Nueva York, (Notimex).- Unos 3.2 millones de niños en Venezuela requieren de manera urgente comida, medicinas y educación porque el impacto “de la devastadora crisis económica y política” del país, los priva de los servicios básicos, advirtió el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Uno de cada tres niños venezolanos necesita asistencia humanitaria, indicó la directora de Comunicación de UNICEF, Paloma Escudero, tras su visita de tres días al país sudamericano.
“Según estimaciones preliminares de las Naciones Unidas, una tercera parte de los niños de Venezuela necesitan ayuda para acceder a los servicios básicos de nutrición, salud y educación”, alertó.
Cifras de Naciones Unidas revelaron que en Venezuela la mortalidad infantil aumentó un 50 por ciento del 2014 al 2017, al pasar de 14 por cada mil nacidos, a 31 por cada mil nacidos vivos.
Además, desde inicios de este 2019, se han registrado 190 casos sospechosos de difteria y 558 casos sospechosos de sarampión, mientras que unos 750 mil niños y adolescentes venezolanos se han quedado sin escolarizar entre 2013 y 2017, según el UNICEF
El organismo de Naciones Unidas aseguró que en lo que va del año organizó la entrada de 55 toneladas de ayuda a Venezuela, en especial de suministros médicos que fueron distribuidos en 25 hospitales de los estados más afectados: Caracas, Miranda, Zulia, Bolívar y Táchira.
Sin embargo, aseguró que esa ayuda no es suficiente. “No estamos ni rascando la superficie”, consideró Escudero.
“Millones de niños necesitan recibir vacunas, ir a la escuela, beber agua potable y sentirse protegidos. Tenemos planes para poder aumentar nuestra respuesta, pero necesitamos más fondos”, dijo.
Escudero presentó un panorama de la situación de Venezuela, tras su reciente visita a ese país sudamericano que enfrenta una crisis política, económica, social y humanitaria.
“La gente con la que hablé describió un cuadro muy sombrío de la situación de la salud en el país (…) Muchos médicos y enfermeras han abandonado el país. Los centros médicos están funcionando al mínimo de su capacidad debido a la escasez de medicamentos”, afirmó.
Denunció que la falta de refacciones “han paralizado las unidades móviles de salud y las ambulancias”.
Describió que las embarazadas, “muchas de las cuales son demasiado jóvenes y están anémicas, tienen grandes dificultades para obtener la atención que necesitan”, muchas ni siquiera pueden llegar a los centros de salud ya que por la falta de combustible no hay transporte.
Además, “las mujeres que están a punto de dar a luz necesitan llevar sus propios suministros obstétricos cuando llegan al hospital. Para un país que ha logrado grandes progresos durante décadas en la calidad de su atención médica, esta situación es dramática”, concluyó Escudero.