Los Ángeles (EE.UU.), (EFE).- Estados Unidos planea destinar más de 13.000 millones de dólares a actividades para preservar los bosques, evitar su deforestación y combatir los incendios, anunció la Administración de Joe Biden este viernes, con motivo del Día de la Tierra.
En una visita a Seattle (Washington), que forma parte de su gira para promocionar el plan de infraestructuras aprobado por el Congreso, Biden firmará una orden ejecutiva que estipula medidas para prevenir los incendios y combatir el cambio climático.
El plan incluye 8.000 millones de dólares provenientes de la ley de infraestructuras aprobada en noviembre y otra partida presupuestaria de 5.700 millones para tareas de investigación y reducción de riesgos de incendios, explicaron funcionarios de la Casa Blanca y el Departamento de Interior en una rueda de prensa.
Ambas partidas fueron aprobadas por el Congreso hace tiempo, y la Casa Blanca recurrirá a ellas para implementar el decreto de Biden, explicaron los citados funcionarios.
Durante la temporada de incendios del año pasado, que se alargó desde la primavera hasta bien entrado el otoño, la falta de recursos humanos para frenar la expansión de las llamas fue uno de los principales escollos que sufrieron estados como California y Oregon, donde se registraron algunos de los fuegos más destructivos de su historia.
Por ello, el Gobierno destinará parte de los fondos -600 millones de dólares- para contratar a 1.500 bomberos.
“El presidente Biden sabe que el costo de la inacción es demasiado alto y por eso está tomando medidas ejecutivas para abordar la crisis climática”, indicó uno de los funcionarios, que pidió el anonimato.
Entre otras medidas, se impulsará el primer inventario de bosques dependientes de la Administración federal, algo que, aseguraron, no se había hecho hasta ahora e impedía planear las tareas de prevención.
Asimismo, la Casa Blanca adelantó que para 2023 pedirá al Congreso otros 6.000 millones de dólares para este mismo fin.
La orden ejecutiva de este viernes también contempla la colaboración con otras entidades locales para reforestar los bosques federales y fomentar actividades de economía sostenible en torno a ellos, ya que absorben más del 10% de las emisiones con efecto invernadero que emite Estados Unidos.
Finalmente, la norma tratará de reducir la compra de bienes agrícolas provenientes de tierras deforestadas en el extranjero, con especial atención a los bosques de la Amazonia, el Congo y el sudeste asiático, considerados áreas de importancia global.