Arianna Coghill
No es ningún secreto que Donald Trump ha tomado inspiración de varios autoritarios famosos, tanto del pasado como del presente. Vladimir Putin, el húngaro Viktor Orbán y Xi Jinping —a quienes el presidente ha elogiado abiertamente— han moldeado el estilo de liderazgo de Trump de una forma u otra.
Pero la verdad no pensé que el presidente Coriolanus Snow de Los Juegos del Hambre, líder del país ficticio de Panem, acabaría formando parte de esa lista.
En un anuncio en video el jueves, Trump declaró que, para conmemorar el 250.º aniversario de Estados Unidos, el país celebrará los primeros “Patriot Games”, un “evento atlético sin precedentes de cuatro días” con atletas de preparatoria, un niño y una niña, de cada estado y territorio.
También se aseguró de añadir una dosis de su característica transfobia: “Pero prometo que no habrá hombres compitiendo en deportes femeninos. Eso no lo van a ver”.
Ahora bien, si esto te suena exactamente a las novelas juveniles distópicas de Suzanne Collins, no estás solo. En todas las redes sociales, la gente está estableciendo comparaciones entre la serie de libros y la más reciente muestra de pompa estadounidense del presidente. Los juegos serán organizados por Freedom250, una subsidiaria recién creada de la National Park Foundation, como parte de una celebración más amplia del 250.º aniversario al estilo Trump, que incluirá un evento de oración en el National Mall —destinado a “rededicar nuestro país como una nación bajo Dios”— y el debut de un “Arco de Trump”, un monumento diseñado para parecerse al Arco del Triunfo de Francia, solo que más grande.
Supongo que no habrá asesinatos en los “Patriot Games” de Trump, pero tendremos que esperar hasta el otoño para comprobarlo.
Relacionado con esto, la junta directiva del Centro Kennedy de Washington, designada por Trump, acaba de votar para renombrar el famoso teatro como el “Centro Trump-Kennedy”, según la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
Con las primas de salud a punto de dispararse, las tasas de desempleo en aumento y la administración Trump recortando rápidamente las redes de protección social, no puedo imaginar que ninguno de los proyectos predilectos del presidente vaya a ayudar a sus índices de aprobación en caída.

