México, (EFE News).- Acostumbrada a transitar de proyectos artísticos a producciones comerciales, la actriz Ilse Salas goza del éxito de la serie “100 días para enamorarnos” y disfruta encerrada por la pandemia del tiempo con sus hijos y de la fotografía “amateur”.
“Esperaba que tuviera éxito pero nunca me imagine que en Netflix fuera el ‘boom’. Primero se estrenó en Estados Unidos y no vi el resultado en México con mi gente, pero de un día a otro estalló la bomba y ahora a diario nos escriben de Brasil, Colombia, Venezuela, México”, dice Salas en entrevista con Efe sobre “100 días para enamorarnos”.
La serie, que estrenó su segunda parte el pasado 10 de febrero, comenzó a transmitirse por Netflix en 2020, pero la llegada de la pandemia hizo que se truncarán los planes de terminar las filmaciones.
“El plan era que fuera una sola temporada larga, ya estábamos a punto de terminar y tuvimos que parar. Pensábamos que ya no íbamos a poder cumplir porque todo era incertidumbre, pero finalmente lograron con la edición y el trabajo de mucha gente dividirla en dos temporadas”, cuenta Salas.
El regreso no fue sencillo, después de meses de trabajo cariñoso y divertido: “regresar a filmar con cubrebocas fue espantoso”, comenta Ilse.
Sin embargo, con “imaginación y creatividad” lograron resolver las dificultades y aún faltan 50 días para saber el desenlace de la historia de las amigas Constanza (Salas) y Remedios (Mariana Treviño).
“Pasarán muchas cosas, hay momentazos de mucha diversión. Las comadres Remedios y Constanza se van a ir relajando mucho y se meterán en sus siguientes aventuras ya más entregadas a vivirlas”, adelanta.
La historia plantea a dos matrimonios que tras años de estar juntos deciden poner una pausa de 100 días a sus respectivas relaciones con la intención de vivir nuevas experiencias para averiguar si lo correcto es la separación o seguir juntos.
“Es una historia de amor absolutamente. Amor fraternal, que no es solamente de Remedios y Constanza, sino también de Alex (Macarena García) con Dani (Xabiani Ponce de León), hay muchas historias de amor de amigos, de amor romántico y enamoramiento. Es una gran historia de amores”, describe la protagonista.
MATERNIDAD FEMINISTA DE TIEMPO COMPLETO
Además de la segunda temporada de “100 días para enamorarnos”, Ilse Salas espera el estreno de la cinta “Plaza Catedral”.
“Es una película en la que trabaja mucha gente de países latinoamericanos y eso es lo que más valoro, siento que es un regalo, no la he visto terminada, ya veremos qué pasa este año”, adelanta la actriz.
Pero al proyecto que más ganas le puso durante este encierro, provocado por la pandemia, ha sido al de ser una mamá de tiempo completo estando en casa con sus hijos.
“No me involucré en ningún proyecto desde mi encierro, tuve la fortuna de poder darme el lujo de parar todo y estar de maestra, mamá, cocinera y lavandera y todo lo que tenemos que hacer y lo que hacen tantas mujeres incluso sin pandemia”, explica Ilse.
Salas también logró reconectarse con una de sus grandes pasiones, una que lleva a cabo de forma no profesional y que también ha podido compartir con sus hijos: la fotografía.
“Siempre me ha gustado mucho, creo que ha sido una de mis máximas diversiones de la pandemia. Todo el tiempo estoy haciendo fotos. Es fotografía totalmente ‘amateur’, voy aprendiendo sola, con tutoriales, viendo a muchos fotógrafos”, asegura.
Pero el encierro no la ha frenado y la actriz se mantiene firme cuando se trata de dar su opinión respecto a temas políticos.
Recientemente Salas se pronunció en contra de la candidatura a gobernador de Guerrero de Félix Salgado Macedonio quien ha sido acusado de abuso sexual en diversas ocasiones.
Aunque lamenta que organizaciones políticas hayan usado sus declaraciones para adjudicarse un mérito.
“No me gusta politizar en redes sociales porque luego tu voz la usa gente con la que tú no estás involucrada. En el caso de Félix Salgado, los de FRENA (Frente Nacional Ciudadano) usaron el video cuando no tengo nada que ver con ellos. Sin embargo creo que es importante hacer más grande el movimiento feminista al grado que ya nadie se considere no feminista”, concluye.