“El buen rey asienta su poder
en la palabra que brota de sus labios,
no en la fuerza de su espada.
Alimenta a tu imperio y te adorarán,
llévales a la guerra y odiarán tu recuerdo.”
Andrés Alonso Castillo
REYES Y REINAS EN LOS CUENTOS
A muchos nos cuesta apreciar lo que es un rey o una reina de verdad. Las primeras menciones de las palabras fueron los cuentos de niños. Se referían a ellos como monarcas gobernantes poderosos en extremo que tenían autoridad casi ilimitada sobre sus reinos. Los cuentos tenían mucho de verdad, las monarquías tuvieron más tiempo manejando regiones, naciones e imperios que la etapa actual que podríamos llamar naciones democráticas.
¿CÓMO SURGIERON LOS REINOS?
El período feudal fue el caldo de cultivo para la proliferación de reyes y reinas. Al enfrentarse a otros señores feudales y acumular tierras, súbditos y riquezas se fueron concentrando con los ganadores creando los reinos. Posteriormente al co-existir con la religión, se buscó una alianza y se legitimó el “origen divino” de los reyes. Dicho de otra manera, se hacía creer a la gente que eran reyes porque dios los había seleccionado. A cambio, los reyes promovían la religión de su origen “divino,” casi siempre con poca tolerancia o total intolerancia a otras religiones o desviaciones de la seleccionada, casi siempre la cristiana y en el caso del Medio Oriente, norte de África, Oriente Medio y Asia Menor el islamismo.
REYES Y REINAS MUEREN; OTROS SE TRANSFORMAN
Obviamente, la época de los reyes y emperadores pasó, sin embargo, particularmente en Europa tuvieron una transición interesante al mantenerlos como figuras históricas que representaban pasados gloriosos o trágicos pero que eran parte de la identidad de la nación. No en todas partes fue así, la revolución bolchevique no tuvo piedad con Nicolas II Zar de Rusia y su familia, que fueron violentamente ejecutados; y en Francia la revolución francesa decapitó a Luis XVI y María Antonieta, su esposa, lo siguió nueve meses después.
SURGE LA REINA ISABEL II
Como el Reino Unido fue la gran potencia de finales del Siglo XVI, todo el XVII, pero sobre todo el XVIII y el XIX y, ese imperio fue el más grande del planeta y de la historia, funcionó fundamentalmente bajo reinados que al avanzar las naciones y aceptar otras formas de gobierno la realeza supo mantener algo de poder, al mismo tiempo que cedía mucho de éste a los órganos representativos electos y administrativos. Para principios del Siglo XX, el gran imperio iba transformándose y perdiendo colonias, protectorados, dominios y territorios. Nadie vivió, sufrió, se transformó y entendió tanto y tan bien esta transición como Elizabeth Alexandria Mary, hija del Rey George VI y la Reina Isabel. Hoy 8 de septiembre de 2022, a la edad de 96 años, la monarca que parecía de fierro siguió el curso de la naturaleza.
EL LEGADO DE ISABEL II
Es difícil destacar algo de su legado de 70 años en el trono, sólo superada por escaso margen de dos años por el monarca francés Luis XIV. Me quedaría con ese entendimiento y uso digno que hizo, de la fuerza simbólica-histórica-trascendental de la monarquía la Reina Isabel. Siempre ha habido puristas que se basan solamente en los abusos del poder que los reyes y reinas hicieron en la historia de la humanidad y por lo tanto ven como parte de los principios del progreso desaparecer las realezas. La reina Isabel le enseñó al mundo lo que la moderación, la distinción, la prudencia y el uso de los símbolos dan cohesión a un imperio y particularmente al Reino Unido. Prestigió a todos los reyes y reinas del mundo.
EL APOYO DE SU ESPOSO
Su bisabuela la Reina Victoria duró en su puesto 63 años, siete menos que ella. Claro, debe decirse que a su bisabuela le tocaba gobernar y tomar decisiones, más que presidir y simbolizar que fue el trabajo fundamental de la reina Elizabeth II. Siempre tuvo un apoyo peculiar y de muchas maneras inspirador de su esposo, el griego, nacionalizado británico, el Príncipe primero de Grecia y Dinamarca, luego, Philip de Edimburgo por cierto su primo lejano. Este siempre entendió el rol de su esposa, la apoyó en momentos decisivos y mantuvo la inmensa y compleja tarea de ser el hombre esposo cuya mujer es más poderosa.
EL MARAVILLOSO SENTIDO DEL HUMOR DE ISABEL II
La reina tenía un buen sentido del humor. En 1996 visitó la Casa Blanca y Bush hijo en su discurso de bienvenida dijo: “La reina nos ha ayudado a celebrar nuestro bicentenario de 1776…” (en lugar de 1996). Aunque corrigió rápido el presidente, en un banquete días después la reina en su alocución dijo: “No sé si deba empezar refiriéndome a cuando estuve aquí en 1776 o ahora que los visito otra vez.”
En otra ocasión paseaba la Reina con su guardia de seguridad por los jardines de Balmoral de Escocia, precisamente en el Castillo en que murió; como son públicos los jardines, sorpresivamente en su paseo se encuentran a unos turistas americanos. Inmediatamente la reina se dio cuenta que no la reconocían y sólo saludó cortésmente. Los turistas le preguntaron si conocía a la Reina, ella respondió, “bueno yo no, pero éste, (señalando al guardia) la conoce muy bien.”
Quizá mi anécdota favorita, que muestra su agudo sentido del humor, es cuando en 1986 visitaron ella y su esposo Nueva Zelanda. Era una bella mañana y unos manifestantes les arrojaron huevos que aterrizaron en sus vestimentas. Posteriormente en un banquete oficial, dijo: “Siempre he admirado los productos lácteos de Nueva Zelanda (tiene buenos quesos esa nación), pero debo admitir que prefiero mis huevos para desayunar en la mañana.” Ese humor nos recordaba a todos que era un ser humano con suficiente ingenio para no tomarse tan en serio ella misma, al mismo tiempo que entendía la evolución del mundo.
BEBEDORA EDUCADA
La Reina se deleitaba de cuando menos 28 cocteles a la semana, unos 4 diarios. Su favorito era el Gin con Dubonnet. Le gustaba su almuerzo con champagne, cenar con vino tinto, y sus wiskis favoritos eran el Bowman de Islay y el MacAllan Real precisamente elaborado en su honor por esa famosa destilería. Es curioso que la ginebra asociada con Inglaterra y el wiski con Escocia, la reina siendo la soberana de ambas regiones, se deleitaba con las bebidas típicas de cada región. Más que preferencias pareciera que fue educando su paladar para favorecer a sus súbditos.
MANEJÓ Y TOLERÓ LOS ESCÁNDALOS
Soportó estoicamente escándalos de la familia real. El primero que llevó inesperadamente a su padre al Trono cuando su tío Edward VIII inesperada y escandalosamente prefirió, ya siendo Rey y además brillante, abdicar que dejar a su divorciada amante americana Wallis Simpson; eso hizo que su hermano se hiciera Rey y Elizabeth fuera la heredera a la muerte de su padre George VI. Accedió al trono con el nombre de Elizabeth II a sus 25 años. Quizá el más famoso de los escándalos fue el de su hijo Charles y la Princesa Diana. Precisamente, el Príncipe Charles con el título de Charles III, la seguirá y la legendaria y satanizada Camila será la Reina consorte. Charles III, inicia a sus 73 años como el más avanzado en edad que inicia un reinado. La Princesa Margaret, su hermana, tuvo también su aportación de grescas bien conocidas en el Reino Unido. Para mis lectores que se interesen hay muchas producciones en películas y series que representan con buen rigor y certeza la grandeza de la reina en diferentes medios, uno de ellos NETFLIX.
COLOFÓN
Al final de cuentas, esa gran dama, Isabel II deja un legado inspirador a todo el mundo: se puede hablar, se puede negociar, se puede transformar sin romper con el pasado. No todos los reyes son tiranos. Los hay buenos y propios, ella fue una de éstas.