El precio de desentenderse de la política
es el ser gobernado por los peores hombres.
Platón
INTRODUCCIÓN
Este artículo en dos partes presenta una recolección de pensamientos sobre Trump y el partido republicano irremisiblemente ligados. Sostiene la tesis que esta coyuntura política crea una de las más grandes crisis políticas en la historia de la nación, al mismo tiempo que expone a un partido demócrata dividido y vulnerable. El riesgo lleva la mayor importancia y amenaza en convertirse en un drama con trágicas consecuencias.
MONSTRUO
Un monstruo es un tipo de criatura ficticia que se encuentra en la literatura o filmografía del género de terror, la fantasía, la ciencia ficción, el folclore, la mitología y la religión. Los monstruos a menudo se representan como peligrosos y agresivos con una apariencia extraña y grotesca que causa terror y miedo. Con frecuencia se usa metafóricamente en referencia a algo o alguien que ha sobresalido tanto, ha causado tanto daño, o ha sido tan cruel que se adjetiviza el concepto para decir “esa persona es un monstruo.” De esa manera muchos se refieren a Donald J. Trump, bien sea para sintetizar su perversidad, o para presentarlo como una persona destacada fuera de serie.
CONTEXTO
Trump llegó inesperadamente a la nominación republicana y al triunfo sobre Hillary Clinton después de la también insólita victoria de Obama que capitalizó en una desilusión nacional sobre Bush y sus invasiones de Afganistán e Irak, más importante con una economía maltrecha que provocó la peor recesión después de la gran recesión de los años de 1930. Sin lugar a duda y reconocido por propios y extraños el más grande mérito de Obama fue detener, controlar y cambiar la recesión económica que colapsó bancos y puso a la nación en el borde del precipicio. Sus ocho años de administración demócrata pusieron en bandeja de plata la expansión y prosperidad económica que al triunfo de Trump este clamó como sus méritos. Al revisar los logros de la administración trumpista en primerísimo lugar clama lo económico que dicha sea la verdad fue Obama y no Trump el que tiene el mérito. Esta prosperidad se interrumpió con el surgimiento del coronavirus.
Simultáneamente se combinó la administración de Obama con una expansión militar, tecnológica, económica, social, política, y geopolítica de China, misma que Trump durante su campaña lo usó para mostrar a la administración de Obama como tímida y entreguista asegurando que en cuanto él fuera presidente confrontaría a China y la pondría en su lugar.
Rusia era la otra variable importante a nivel mundial, vecino de China, metida en Europa, el país más vasto del orbe y con frecuentes intromisiones en las elecciones y en el ajedrez mundial. Obama fue prudente pero determinante en mantener a Rusia bajo control. Misteriosamente, desde su campaña Trump mostró un entreguismo y una timidez con Rusia que es fecha se especula que Rusia chantajeaba a Donald Trump con información comprometedora. Obama fortaleció y expandió alianzas y relaciones con muchas naciones, excepción de Arabia Saudita, otra nación que misteriosamente Trump favoreció, junto con Israel. Este es el mundo que heredó Trump
TRUMP DESPUÉS DE SU DERROTA
Cuando se pensaba que Trump y su gobierno eran un mal recuerdo que había quedado como una etapa negra de la historia de esta nación y que había sido indudable y contundentemente derrotado por Biden y los votos demócratas, reaparece como la pesadilla de un monstruo que no se aparta de la sociedad americana.
El Washington Post hizo un reportaje hace poco más de un año documentando y comprobando más de 20 mil mentiras dichas por Trump. De ninguna manera fueron todas, en realidad cuando alguien con ese alto cargo hace cien, mil, o 20 mil mentiras es igual a que vive una especie de patología definida en psicología como mentiroso compulsivo y frecuentemente es el síntoma de una obsesión compulsiva, de un trastorno de la personalidad o de un problema neurológico. Obviamente cuando un mitómano tiene una posición de gran poder, se vuelve un trastorno terriblemente peligroso con consecuencias letales para muchos.
El alemán Anton Delbrueck, desde finales del siglo XIX acuñó el término pseudología fantástica para referirse a los que mienten con elaboradas historias combinando con delirios que llaman la atención de quien las oye y cuando el mentiroso percibe dudas acomoda historias nuevas para disipar las dudas de los interlocutores. Pero este no es un artículo de psicología, es un mini-ensayo sobre Trump.
El problema con Donald Trump es identificar si se trata de una patología o de una táctica de un político excepcional que la convierte en estrategia que emula al ministro de propaganda de Hitler que dijo y probó al mundo como una mentira repetida mil veces se hacía realidad. Quisiera uno pensar que desde la experiencia del nazismo la humanidad, sobre todo los electores, hemos aprendido, fuimos educándonos en aspectos de propaganda e identificamos las mentiras de los políticos. Parece no ser el caso.
TRUMP Y LOS REPUBLICANOS
Mientras que no todos los republicanos viven ese frenesí de mentiras y fantasías de Trump, podemos redondear que un 70 por ciento lo desea ver como la cabeza del partido republicano, y un porcentaje parecido asegura que le hicieron trampa en la pasada elección.
Recientemente, en un evento político en Iowa para apoyar al Senador Chuck Grassley, en su enésima reelección, el derrotado Trump durante 90 minutos atacó a Biden asegurando que llevaba a los Estados Unidos a la ruina, y que el recuperaría a América (la nación). Se trató de un rally típico de campaña para el 2024. Aunque no se ha declarado oficialmente candidato, ya lo es, solo que con la comodidad de no tener que llenar formas, ni reportar donaciones, ni ceñirse a leyes y normas que son aplicables a los candidatos. Además, espera a ver los resultados conocidos como las elecciones intermedias del 2022 que no pintan bien para los demócratas y que si llegan a perder el senado será como un viento en un incendio dándole fuerzas inusitadas a Trump. No es osado ni fuera de lugar decir que Trump secuestró al partido republicano y lo tiene encadenado con una correa corta.
Muchos de los republicanos que se fueron con la finta de que la toma del capitolio fue el fin de Trump y mostraron distancia, han tenido que dar vuelta en “u” para o sumarse a él y sus mentiras o bien no atacarlo. La verdad es triste ver tan pobre de ideas, de líderes, y de patriotismo al partido de Lincoln, de Nixon y de Reagan. Su imaginación no les da mas que repetir que se robó la elección y sumarse a las iniciativas de complicar las elecciones en cada estado esperando que con eso se mantengan los triunfos de los republicanos y que Trump regrese en el 2024.
TRUMP Y LOS DEMÓCRATAS
La situación es compleja. Biden ha tocado fondo con sus más bajos índices de aprobación en los 30+%. Su fabuloso plan de desarrollo, quizá el más ambicioso plan social de la historia sigue recibiendo rechazo hasta de los mismos demócratas que siendo mayoría no se disciplinan, sobre todo en el senado para empujar un plan que la súper mayoría de los electores, demócratas y republicanos favorece. El caso de Manchin y Sinema, de Maryland y Arizona respectivamente, está cerca de la más grande de las abominables traiciones. Ambos vendidos a compañías de laboratorios y otros donadores corporativos le han dado la espalda al partido cuyos votantes los eligieron, en gran parte porque eran anti-trumpistas. Resultaron unos oportunistas que juegan a ser independientes y a respetar a sus votantes, pero el juego de sus intereses está lleno de hipocresía. Sin estos senadores los demócratas están impedidos de avanzar.
En realidad, los problemas de los demócratas son más complejos que Manchin, Sinema, y el mismo Trump. Esos retos se dejaron ver desde la sorprendente campaña de Bernie Sanders que encabezaba el ala más progresista del partido demócrata cuyas agendas entusiasmaron a los jóvenes y a la gente con más educación. Posteriormente, después de hacer algunas concesiones a ese grupo pudo Biden, que es reconocido como mas central y moderado, ganar la nominación y derrotar a Trump.
Estas desavenencias entre los demócratas son ahora evidentes. Siempre se les pide a los que están más en los extremos políticamente, en este caso a los progresistas de Bernie Sanders y Alexandria Ocasio Cortés y Elizabeth Warren que concedan en bien del partido. El resultado es que se tiene un rezago social impresionante en esta nación: los oprobiosos préstamos estudiantiles, los seguros de salud, los precios escandalosos de las medicinas, la agenda migratoria siempre eludida, salarios mínimos, préstamos a pequeños empresarios y docenas de asuntos siempre postergados con los triunfos republicanos enemigos de todo lo que no sea apoyar guerras, el ejército, reducir impuestos y apoyar de diferentes maneras a los ricos. No la tienen fácil los demócratas y le da mucha fuerza a Trump.
Importante es identificar si este escenario es el resultado de personas específicas contrastándolo con la evolución de social-política de corte estructural, es decir la influencia de la tecnología, las redes sociales, la demografía, desigualdad económica, inequidad de las leyes y la aplicación de estas, o la bifurcación de las agendas partidistas. Mientras que obviamente las dos influencias son importantes, este artículo propone que las razones estructurales son las fundamentales, como si fueran una presa a punto del desborde y los actores políticos son los detonadores, como los ingenieros que abren las puertas de la compuerta, o ayudan a dinamitar las paredes de la presa.
TRUMP Y LA AGENDA MIGRATORIA
Para cuando Trump, como candidato, empezó a vomitar mentiras en contra de los migrantes, principalmente los latinos, su base de votantes despertó de un letargo donde su racismo invernaba. Cuesta trabajo entender como los seres humanos nos movemos por pasiones no por razonamientos. Esa base que sigue apoyando a Trump y cuyo mejor ejemplo de su fanatismo fue la toma del Capitolio incitados por el mismísimo Trump, es anti-cerebral, anti-raciocinio, antilógica, está llena de odio y ven en los inmigrantes los chivos expiatorios semejante a lo que logró Hitler con los judíos.
Lo malo es que no solo son los fanáticos de Trump, los republicanos moderados igual no ven con simpatía a las minorías y peor aún, muchos demócratas en menor grado ven un futuro anti blanco y terminan encontrando razones para relegar a los migrantes. Todos los índices, económicos, demográficos, sociales, políticos (votantes) y de diversas medidas anticipan y anuncian que es imposible excluir a los inmigrantes por ser un elemento fundamental de todo en esta nación, casualmente ellos están en la escala mas baja de la sociedad americana, menores índices de educación, menos seguros de salud, menos vacunados, sin acceso a préstamos, en el colmo de los colmos millones viven en angustia por ser indocumentados.
En suma, una situación insostenible no es sostenible. Los cambios son inminentes e inevitables. Solo se trata de decir cuándo y cómo serán. (FIN DE LA PRIMERA PARTE)