Ciudad de México, (EFE).- La última presentación que dio en su país la cantante mexicana Silvana Estrada fue antes de la pandemia en un festival de música. El encierro posterior hizo que su miedo más grande fuera que su público se olvidara de ella, pero en su regreso a los escenarios del país, la joven de 25 años ya vivió su primer “sold out”.
“Fue muy bonito poder haber hecho un ‘show’ antes de encerrarnos tanto tiempo y fue la última vez que pude ver a la gente y pude cantar para la gente en esta ciudad, después de eso me fui a Europa, fui a Estados Unidos (…) Y yo decía, es que la gente ya no se va a acordar de mí, me ponía muy nerviosa y pensaba ya no me quieren”, cuenta en entrevista con Efe.
Para su sorpresa, el cariño estaba no solo intacto, sino aumentado, pues si sus últimos conciertos en el país llenaba recintos de hasta 1.200 personas, el concierto que dará el 7 de diciembre, en el Teatro Metropolitan, ya espera a más de 3.000 personas, ya que en poco tiempo las entradas se agotaron.
“Fue tan bonito, porque yo saqué eso (el anuncio) y estaba nerviosísima, o sea, yo le dije a mi manager, ni me cuentes nada”, recuerda.
“Le dimos click para compartir en redes y me desentendí y de repente, a los cuatro días se acabaron los boletos y yo sentí tan bonito y dije, ¡Claro, si es que este es mi país, aquí está mi gente, mi familia, aquí está la carnita de las cosas, de mi música!”, ahonda la cantante que actualmente tiene presentaciones en Europa y Estados Unidos.
ENCONTRARSE CON EL PÚBLICO
A principios del 2022, Silvana presentó la versión oficial de su disco “Marchita”, si bien las canciones que cantaba en ese disco eran conocidas por sus seguidores y no representaban “a la persona” que es ahora la joven, cantarlas a la diversidad de públicos en los que se ha presentado en vivo le han otorgado nuevos significados internos.
“Creo que en vivo las cosas cobran un sentido mucho más profundo, lo mejor, no profundo, a lo mejor simplemente es que es más divertido (…) Creo que desde que salió ‘Marchita’ cobró un nuevo significado mucho más bonito, mucho más colectivo y comunitario, de ver que las canciones están cobrando vida por fin y eso les devuelve poco la juventud”, considera.
MANTENER LOS RITUALES
Estrada ha cumplido los dos sueños principales de su infancia: “Yo decía, quiero hacer música y viajar por el mundo y ahora estoy haciendo música y viajando por el mundo”, relata, pero menciona que ha sido un poco duro darse cuenta de que a su vez es un trabajo pesado.
Por eso, asegura que ha tomado el ejemplo de su amiga Natalia Lafourcade de mantener “los rituales” en su vida.
“Es algo que le aprendí mucho a Natalia cuando la vi a hacer sus Metropolitan -en los que le hacía coros- ella maneja mucho de los rituales y eso me parece muy bonito porque creo que las rutinas no se mantienen en esta vida de artista, pero sí que se mantienen los rituales”, dice Estrada.
La cantante ha podido así convertir, en espacios de reflexión, desde el ponerse la ropa hasta el calentamiento de su voz y dichas acciones las ha llevado al plano de la música, al grabar la versión oficial de “Brindo”, un tema que habitaba únicamente en los conciertos en vivo y que ahora presenta como sencillo.
“Es una canción ritual para mí, siempre ha sido de agradecer, el acto de brindar me parece tan bonito (…) es muy significativo (sacar esta canción ahora) porque es un momento de mi vida en el que necesito mucho de brindar, de agradecer las cosas”, comenta.
El resto del año, la cantante seguirá activa como parte de la primera versión del Vive Latino España en Zaragoza, acompañará a Andrew Bird y Iron and Wine en sus conciertos por los Estados Unidos y estará haciendo en México “una gira pequeñita”.
“El próximo año va a ser que realmente haga una gira bien, como las que hacía antes de la pandemia, (…) ciudad por ciudad, eso me gustaba”, promete Estrada.