TEP demuestra que ciertos marcadores podrían ayudar a pacientes con cáncer de seno a prescindir de quimioterapia

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La disminución gradual de las estrategias de tratamiento tiene por objeto reducir a un mínimo los peligros de toxicidad, a la vez que conserva su eficacia terapéutica

Roisin Connolly, M.B.B.Ch., M.D., associate professor of oncology

Credit: Johns Hopkins Kimmel Cancer Center

Con el fin de individualizar las terapias de las pacientes y evitar un exceso de tratamientos, investigadores del Centro Oncológico Kimmel de Johns Hopkins informan que un nuevo estudio, mediante el uso de las TEP, ha identificado un biomarcador que podría prever con exactitud qué pacientes con cáncer de seno HER2 positivo podrían beneficiarse al máximo de los fármacos con diana específica, sin que sea necesario el tratamiento quimioterapéutico habitual.

Se estima que 1 de cada 5 mujeres con cáncer de seno tiene una mutación de las células tumorales que producen cantidades excesivas del receptor tipo 2 del factor de crecimiento epidérmico humano (HER2), una proteína que favorece el crecimiento del cáncer.

“Si bien todavía es preciso realizar más estudios antes de que el biomarcador de las TEP se pueda utilizar de manera fiable a gran escala, los resultados de este estudio tienen el potencial de promover las opciones de la medicina de precisión en mujeres con cáncer de seno”, comenta el Dr. Vered Stearns, catedrático de oncología, codirector del Programa de Cáncer de Mama y Ovario de Johns Hopkins y autor principal del manuscrito publicado en la edición de febrero del Journal of Clinical Oncology. “Este estudio, aunado a investigaciones finalizadas y a otras en curso en el Programa de Cáncer de Mama y Ovario de Johns Hopkins, está a la vanguardia de la facilitación de la medicina de precisión efectiva”.

Para el estudio, los investigadores realizaron una evaluación completa de 88 mujeres, 83 de ellas con cáncer de seno en estadio II o estadio III con receptores de estrógeno (RE) negativo, HER2 positivo, las cuales fueron reclutadas en nueve de los Consorcios Transnacionales para Investigación sobre el Cáncer de Mama (Translational Breast Cancer Research Consortium, TBCRC) en instituciones médicas a través de los Estados Unidos, entre ellas, el Hospital Johns Hopkins.

Las TEP que emplean radiomarcadores para detectar la captación de glucosa en células tumorales se realizaron antes de que las pacientes recibieran el primero de los cuatro ciclos de pertuzumab y trastuzumab (sin quimioterapia), y 15 días después, durante un período de 12 semanas. Ambos fármacos son anticuerpos monoclonales que actúan frente a una diana tumoral particular de las células tumorales con proteína HER2 positiva, que, por regla general, se usan en combinación con fármacos quimioterapéuticos que tienen un efecto tóxico en dichas células e incluyen muchos otros efectos secundarios tóxicos.

Los investigadores deseaban evaluar si los primeros cambios detectados en las TEP —en las imágenes tomadas durante las primeras etapas de la terapia dirigida— podían ayudar a determinar el tumor de cuál de las pacientes desaparecería por completo después de la terapia dirigida del cáncer de seno con HER2.

Después de dos semanas de tratamiento, los investigadores descubrieron que podían predecir si una paciente respondería a la terapia dirigida para el cáncer de seno de HER2 positivo, sin quimioterapia. En casi un 56 por ciento de los casos (44 pacientes), se identificó un biomarcador de pronóstico con potencial de ser una herramienta de evaluación de respuesta inicial rápida.

La Dra. Roisin Connolly, autora principal y catedrática adjunta de oncología del Centro Oncológico Kimmel de Johns Hopkins, explicó que el cambio de la captación de glucosa reflejada en las TEP, desde antes de que se iniciara el estudio hasta la segunda semana después de empezada la terapia, y la valoración a las dos semanas, tenía la mejor capacidad de pronosticar la respuesta de la terapia dirigida del cáncer de seno HER2 positivo, con hipersensibilidad y un muy alto valor predictivo negativo. La hiperglucemia dos semanas después de la terapia, dijo Connolly, indica que es muy probable que el tumor no responda enteramente solo a los anticuerpos, y haya necesidad de quimioterapia.

También explicó que en la actualidad hay un gran interés en la disminución gradual de las estrategias de tratamiento de cáncer de seno, lo cual tiene por objeto reducir a un mínimo los peligros de toxicidad, pero sin que, a la vez, pierdan su eficacia terapéutica.

“Sobre la base de nuestros resultados, si a las dos semanas del tratamiento la captación de glucosa que las TEP muestran está por debajo de un determinado nivel de glucosa, la terapia de anticuerpos puede ser suficiente para inducir una remisión completa”.

El cáncer de seno RE negativo, HER2 positivo constituye aproximadamente 8 por ciento de todos los cánceres de seno. Los tratamientos habituales incluyen una combinación de estrategias que incluye: la cirugía para extirpar el tumor, una combinación de terapia de anticuerpos para interrumpir la capacidad del gen HER2 de fomentar el crecimiento de las células de cáncer de seno y quimioterapia para eliminar directamente las células cancerosas.

“Así que, en el futuro, es muy posible que podamos ofrecer una estrategia de tratamiento libre de quimioterapia. Es necesario seguir investigando esto antes de que pueda convertirse en la práctica habitual en el ámbito clínico al tomar decisiones de tratamiento, pero es algo que es extremadamente prometedor”, dice Connolly.

Las 88 mujeres que participaron en el estudio recibieron tratamiento entre enero del 2014 y agosto del 2017, y 83 fueron evaluadas para la investigación primaria. Los cuatro ciclos de las terapias dirigidas con fármacos fueron completados en un 85 por ciento de los casos (75/88), y todas las 83 pacientes que terminaron su seguimiento fueron operadas después de las terapias.