Miami, (EFE).- La cantante Aída Cuevas, nominada al Premio Lo Nuestro a la artista femenina del género regional mexicano, dijo este jueves a EFE en Miami que Juan Gabriel fue “un parteaguas” en su carrera de 47 años y aseveró que el hecho de que ya tenga una “heredera” en su hija Valeria no va a apartarla de los escenarios.
“Siento que tengo mucho que dar todavía”, dice “La dama de la música mexicana”, que presume a sus 59 años de tener más de 40 discos grabados, a los que en mayo sumará uno dedicado a las canciones que le dejó Juan Gabriel, al que recuerda como su “gran maestro”.
Cuevas, única artista femenina del regional mexicano en haber ganado un Grammy y un Latin Grammy, compite esta noche con el dueto Yuridia y Ángela Aguilar, Ana Bárbara, Majo Aguilar, Lupita Infante, Carolina Ross, Las Marías, Flor de Toloache y Chiquis Rivera por uno de los Premios Lo Nuestro, que se conceden por votación popular y serán entregados en Miami.
La cantante mexicana tiene esperanzas de ser la ganadora en una competencia que ve “muy desigual”, pues hay “muchas jovencitas”.
Pero a la vez señala que la proliferación de artistas jóvenes es lo que indica que el género regional mexicano va por “buen camino”.
UN GÉNERO QUE RESUCITÓ DEL OLVIDO
“Después de 20 o 25 años en los que realmente la música mexicana estuvo olvidada, apagada y no apoyada, y hablo de la tele, la radio y el público, ahorita está tomando un auge muy importante con toda esta juventud que está cantando ranchero”, dice.
Con su próximo disco, que saldrá en mayo, la cantante de rancheras quiere celebrar los 40 años transcurridos desde que grabó por primera vez con Juan Gabriel, quien le dejó los derechos de 63 canciones e instrucciones precisas para volverlas a grabar y cómo interpretarlas.
“Era muy perfeccionista y eso le ayudó a ser lo que fue Juan Gabriel”, dice con un dejo de nostalgia por su amistad con “el Divo deJuárez”, fallecido en 2016.
“Él era un hombre que sabía lo que hacía y yo sabía que lo hacía con cariño y nunca tuvo un mal modo para enseñarme. Al contrario, siempre era cariñoso. Me decía ‘Mi vida, mueva así su mano. Esto hágalo de tal forma, aquí tiene que darle un baile’”, refirió.
Este será el tercer disco de Aída Cuevas con versiones de las canciones que el célebre cantante le dejó y calcula que le faltan otros dos más para cumplir la misión que le encomendó.
QUEMANDO PÓLVORA CON LA VOZ
Cuevas destaca con orgullo que su hijo es el productor del álbum y a la vez su hija Valeria va a lanzar su carrera profesional en el mismo género que ella.
“En mayo regresaremos a Miami para cantar el primer tema que tenemos juntas, que se llama ‘Herencia’, en el que hablo de cómo le cedo la estafeta a mi hija y le platico un poco de lo que yo he hecho a través del canto”, adelanta Cuevas en la entrevista.
En junio realizará una gira por Estados Unidos acompañada de músicos sinfónicos.
Cuando se le pregunta si ha iniciado un “negocio familiar” dice que “es la manera más bonita de trabajar”, y plantea “¿Quién te puede querer más que la familia?”.
“Trabajar así en familia además nos une más. Cuando ellos eran chiquitos tenía que dejarlos para trabajar, pero ahora que podemos todos trabajar juntos, viajamos juntos, hacemos lo que nos apasiona, que es la música, ¿Qué más le puedo pedir a Dios?”, manifestó.
Dice que quiere “seguir cantando por lo menos unos diez años más” si el público la apoya y Dios le “regala vida y voz”.
“Yo tengo una preparación de técnica vocal desde los 11 años que estudié el bel canto, que son los inicios a la ópera. Entonces yo hasta el día de hoy sigo estudiando canto y mi maestro me dice que muy bien puedo aguantar diez años más cantando esta música que es tan difícil”, expuso.
Cuevas recuerda que una vez habló con el tenor Plácido Domingo y que él dijo que los cantantes de ranchero tienen “una garganta diferente a las de todos los demás cantantes, porque es una música donde estás quemando pólvora todo el tiempo”.