Flamenco, gitanos y Cristo: así veía Sargent a la España de Velázquez y Goya

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La comisaria de la exposición "Sargent and Spain" ("Sargent y España"), Sarah Cash, habla con Efe durante una visita a la muestra, hoy, en la National Gallery of Art de Washington (EE.UU.). EFE/ Paula Escalada

Washington, (EFE).- La pasión del flamenco, lo dramático de la religión y el exotismo del pueblo gitano, eso era España para el gran retratista americano John Singer Sargent, unos sentimientos que influyeron profundamente en su obra y que hoy recorre una muestra en la capital estadounidense.
“Sargent and Spain” (“Sargent y España”) es el título de la exposición inaugurada esta semana en la National Gallery of Art de Washington, en la cual pueden verse más de un centenar de obras del artista (1856-1925), fotografías y dibujos nunca antes expuestos.
Ordenados por temáticas –Estudiando a los maestros; danza y música; la tierra y su gente y la religión–, cuentan la historia de los siete viajes de Sargent a España entre 1879, cuando se encerraba en El Prado durante días a copiar “Las Meninas”, y 1912, su último, a Granada.
Unos viajes que comenzaron con un imperativo escolar de su profesor Carolus-Duran, el de ir a España a estudiar a Velázquez, y que acabaron transformándose en una pasión que lo llevó a ciudades como Toledo, Madrid o Barcelona, pero también a Zaragoza, Cuenca, La Coruña, León o Mallorca.
“Tenía una relación especial con Italia, que es su lugar de nacimiento (…), pero hay algo distintivo en su relación con España”, cuenta a Efe Elaine Kilmurray, una de las comisarias de la muestra.
Algo “especial” que podría resumirse en “las diferentes influencias culturales” existentes en el país que le atraían poderosamente, y también en “la pasión y el drama visual” del arte religioso, cosas “que no habría visto tanto en otros lugares como Francia”, añade.
Aunque no todas están expuestas (falta, por ejemplo, su pintura más representativa, “El Jaleo”), los expertos en su arte calculan que lo vivido y aprendido en España tuvo una influencia directa en unas 150 obras del artista.
“Aprendió mucho de Velázquez y de El Greco y de Goya. De la manera en que manejan la luz y la sombra y los espacios oscuros, de cómo eso puede ser evocador y misterioso y tener un gran impacto en el lienzo”, explica Kilmurray.
De Velázquez absorbió “la composición de sus retratos”, el poner “una silueta contra un fondo bastante simple para que la figura en sí destaque y tenga cierta gravedad y dignidad”; de Goya, muchas “expresiones faciales”.
Y de El Greco “las figuras alargadas, ligeramente contorsionadas”, añade la experta británica. En una de sus pinturas más icónicas, “Madame X”, la retratada aparece justo así, erguida y alargada, con su rostro afilado de perfil, como muchas de las caras de “El entierro del Conde de Orgaz”.
Pero si hubo algo que impactó poderosamente en Sargent fueron los gitanos, sus danzas, sus costumbres. En “El Jaleo” están los claroscuros de Goya, pero también el braceo y el floreo de una bailaora gitana moviendo sus flecos.
Gitana, aunque en la muestra hayan sustituido esta palabra por “Romaní”, en todas las descripciones y títulos, por el deseo del museo de no herir sensibilidades ya que la palabra, especifican, se utiliza en ocasiones de modo despectivo.
No está la honrada palabra “gitano” (gipsy, en inglés) en la muestra, ni tampoco “El Jaleo” (que cuelga en el Museo Isabella Stewart Gardner en Boston), pero sí una serie de bocetos y otros cuadros que hablan de cómo se compuso cada detalle del cuadro.
También más pinturas de flamencas como “La Carmencita”, una bailaora por la que Sargent quedó cautivado tras verla bailar en Nueva York.
Y tampoco está –por razones obvias- otra de sus obras más importantes, los murales de la Biblioteca de Boston, “El triunfo de la Religión”, que refleja poderosamente el impacto que tuvo España y su arte sacro para el estadounidense.
Y es que en sus viajes Sargent estudió al detalle decenas de templos, desde las tallas del altar del monasterio de San Jerónimo de Granada, a las estatuas de los apóstoles de la Catedral de Tarragona, las bóvedas de una iglesia de León o la anatomía del cuerpo doliente de las imágenes de Cristo en La Cruz.
Con motivo de la muestra, abierta hasta el próximo 2 de enero, se han organizado una serie de actividades culturales, muchas de ellas impulsadas por la Oficina Cultural de la Embajada de España en Washington.
Y también se ha publicado un catálogo con los cuadros de la exposición y con textos que reconstruyen, en base a cartas y otros documentos, los viajes de Sargent por uno de los países que más influencia tuvo en su obra.

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