera completar a lo largo de hoy la primera fase de la operación Patriota Fiel, cuyo objetivo es desplegar a miles de soldados a lo largo de la frontera sur del país para evitar el acceso de dos caravanas de migrantes que se encuentran en México.
Según detallaron fuentes del Pentágono, en estos momentos ya se han movilizado unos 4.600 militares, que se encuentran acuartelados en California, Arizona y Texas, y la meta es movilizar a unos 600 soldados más a lo largo del día.
La semana pasada el Gobierno del presidente, Donald Trump, anunció su intención de enviar a 5.239 militares a lo largo de la frontera, una cifra que con el paso de los días fue matizada por el propio mandatario, quien no descartó que la cifra final de militares desplegados alcance los 15.000.
El portavoz del Pentágono, el coronel Rob Manning, señaló hoy que el Departamento de Defensa baraja en estos momentos el despliegue de unos 7.000 soldados en total, aunque reconoció que dependerá de las necesidades de las fuerzas de seguridad fronteriza, que son las responsables de la operación.
A pesar de que la movilización de tropas aún continúa, fuentes del Comando Norte de las Fuerzas Armadas (NorthCom) confirmaron a Efe que los soldados ya han empezado a ejecutar la misión.
La “prioridad” de esta operación, detalló Manning, es “reforzar los puntos de entrada al país y localizar puntos débiles clave en la frontera”.
La misión de las Fuerzas Armadas, explicó, será prestar apoyo logístico a los agentes del Departamento de Justicia (DHS, en inglés) y de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) que vigilan la frontera.
“Emplearemos batallones de ingenieros con experiencia en la construcción de barreras y la colocación de vallas, y en el manejo de equipamiento pesado; tres compañías de helicópteros equipados con tecnología de visión avanzada y sensores, que ayudarán en las tareas de reconocimiento”, enumeró Manning.
Asimismo, el ejército colaborará en tareas de tratamiento médico y de transporte, así como en la construcción de alojamientos temporales “para las tropas y los agentes del DHS”, pero no para el posible internamiento de inmigrantes ilegales puestos a disposición de las autoridades, como apuntaban algunas informaciones periodísticas.
Los militares, subrayó el portavoz, no realizarán labores policiales, por lo que el Pentágono no prevé que “interactúen” con “migrantes o manifestantes” que se encuentren en la frontera.
En los últimos días, Trump ha instado a los miembros de las dos caravanas a darse la vuelta ante el despliegue militar en la región, que hará “inútil” su intento de acceder al país a través de la frontera con México.
La semana pasada, el presidente afirmó que si los agentes estadounidenses “son atacados, responderán”, aunque más tarde matizó que no había dicho “disparar”: “Lo que no quiero es que esa gente lance piedras. Si lo hacen serán arrestadas”, dijo.
Manning recalcó hoy que, al igual que ocurre “en cualquier otro lugar del mundo”, las tropas estadounidenses tienen el derecho “inherente” a defenderse, aunque, matizó, la mayor parte de las fuerzas no portarán armas de fuego.
“En estos momentos solo la Policía Militar está armada y es para poder proteger a nuestras tropas”, aseguró Manning.
Cuestionado sobre otro de los puntos polémicos de esta misión, el despliegue de tropas regulares en vez de los reservistas de la Guardia Nacional, como es habitual en estos casos, el portavoz alegó que “fue una petición explícita” de la Administración.
El Pentágono desarrolla actualmente dos misiones paralelas para evitar la entrada ilegal de inmigrantes a través de la frontera con México: la Operación Apoyo Guardián, que comenzó en abril y que cuenta en estos momentos con 2.092 miembros de la Guardia Nacional, y la Operación Patriota Fiel, puesta en marcha la semana pasada.