Andres Oppenheimer
HONG KONG — Antes de mi llegada a esta ciudad, creía que China estaría en pánico por los aranceles del presidente Trump contra los principales socios comerciales de Estados Unidos.
Sin embargo, me encontré una realidad muy distinta a la que se vive en México y otros de los países más afectados por las guerras comerciales de Trump.
Hay una creencia muy expandida aquí de que China puede ser el gran ganador de los aranceles de Trump contra los socios comerciales de Estados Unidos.
Aunque nadie en China está festejando los aranceles de Trump contra este país, muchos creen que las medidas del presidente estadounidense contra Europa, México, Canadá y otros aliados históricos de Estados Unidos, junto con los recortes masivos en la ayuda exterior de Washington, están destrozando el prestigio internacional de Estados Unidos.
Esto le permite a China presentarse ante el mundo como la única superpotencia responsable, me dicen diplomáticos en esta ciudad.
Una de las razones por las que China no está entrando en pánico es que, a diferencia de México, que depende del mercado estadounidense para el 83% de sus exportaciones, China vende solo el 16% de sus exportaciones a Estados Unidos. Los aranceles de Trump pueden afectar sus exportaciones, pero no tanto.
“Pekín ‘será el principal beneficiario’ de la política de Trump”, decía el principal titular de la portada del periódico South China Morning Post del 5 de marzo.
El artículo citaba al exministro ucraniano Dmytro Kuleba diciendo que el apoyo político de Trump al dictador ruso Vladímir Putin, el casi abandono de Ucrania por parte del presidente estadounidense, sus aranceles a los productos europeos y sus recortes en los programas de ayuda exterior significan que Trump “definitivamente perderá a Europa”.
Los funcionarios chinos se cuidan de no dar la impresión de estar celebrando las medidas de Trump. Sin embargo, el periódico oficial del Partido Comunista, The China Daily, las celebra indirectamente publicando artículos que citan a funcionarios europeos, latinoamericanos y africanos, diciendo que China será principal ganador del repliegue de Estados Unidos del escenario global.
Una columna del 18 de marzo en el China Daily, escrita por el experto en China William Hurst, señala que la era en que Europa dependía totalmente de Estados Unidos para su defensa está llegando rápidamente a su fin, lo que “crea oportunidades para que China interactúe con las potencias europeas en términos más favorables para sus intereses”.
Los drásticos recortes de Trump a la ayuda de Estados Unidos a América Latina y África también se ven aquí como una gran oportunidad para aumentar la influencia de China. Los funcionarios chinos enfatizan casi a diario que China continuará y posiblemente aumentará su asistencia para el desarrollo a unos 150 países en el marco de su iniciativa de la Franja y la Ruta.
En América Latina, los principales receptores de ayuda estadounidense que probablemente se verán afectados por los recortes de Trump son los países de América Central y el Caribe, Colombia y Haití. Gran parte de esa ayuda se destina a combatir las causas de fondo de la migración y el narcotráfico.
Otra de las asombrosas decisiones de Trump que más afectarán la influencia exterior de Estados Unidos será el desmantelamiento de la Voz de América, Radio Europa Libre y Radio Martí a Cuba, así como los recortes de fondos a grupos que promueven la democracia y la libertad de expresión en dictaduras como Venezuela, Cuba y Nicaragua.
“Esto es una locura. Es un desarme unilateral”, escribió Michael McFaul, exembajador de Estados Unidos en Rusia, en su cuenta de redes sociales X. “China no cerrará CGTN. Rusia no cerrará RT, los teócratas de Irán y sus aliados en Oriente Medio no cerrarán sus operaciones mediáticas”.
McFaul añadió que, mientras Trump cierra las herramientas más poderosas de Estados Unidos para difundir los valores de Occidente, “China avanza para ganar apoyos en todo el mundo”.
La gran ironía de la presidencia de Trump es que el mandatario, que más insiste en retratarse rodeado de banderas estadounidenses y que afirma estar haciendo que “Estados Unidos vuelva a ser grande”, esté propiciando la mayor caída de la influencia externa de Estados Unidos de la historia. Aquí, en China, lo ven como un regalo del cielo.