“El mejor gobierno es el que enseña a la gente a gobernarse ella misma.”
Miguel de Cervantes Saavedra
INTRODUCCIÓN
Recientemente en Argentina hubo un resultado electoral inusitado. En México la polarización ideológico-política se marca más. En los Estados Unidos Trump parece imparable respecto a ser nominado por el partido republicano para enfrentarse a Biden, como si fuera una segunda vuelta de lo que pasó en 2019. En el mundo entero, con excepciones, la democracia parece tener serias dificultades al mismo tiempo que el populismo cobra adeptos. En este escenario político mundial surge la pregunta, ¿qué y cómo es un buen gobierno? El debate en torno a este tema ha sido constante a lo largo de la historia y ha ganado especial relevancia en la actualidad. En la búsqueda de esa respuesta conviene repasar cuáles son los componentes claves que definen a un “buen gobierno”.
Un gobierno efectivo usa transparencia y rendición de cuentas, se basa en un estado de derecho y justicia, promueve la participación ciudadana y garantiza el bienestar de sus ciudadanos a través de un desarrollo económico estable y sostenible, un balance de representatividad, responsabilidades y servicios, y anticipa las necesidades de sus ciudadanos en constante cambio. Sin embargo, esta tarea no está exenta de desafíos, ya que los peligros del populismo y las dificultades inherentes a la democracia pueden obstaculizar la búsqueda de un gobierno sólido y efectivo.
Este artículo examinará los elementos clave de un buen gobierno y explorará los peligros del populismo, así como las dificultades que enfrenta la democracia. Además, se presentarán ejemplos de naciones que han logrado establecer gobiernos exitosos.
TRANSPARENCIA Y RENDICIÓN DE CUENTAS
Un elemento fundamental de un buen gobierno es la transparencia en todas las actividades gubernamentales. Esto implica brindar acceso a la información, tomar decisiones basadas en evidencia y rendir cuentas de manera responsable, fidedigna y honesta ante los ciudadanos.
ESTADO DE DERECHO Y JUSTICIA
Un gobierno sólido se basa en el imperio de la ley, donde todas las personas son iguales ante las leyes y tienen acceso a un sistema de justicia imparcial. Esto garantiza la protección de los derechos humanos, la solución pacífica de conflictos y la prevención de la corrupción. En este orden de ideas, naciones donde existe una larga cultura de parcialidad y deshonestidad de medios judiciales, la administración de justicia se llena de errores y horrores. Ciertamente, cuando éste es el caso baja puntos dramáticamente y se aleja del concepto de buen gobierno.
PARTICIPACIÓN CIUDADANA
Un buen gobierno fomenta la participación de los ciudadanos en los procesos políticos. Existen muchas maneras de poder estimular y recompensar esa participación, pero quizá la más importante es cuando con una combinación del quehacer de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial respetan la libertad de expresión, la libertad de prensa y la participación en elecciones libres y justas.
ESTABILIDAD ECONÓMICA Y DESARROLLO SOSTENIBLE
Un gobierno efectivo busca promover el crecimiento económico sostenible y garantizar la estabilidad financiera. Esto implica la implementación de políticas fiscales responsables, la promoción del comercio justo, la inversión en infraestructura y servicios básicos, un desempleo bajo y oportunidades constantes para que la población tenga autosuficiencia económica.
BIENESTAR
Un buen gobierno debe estar comprometido con el bienestar de sus ciudadanos, proporcionando servicios básicos como un sistema de salud accesible y eficiente, educación en varios niveles y orientaciones y especialidades. La protección de derechos humanos, sociales, económicos y políticos promoviendo la igualdad de oportunidades para todos.
EQUILIBRIO
Un buen gobierno debe equilibrar la representatividad de los ciudadanos evitando que sólo un tipo de personas, una región, una clase, o un género controlen puestos y posiciones de influencia, llámese en lo ejecutivo, lo legislativo, lo judicial o en diversos otros puestos de influencia en la industria, el comercio y la sociedad en general. Las responsabilidades de los diferentes sectores no deben privilegiarse o disminuirse. De la misma manera el servicio a ellos y por ellos debe siempre buscar equilibrios para que voces, anhelos e intereses tengan representación y sus propuestas sean parte de un debate. Dicho de otra manera, un buen gobierno debe representar y defender los intereses de la población diversa que representa.
ANTICIPAR
La capacidad de anticipar y abordar las necesidades de la población, así como la capacidad de adaptarse a los desafíos sociales y económicos en constante evolución, son características fundamentales de un gobierno efectivo. Por ejemplo la tecnología y su desarrollo hace que el acceso a internet y el uso de computadoras y teléfonos sea indispensable en todas los rincones de las naciones del mundo.
POPULISMO
El populismo, con su promesa de soluciones rápidas y sencillas a problemas complejos, representa un peligro para la estabilidad de un gobierno. Cuando los líderes políticos recurren al populismo, tienden a adoptar un enfoque simplista y polarizador en la toma de decisiones, socavando la necesaria moderación y deliberación que un buen gobierno requiere. El populismo puede alimentar la división social que evoluciona a polarizar a los ciudadanos; desacreditar a las instituciones democráticas y erosionar la confianza en el gobierno, lo que a menudo conduce a políticas a corto plazo y a la falta de rendición de cuentas. Más aún, pone a las naciones al borde de actos de violencia entre partidarios y opositores de un gobierno.
PELIGROS DE LA DEMOCRCIA
Por otro lado, la democracia, pilar fundamental de muchos gobiernos, enfrenta sus propias dificultades. Si bien es un sistema que busca representar a la voluntad popular, la democracia puede resultar desafiante de mantener. La democracia basada en mayoría se va denigrando, buscando alianzas entre grupos para lograr ese 50+ 1, y en este proceso se traicionan ideales y se corrompen los principios y valores que han caracterizado a los partidos y a los actores políticos y se aplasta al 49% sin consideración a sus intereses.
La democracia tiene otros peligros como la lucha por el poder, la corrupción y la influencia de intereses privados son amenazas constantes para la integridad de un gobierno democrático. Además, la diversidad de opiniones y la toma de decisiones puede ser un proceso lento y complejo, lo que dificulta la implementación eficaz de políticas en el corto plazo.
CANADÁ
A pesar de los desafíos que implica alcanzar un buen gobierno, existen ejemplos de naciones que destacan por su enfoque equilibrado y efectivo en el ejercicio del poder. Uno de estos ejemplos es Canadá, que se ha destacado por su compromiso con la inclusión, la transparencia y el respeto a los derechos humanos. Canadá ha mantenido una estabilidad política y social notable, con una economía próspera y un sistema de bienestar sólido, lo que lo convierte en un modelo a seguir en términos de buen gobierno.
NUEVA ZELANDA
Otro ejemplo destacado es Nueva Zelanda, que ha sido reconocido por su enfoque progresista en la implementación de políticas públicas, así como por su compromiso con la sostenibilidad y la igualdad social. Con una sólida democracia y una fuerte protección de los derechos civiles, Nueva Zelanda ejemplifica cómo un gobierno puede abordar eficazmente los desafíos contemporáneos mientras mantiene un enfoque centrado en el servicio a sus ciudadanos.
SUECIA Y DINAMARCA
Estos países son conocidos por su alta transparencia, sistemas de bienestar sólidos, y una fuerte participación ciudadana en los procesos políticos.
ALEMANIA
Conocida por su fuerte economía, estabilidad política y compromiso con la Unión Europea, Alemania ha mostrado un enfoque equilibrado y pragmático en la gobernabilidad, sin olvidar que hace menos de un siglo esta nación quedó devastada al ser derrotado el nazismo en la Segunda Guerra Mundial.
Existen otros ejemplos que prueban que los buenos gobiernos, que siempre tienen retos y mejoras que hacer, existen y son posibles.
CONCLUSIÓN
Un buen gobierno es multifacético y requiere de un equilibrio cuidadoso entre eficiencia y transparencia, participación ciudadana y respeto por los derechos y libertades. Aquí es donde entran en juego los componentes esenciales de un gobierno efectivo. La representatividad surge como un punto crucial. Un gobierno que representa y defiende los intereses de toda su población, tan diversa como resulta ser puede aspirar a ser considerado como un buen gobierno. La inclusión de las voces de minorías, grupos marginados y comunidades desfavorecidas es fundamental para mantener la legitimidad y la equidad en la toma de decisiones.
En resumen, un buen gobierno aborda los peligros del populismo, las dificultades de la democracia y se adhiere a los componentes esenciales de representatividad, responsabilidad y servicio a los ciudadanos. A través de ejemplos como Canadá, Nueva Zelanda, Suecia, Dinamarca, Alemania y otros no abordados en este artículo, queda claro que es posible para los gobiernos superar estos desafíos y prosperar en beneficio de su sociedad. La búsqueda de un buen gobierno es un viaje continuo, pero a través del compromiso con estos componentes claves, es posible construir y mantener sociedades que florezcan bajo un liderazgo sólido y efectivo. Al final de cuenta evocando el pensamiento de Cervantes, un buen gobierno enseña a la gente a gobernarse ella misma.