Los Ángeles (EE.UU.), (EFE).- Un triple de Nico Batum y los tiros libres de Reggie Jackson le dieron una sufrida victoria a Los Angeles Clippers frente a los Washington Wizards de Kristaps Porzingis (115-109), que en el desenlace echaron a perder con muchos errores su meritorio trabajo durante toda la noche.
Pocos equipos se mueven mejor que los Clippers en el territorio de la épica, la angustia y los partidos apretados.
Quizá por eso los angelinos se mostraron mucho más acertados que sus rivales en el tramo definitivo de un partido en el que Reggie Jackson (31 puntos, 3 rebotes y 7 asistencias) y Marcus Morris (27 puntos, 8 rebotes y 4 asistencias) fueron los comandantes de los Clippers.
Los Wizards iban ganando de 5 puntos a falta de 2.37 (104-109), pero ahí se derritieron puesto que no lograron ningún punto más en el resto del encuentro hasta encajar un parcial de 11-0.
En su segundo partido con los de Washington, Porzingis fue el máximo anotador (19 puntos, un rebote, 3 asistencias, un robo y un tapón) pero también se vio arrastrado por la espiral de fallos de su equipo en los últimos minutos.
Seis jugadores de los Wizards anotaron más de 10 puntos, entre ellos el brasileño Raul Neto (12 puntos, un rebote y 4 asistencias).
La clave de la victoria de los Clippers estuvo en su puntería: desmoralizaron a los Wizards con un fantástico 16 de 32 en triples y amarraron el triunfo desde la línea de personal con un perfecto 13 de 13 en tiros libres.
IGUALDAD HASTA EL FINAL
Los Wizards salieron con bastante valentía y con Raul Neto y Kristaps Porzingis enseñando las garras desde el principio (14-16 con 6.04 por jugarse).
Los angelinos parecieron algo descolocados por ese arranque de los Wizards, pero poco a poco empezaron a encontrar su ritmo de la mano de un Marcus Morris que anotó 9 puntos en el primer cuarto (28-29).
Los Clippers celebraban hoy “la noche de la herencia japonesa” con actividades especiales en los tiempos muertos y el descanso.
La ocasión pareció inspirar al nipón Rui Hachimura, que metió 8 puntos en menos de dos minutos dentro de un notable acelerón de los Wizards en el inicio del segundo parcial (31-37 con 10.19 para el descanso).
Los Clippers se encomendaron a Reggie Jackson y Luke Kennard para volver al partido, algo que consiguieron muy pronto ante unos Wizards que pecaban de falta de constancia.
Al descanso (57-55), los Clippers tenían marcadas en rojo sus 9 pérdidas de balón hasta entonces mientras que los Wizards habían naufragado desde el triple (2 de 11)
Con un estupendo parcial de 4-14, los de Washington regresaron del vestuario con muchas ganas, se mostraron particularmente cómodos al contraataque y se dejaron guiar por un Kyle Kuzma que empezaba a soltarse (61-69 con 7.41 en el reloj).
Los visitantes llegaron a ganar de 10 puntos y todo apuntaba a que podían romper el partido en ese tercer cuarto.
Sin embargo, los Clippers cerraron filas con Jackson y dos triples seguidos de Kennard en el final del tercer parcial dejaron todo abierto para el último cuarto (83-85).
De nuevo metidos una noche de marcador estrecho, los Clippers dieron el primer golpe en el parcial definitivo con un Jackson ya explosivo e inventándose canastas inverosímiles (92-91 a falta de 9.38).
Pero los Wizards encontraron en los rebotes ofensivos el modo de agarrarse con uñas y dientes al encuentro (100-101 con 5.30 por jugarse).
Los nervios se apoderaron entonces de los dos equipos, incapaces de dar con la tecla en el momento decisivo del partido y que se tropezaron en numerosos e inoportunos errores.
Un triple de Kentavious Caldwell-Pope a falta de 2.37 parecía poner a los Wizards en la senda del triunfo (104-109), pero a partir de entonces los de Washington desaparecieron y entre Jackson, Batum y Morris firmaron la victoria local en una noche más de emociones fuertes para los fans de los Clippers.
David Villafranca