El Presidente de Colombia, Gustavo Petro, parece tener una obsesión con Israel y sus habitantes: a menudo pasa más tiempo arremetiendo contra Israel en su cuenta de X (antes Twitter) que tuiteando sobre su propio país.
La cosa ha llegado a tal extremo que Israel lo ha denunciado por “avivar el antisemitismo”.
Es difícil saber si Petro es un racista o un ignorante, o ambas cosas. Pero sus continuos comentarios comparando a Israel con los nazis son obscenos. Entre otras cosas, trivializan el Holocausto nazi y son una ofensa para millones de judíos descendientes de sus víctimas.
Petro escribió o re tuiteó en su cuenta de X más de 100 mensajes contra Israel durante la primera semana tras el ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre, según un recuento del diario colombiano El Tiempo. O sea, más de diez tuits por día.
En todo sus mensajes en la red social, Petro se abstuvo de condenar inequívocamente a Hamás como lo que es: un grupo terrorista. ¿Hay alguna duda de que Hamás lo es? Los terroristas de Hamás se infiltraron a Israel con el propósito de matar civiles, y asesinaron a más de 1.500 personas, la mayoría civiles, entre ellos 260 jóvenes que asistían a un festival de música electrónica.
También se llevaron a Gaza a casi 200 rehenes, muchos de ellos abuelos y bebés, y amenazaron con ejecutarlos uno a uno si Israel intentaba rescatarlos.
Pero Petro, en lugar de denunciar a Hamás por iniciar esta nueva ronda de violencia, pidió que ambas partes depusieran las armas. En otras palabras, exigió que Israel se abstuviera de ejercer su derecho a la autodefensa y persiga a los terroristas para evitar nuevos ataques en el futuro. Y encima de eso, amenazó con suspender las relaciones con Israel.
Petro tuiteó el 15 de octubre refiriéndose a Israel que “no apoyamos genocidios” y que “Hitler será derrotado por el bien de la humanidad”.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí, Lior Haiat, emitió un comunicado diciendo que las declaraciones de Petro “reflejan un apoyo a las atrocidades cometidas por los terroristas del Hamás” y “avivan el antisemitismo”.
En una entrevista, pregunté a Haiat por qué cree que Petro está tan obsesionado con Israel.
Haiat me respondió que no es psicólogo, pero que “después de los actos barbáricos del sábado 7 de octubre, si una persona no condena a Hamás, primero, no tiene corazón. Y segundo, creo que no entiende la situación”.
Haiat añadió que los terroristas de Hamás son asesinos que matan bebés, y que “si uno no condena esto, está dando luz verde a este tipo de comportamiento en cualquier parte del mundo”.
Varios colombianos críticos de Petro me dijeron que quizás el presidente esté tuiteando tan frenéticamente sobre Israel porque quiere ganar visibilidad internacional para mejorar su deteriorada imagen en Colombia.
El índice de popularidad de Petro en Colombia ha caído al 30 por ciento, según una encuesta reciente de Opinómetro.
“Creo que tiene una obsesión de convertirse en un líder mundial”, me dijo la ex vicepresidente colombiana Marta Lucía Ramírez. Añadió que esta obsesión “lo está llevando a cometer errores muy negativos” y “declaraciones que se han convertido en un hazmerreír”.
No hay nada malo en que Petro exija a Israel que trate de minimizar las víctimas civiles. Pero el uso que hace Petro de las palabras “nazis”, “holocausto” y “genocidio” al hablar de Israel es un disparate total.
Es una comparación totalmente desproporcionada, por razones que van mucho más allá del hecho de que los nazis mataron a 6 millones de judíos, casi tres veces la población total de Gaza. Las bajas en Gaza en el momento de escribir este artículo son 3.000, según funcionarios palestinos.
Mientras que el Holocausto fue una política nazi deliberada para exterminar a todo un pueblo, la política de Israel es atacar blancos militares y reducir al mínimo las víctimas civiles.
Si alguien está matando inocentes, es el grupo terrorista Hamás. Atacó deliberadamente a civiles que estaban en un concierto en Israel, se esconde detrás de la población civil de Gaza y oculta sus armas debajo de escuelas y hospitales.
Si Petro quiere contrarrestar las acusaciones de que es un racista, debería dejar de hablar de nazismo y pedir disculpas a los sobrevivientes del holocausto y sus descendientes, por trivializar una de las mayores tragedias de la historia. De lo contrario, como dice Israel, está “avivando el antisemitismo”.