Muchos están viendo la horriblemente implementada retirada de Afganistán como un presagio del colapso de la influencia de Estados Unidos en el mundo, incluso en lugares tan alejados del conflicto afgano como América Latina. Sin embargo, aunque no descarto nada, hay razones para dudar que tendrá un impacto devastador.
No hay duda de que la toma de Afganistán por los talibanes será recordada como una derrota estadounidense, y como un fiasco del Presidente Joe Biden.
Sí, es cierto que fue el ex presidente Donald Trump quien pidió que todas las tropas estadounidenses se retiraran de Afganistán antes del 1 de mayo, y que fue Trump quien sacó de la cárcel al líder talibán Mullah Abdul Ghani Baradar en Pakistán , y quien empezó a negociar la retirada con los talibanes en 2018.
Y sí, fue Trump quien tan recientemente como el 18 de abril dijo que la decisión de Biden de retirar las tropas estadounidenses de Afganistán era “algo maravilloso y positivo”, y quien al mismo tiempo criticó a Biden por no haberlo hecho de inmediato.
Pero el hecho es que la historia recordará las imágenes caóticas de los afganos tratando desesperadamente de salir del país en el aeropuerto de Kabul, que eso sucedió durante la presidencia de Biden.
“Tanto Biden como Trump realmente querían sacar a todas las fuerzas estadounidenses”, me dijo el ex asesor de Seguridad Nacional de Trump, John Bolton, en una entrevista esta semana. “Y aunque ni Biden ni Trump quieran admitirlo, la historia verá que estaban siguiendo esencialmente la misma política”.
Bolton, un conservador de línea dura que aconsejó a Trump y a Biden que no sacaran a las tropas de Afganistán, me dijo que la retirada de Estados Unidos envía una señal de debilidad que envalentonará a los adversarios de Estados Unidos.
En América Latina, “esto va a reanimar a los integrantes de lo que llamé la ‘Troika de la tiranía’, sea Cuba, Venezuela, Nicaragua y todos sus aliados extranjeros, como Rusia, China, Irán y otros”, me dijo Bolton. “Y creo que otros regímenes en el hemisferio occidental, como Perú, pueden sacar la misma conclusión”.
Bolton, un republicano que rompió con Trump, me dijo que Biden pagará un gran alto costo político por esto.
Bueno, creo que tal vez sí, y tal vez no. Puede que a los demócratas les cueste algunos votos en las elecciones presidenciales de 2024, y puede debilitar la imagen de Estados Unidos, pero soy escéptico de que ésta sea una derrota insuperable, ya sea para Biden o para Estados Unidos.
La política exterior es importante, pero generalmente no hace ni deshace a los presidentes de Estados Unidos.
Biden tiene a su favor una economía de Estados Unidos en auge que se prevé crecerá un 7% este año, más que nunca en décadas recientes, una caída del desempleo y récords históricos de la bolsa de valores.
Y Biden recibirá crédito por usar su podio presidencial para pedirle a la gente que se vacune y use máscaras faciales para combatir la pandemia. Eso es un enorme avance respecto de su predecesor, quien minimizaba la pandemia, no hacía campaña para que la gente se vacunara, raramente usaba cubrebocas y hasta llegó a hacer la payasada de recomendar que nos inyectemos con detergente para combatir el COVID-19.
En cuanto a un posible colapso de la influencia de Estados Unidos en el mundo, soy igual de escéptico. Estados Unidos sigue siendo la mayor potencia militar y económica del mundo, y controla la moneda más valorada. No conozco a mucha gente que está corriendo a comprar las monedas de China, o Rusia.
Pero, lo que es más importante, Estados Unidos sigue siendo el líder mundial en innovación y de patentes. Los recientes vuelos de turismo espacial de empresas en Estados Unidos son sólo el preludio de algo mucho más importante, que será la extracción de materiales en asteroides por parte de empresas estadounidenses. Y las vacunas COVID-19 más efectivas del mundo no son las rusas ni las chinas, sino las de Estados Unidos.
O sea, todos los imperios terminan en algún momento, y Estados Unidos no será la excepción. Pero dudo que el momento sea ahora, y que Afganistán sea el motivo.