Complicaciones en la comunicación y desigualdades médicas ocasionan la muerte prematura en personas con autismo a diferencia del promedio, señala un estudio de la UCL
NotiPress.- University College de Londres (UCL) señaló, mediante una investigación, que las personas con autismo (TEA) tienen una muerte prematura. Este estudio publicado en The Lancet Regional Health es el primero en abordar la expectativa de vida de las personas con autismo en Reino Unido.
Para este estudio se utilizaron datos anónimos de pacientes en Reino Unido que fueron diagnosticados entre 1989 a 2019, en el cual se comparó a las personas con autismo con discapacidad intelectual y otros sin discapacidad intelectual.
Los resultados arrojaron que los hombres con autismo sin una discapacidad intelectual tenían una expectativa de vida de 74.6 años. Por su parte, las mujeres con autismo sin discapacidad intelectual rondaban en los 76.8 años. Mientras, la expectativa de vida estimada para las personas diagnosticadas con autismo y con discapacidad intelectual fue de 71.7 años para los hombres y 69.6 años en el caso de las mujeres. En contraste, la expectativa de vida de la población en general en Reino Unido ronda los 80 años para hombres y 83 para mujeres.
De esta forma, Josh Stott, autor principal del estudio, señaló que el autismo no afecta directamente la expectativa de vida de las personas. Sin embargo, éste sí es la causa de inequidades en el sector salud, con lo que se evidencia la falta de atención médica en las personas con autismo.
Algo a considerar es que las personas diagnosticadas con autismo tienen diferencias en su comunicación e interacción social. Además, suelen presentar patrones repetitivos en su comportamiento, intereses y actividades. Por ello, muchas personas con TEA necesitan ajustar dichos patrones para conseguir un acceso equitativo en el sector salud, empleo y apoyo por las autoridades locales.
Otro factor importante que mencionar es que algunas personas con autismo presentan discapacidades de aprendizaje, lo cual hace que sea difícil explicarles a otros cuándo experimentan dolor o incomodidad. Esto puede provocar que los problemas de salud no sean detectados y, por lo tanto, tampoco se traten de la manera adecuada.
La investigación de University College de Londres, además de ser el primer estudio que identifica la tasa de mortalidad en las personas autistas. También evidencia la urgencia de abordar las desigualdades que afectan desproporcionalmente a las personas con TEA.