Los Ángeles (EE.UU.), (EFE).- Atemporal pero personalizable. Reconocible pero única. Singular pero diversa. Así es la nueva marca del Mundial de la FIFA, un novedoso escaparate con el que el máximo organismo del fútbol cambia radicalmente su imagen para la edición de 2026 y también para los torneos del futuro.
Al icónico Observatorio Griffith, probablemente el lugar desde el que mejor se contempla la inmensidad de Los Ángeles desde las alturas, se subieron el pasado 17 de mayo algunas de las autoridades y figuras más importantes del mundo del fútbol.
Al frente estaba Gianni Infantino, presidente de la FIFA, pero también se dejaron ver leyendas del esférico como el brasileño Ronaldo.
Qatar 2022 parece que fue ayer mismo, pero el Mundial 2026 de EE.UU., México y Canadá está ya a la vuelta de la esquina y en ese evento en la ciudad californiana la FIFA presentó la marca oficial y el logo de la próxima Copa del Mundo, que también será la base en torno a la que se desarrollarán la imagen de marca de las próximas ediciones.
Dos elementos protagonizan este nuevo diseño: el trofeo del Mundial y el año del torneo (2026 en este caso).
“Lo primero que queríamos era traer el trofeo del Mundial de la FIFA a la primera fila de nuestra marca”, explicó a Efe un portavoz del máximo organismo del fútbol al señalar que querían dar alas a uno de los premios más reconocibles del planeta “más que enfocarse” en un solo anfitrión o país.
“Lo segundo, queríamos crear un sistema de marca para los futuros torneos. Algo que pueda vivir más allá de este evento (…). Y por último, queríamos hacer algo inolvidable”, añadió.
La clave de este nuevo diseño está en el juego de contrastes.
Así, la FIFA buscaba algo que fuera atemporal y permanente pero también único y personalizable; que fuera atractivo para los jóvenes pero asimismo sugerente para los fans clásicos y veteranos; y que resultara muy reconocible de un vistazo pero también que no pecara de uniforme.
“En el pasado, hemos creado marcas que eran visualmente ricas y centradas en el país anfitrión. La gente podía sumergirse inmediatamente de repente en ese país, en ese momento”, indicó el portavoz de la FIFA.
“Pero queríamos pensar diferente e ir hacia adelante para alcanzar algo atemporal”, añadió.
Como experiencia piloto, el Mundial de 2026 ofrece una oportunidad excelente: un torneo en tres países diferentes a lo largo de toda Norteamérica y con nada menos que 16 sedes para un récord de 48 selecciones (en lugar de las 32 habituales).
De este modo, y con una plantilla para el logo “limpia, simple y el icónico trofeo en el corazón”, la FIFA ha colaborado con cada una de las 16 sedes para crear su propia y distintiva versión.
¿Uno de los más reconocibles e identificables? El de Toronto, que incluye en su diseño la famosa CN Tower que domina el cielo de la ciudad canadiense.
“Trabajamos muy de cerca con las ciudades no solo para crear una historia, un mantra para cada ciudad, sino también una paleta que represente su ADN”, indicó la FIFA.
“A través de encuestas y reuniones con las ciudades, desarrollamos un sistema que funciona como un todo y como expresiones únicas. Escuchamos y respondimos con nuestras expresiones y creamos algo que verdaderamente era contemporáneo y fresco”, añadió.
En el fondo de esta expresión de marca única para cada sede, pero bajo un mismo paraguas corporativo, se encuentra la noción de “diversidad”, un pilar fundamental del Mundial de 2026.
En este sentido, la FIFA aprovechó el acto en Los Ángeles para presentar la campaña “WE ARE 26” (“SOMOS 26”, en inglés), que Infantino definió como “un grito de guerra” y que aspira a que las diferentes comunidades se involucren a fondo y desempeñen un papel crucial en la gran cita del fútbol.
“Vamos a hermanar el mundo en 2026 a una escala que no tiene precedentes”, consideró al FIFA.
“Construir una actitud inclusiva en el sistema del diseño nos permite expresar a todos: no solo a la ciudad sino, con el tiempo, las comunidades, los países y muchas otras expresiones emocionantes que hemos planeado”, cerró.
David Villafranca